“Pedí muchos elementos para abocarme al conocimiento de la causa -explicó Canicoba Corral- como scanners y fotocopiadoras. Tampoco tengo espacio físico, con lo cual no puedo cumplir la orden de la Cámara de recibir, con la mayor plenitud todos los efectos que se encuentran en el juzgado de Juan José Galeano. Todo esto me produce demoras y me impide asumir el expediente plenamente. Las trabas que estoy encontrando provienen de la Secretaría de Seguridad, bajo el mando de Norberto Quantín, es él quien firma las decisiones”, aseguró el magistrado, que asumió la causa hace seis meses cuando el juez Galeano fue apartado por negociar con el principal acusado, Carlos Telleldín, cambiar su testimonio a cambio de 400 mil dólares.
“Mi opinión como ciudadano es que si se le pagó a Telleldín para que dijera la verdad, en el marco de la recompensa o no, es una cosa. Si le pagaron para mentir, es delito. Es probable -agregó- que la gente que lleva una década esperando respuestas critique sin mirar a quien dirige el reclamo. Pero pienso que la investigación depende en un 90% de lo que produzcan los órganos que investigan (como la Policía Federal o la SIDE) y el resto del juez, que dirige la pesquisa”.
Con respecto a la investigación, Canicoba Corral afirmó que la llamada conexión local, que es la que está en el juicio oral, queda parcialmente excluida. “El meollo de la investigación -señaló- apunta a que quienes planearon y ejecutaron el ataque fueron extranjeros. Si encuentro que algún otro argentino participó, también será juzgado”.