“No importa, había que estar, el fallo es una vergüenza”, dijo José cuando Nueva Sión consultó si sabía quién convocaba. Y en general éste era el espíritu de las, aproximadamente, 5.000 personas que se dieron cita. Muchas menos de las que el mismo Blumberg suele convocar a sus propias marchas contra la inseguridad. Marchantes que fueron convocados por este líder mediático contra la violencia delictiva, pero claro, sus seguidores interpretan que, tal vez, en la AMIA no hubo delito o no fueron argentinos o, ¿por qué no? no les importa porque , sencillamente, no sucedió en la zona norte del Gran Buenos Aires. Blumberg estaba mezclado, en la primera fila con los dirigentes que supieron recibirlo en la sede de la AMIA, junto a los representantes de Familiares, APEMIA, DAIA y los únicos políticos presentes, Aníbal Ibarra y su Vice Jefe de gobierno, Jorge Telerman. “La AMIA da para todo diría un dirigente viejo y sabio” que se agarraba la cabeza entre la concurrencia.
Mientras los medios se debatían en cubrir las reivindicaciones de los Familiares y la partida de Diego Maradona a la Cuba de Fidel, el periodista Nelson Castro narraba metódicamente los acontecimientos de los últimos 10 años y el familiar Luis Czyzewski cuestionaba severamente al Tribunal Oral Federal 3 que absolvió a los principales involucrados en el ataque y consideró que «había suficientes pruebas» para llegar a una condena.
«Ya no alcanza con decir que la causa AMIA es una vergüenza nacional y que la investigación es una cuestión de Estado. Llegó la hora de materializar en hechos esas expresiones», advirtió Czyzewski
“Dicen que la prueba se construyó pretendiendo satisfacer oscuros intereses de gobernantes inescrupulosos -continuó refiriéndose a los jueces del TOF 3- pero curiosamente no dicen quiénes son esos gobernantes inescrupulosos. Todos sabemos que junto con los nombres de Corach y Anzorreguy debieron escucharse los nombres de Menem, Ruckauf, Antonietti, Franco y muchos más, pero no se escucharon… los Familiares queremos ser claros, el doctor Beraja también debe ser investigado porque no sólo hay que pedir que no haya impunidad afuera, tampoco debe haber impunidad dentro de la comunidad judía”.
Tienen razón
Los Familiares tienen razón, tampoco debe haber impunidad dentro de la comunidad. Pero el acto de la Plaza de los Dos Congresos lejos estaba de que ellos, los primeros interesados en develar la verdad, puedan tomar la distancia necesaria para reclamar el cese de la impunidad comunitaria.
Partiendo de una convocatoria confusa en la que primero lo hicieron las instituciones AMIA y DAIA para, supuestamente, renunciar a la misma y delegarles el reclamo a los familiares Nueva Sión está en condiciones de confirmar que el acto corrió por cuenta de las instituciones. El develar quién uso a quién queda por cuenta de cada lector. Pero los dirigentes se movían, desde abajo del escenario, como en un acto propio.
Las declaraciones de Kaul y Kirszenbaum o el ‘emotivo’ llanto de Toker recibiendo a la Familiares cuando bajaron del palco (a la finalización del acto) daban cuenta de la necesidad de los dirigentes de no perder al único aliado que los convalida (por acción u omisión) como dirigentes representantes de, al menos, una parte muy sufrida de la comunidad judía.
Curiosamente, de todos modos, ni en el discurso de la Plaza de los Dos Congresos, ni en el dicho en el acto por los 10 años del atentado, los Familiares avanzaron más allá de Beraja en el reclamo expreso del cese de la impunidad interna y omitieron mencionar las acciones indebidas de la doctora Marta Nercellas y el equipo de abogados de la querella oficial que hizo (también probablemente en algunos casos por acción u omisión ante lo que deberían de haber conocido de los movimientos de Nercellas) que todo llegara nuevamente a fojas cero en términos de la mentada búsqueda de justicia.
La gente
Lo cierto es que la gente que se agolpó en la Plaza lo hizo desde su más absoluta buena fe y preocupada por la impunidad que se vive en el país. Pero la responsabilidad social debe ir mucho más allá.
Por eso Memoria Activa decidió no adherir; por eso Meretz y Convergencia solicitan la renuncia de los dirigentes de la cúpula de la conducción de la DAIA, por eso Bet El le dio mandato a su representante en la DAIA a peticionar lo mismo (pero Manuel Kobriniec no hizo caso al requerimiento de su institución porque es uno de ellos -sólo cabe recordar su participación en la Comisión Directiva que produjo el vaciamiento definitivo y cierre de la Universidad Bar Ilán de Rubén Beraja y el Banco Mayo); por eso instituciones como el Seminario Rabínico Latinoamericano y la B´nai B´rith pararon una solicitada promovida por Kirszenbaum-Toker reclamando una justicia en la Causa AMIA que su institución evitó con manejos poco claros en esa dirección.
¿Está todo perdido?
No, definitivamente no. Pero no depende de ellos, depende de nosotros.