El pueblo de Israel está celebrando 57 años, de renovación de la independencia y soberanía judías, con el establecimiento del Estado de Israel.
Estamos orgullosos de sus logros; siendo una de las naciones líderes del mundo en los campos de la ciencia, tecnología, medicina y agricultura.
Desde el establecimiento del Estado absorbimos millones de nuevos inmigrantes, provenientes de todas partes del planeta; sobrevivientes del Holocausto; judíos de países islámicos y judíos etíopes y, a todos, brindamos vivienda, salud, servicios de educación y seguridad social.
Estamos orgullosos de los logros alcanzados, a pesar de situaciones de conflicto, en curso, por la existencia, en condiciones de guerra y terrorismo, desde el día de nuestra Independencia. Conservamos, como país, nuestros valores democrático y, como Estado, nuestra moral y ética.
En la última generación, avanzamos en las relaciones con el mundo árabe. Prueba de ellos son los Acuerdos de Paz con Egipto y Jordania. Durante los últimos 12 años, hicimos concesiones, hacia los palestinos, en los Acuerdos de Oslo, la aceptación del Mapa de Rutas y las decisiones del Gobierno y la Knesset (Parlamento) para autorizar el Plan de Desconexión, que significa la evacuación de los asentamientos judíos de la Franja de Gaza, decisiones que originaron fuertes discrepancias en el seno de la sociedad israelí.
La democracia israelí es estable y capaz de afrontar esos desafíos. Continuaremos manteniendo nuestros sagrados valores y unidad interna. Confío en la fortaleza y sabiduría de la sociedad israelí.
La situación de seguridad, junto con las fluctuaciones macroeconómicas mundiales, dañó -en los últimos años- la economía israelí. Sin embargo, somos testigos de los signos de recuperación. La economía tiene bases sólidas, que conducirán hacia el crecimiento. Estamos tomando medidas para proteger al estrato más débil de la sociedad, tal como corresponde a los valores de un país ordenado.
Deseo agradecer, a las comunidades judías de la Diáspora, por sus expresiones de solidaridad. Esperamos que continúen cultivando sus lazos con el judaísmo y con el Estado de Israel. Los líderes judíos del mundo deben actuar a fin de frenar las tendencias negativas y fortalecer las positivas.
Deseo, al pueblo judío en Israel y la Diáspora, un feliz Día de la Independencia; bregando por la realización de nuestros deseos nacionales y el cumplimiento de los sueños y plegarias, elevados a través de las generaciones.