La tragedia del radicalismo
El establishment del radicalismo decidió bajar de su postulación a senadora a Margarita Stolbizer. Haciendo ejercicio práctico de menemismo explícito se la sustituyó por el actor Luis Brandoni. Este tiene una meritoria trayectoria como dirigente gremial y ya ha sido diputado. Pero lo que expresa con patetismo los valores de los noventa son los argumentos para concretar la sustitución: el actor es más popular. Tiene muchas más horas de televisión. No se invoca sus antecedentes. Sólo su presencia mediática.
Siguiendo la misma tónica noventista, el gobierno sondeo la posibilidad de ofrecerle algún cargo a Carlos Bianchi. Siguiendo los mismos parámetros, Eduardo Duhalde, ante el vaciamiento de sus bases de sustentación, tentó a Juan Carlos Blumberg.
Es difícil que el radicalismo, con estos procedimientos -interpretado por figuras con mucho más pasado que futuro- pueda salir de la tragedia protagonizada por Fernando de la Rúa. Mucho más si la salida en la Provincia de Buenos Aires se cristaliza a través del paso de comedia de un buen actor, o en Capital por un mediocre cómico que descubrió el país cuando desaparecieron temporariamente sus ahorros.
La sustitución del poder en el justicialismo
Eduardo Duhalde construyó un poder territorial en la geografía donde las políticas neoliberales que él suscribió, devastaron la estructura industrial que originó y consolidó el peronismo. Duhalde construyó su prosperidad política sobre la miseria bonaerense. La demolición del modelo de sustitución de importaciones y el remate del estado de bienestar, consolidó un régimen de asistencia imprescindible para que el país no ardiera definitivamente en las llamas de la exclusión y la indigencia. Mientras los amigos eran beneficiados con créditos no retornables del Banco Provincia, el principal estado argentino recibía dos millones de dólares diarios por un Fondo de Reparación Histórico que se evaporó sin aventar la miseria.
El manejo de la caja y de negocios que benévolamente pueden calificarse de dudosos que involucraba a “la mejor policía del mundo” le permitió “la adhesión” de un número fundamental de intendentes bonaerenses.
Sobre esa estructura edificó un poder que le permitió obstruir la re – reelección de Menem, postularse a Presidente, siendo derrotado por Fernando de la Rúa. Precipitó la caída del Presidente radical, en una movida en que participaron varios intendentes. Movió los hilos para aislar los siete días de Rodríguez Saá.
Asumió la presidencia que le había sido electoralmente esquiva en medio de la peor crisis de la historia argentina. Con suerte, astucia y habilidad encaminó al país buscando que no ardiera en las llamas del infierno.
Usó artilugios ilegales para impedir que el candidato justicialista fuera Carlos Menem.
Después de dudas y confusiones llamativas, eligió a Néstor Kirchner como su sucesor.
Este decidió desde un principio independizarse. Y a lo largo de dos años hubo roces, encontronazos, romance y alejamiento.
Para las elecciones legislativas de octubre, el santacruceño decidió cercar al bonaerense. Lo hace con métodos duhaldistas. Con el manejo de la caja. Y los intendentes incondicionales de Duhalde se trasladan en masa hacia el kirchnerismo.
No es ideológico el problema. Es meramente financiero y de subsistencia. Eso lleva que la contienda le resulte indiferente a la gente. Y que sustituir un poder por otro, con todos los vicios de origen, solo tiene justificativo si Kirchner lo usa en el futuro para sincronizar sus discursos con sus acciones. Si sólo es para quedarse con la maquinaria electoral, no es significativo que al frente del aparato esté Al Capone o Lucky Luciano.
Duhalde, que aprecia su debilitamiento evidente, se conforma con reservarse la designación de los diputados y senadores provinciales. Kirchner incrementa la presión y propone reservarle al bonaerense sólo un 33% de las candidaturas de la provincia a cargo nacionales y provinciales. El 66% restante se reparten Kirchner y Solá en partes iguales.
La situación se vuelve complicada porque el justicialismo dividido expondrá la reducción considerable del sustento electoral de Duhalde y la imposibilidad para el Presidente de plebiscitar su gestión.
La contienda se traslada a la Capital donde Kirchner trata de tomar distancia de Ibarra y recibe éste, inmediatamente, el apoyo de Duhalde que en las elecciones por la jefatura porteña respaldó a Macri.
Decía Samuel Goodwin “no es bueno hacer pronósticos… sobre todo hacia el futuro”. Si fuera argentino hubiera acotado: Y menos con el justicialismo. Pero es posible que el pragmatismo justicialista llegue a un acuerdo precario y postergue el combate final para las elecciones del 2007.
La cuarta marcha de Blumberg
En apenas catorce meses los seguidores a las marchas de Blumberg pasaron de 150.000 a 3.000 convocados. Los mismos medios que potenciaron su figura la aislaron y redujeron. Clarín mencionó la realización de la concentración en la página 34. ¿Qué pasó en el medio? Blumberg fue la figura que permitió alinear detrás suyo la desconfianza que despertaba por entonces las actitudes y gestos del presidente, coronado por el acto en la ESMA. El establishment y los medios encontraron en la inseguridad el ariete para embestir contra la política económica y de derechos humanos del gobierno. Para ello potenciaron hechos reales sometiendo al televidente y lectores a una reiteración obscena. Si hubieran hecho lo mismo con los accidentes de tránsito, la sensación que hubieran producido era la imposibilidad de salir a la calle.
Un año después la inseguridad ya no ocupa las primeras planas. No porque haya bajado significativamente, sino porque ahora no es necesario jaquear al presidente. Ya los medios han obtenido la prorroga de las concesiones, el establishment mira más los hechos que los discursos y aunque no considera al pingüino tropa propia, sus desplantes les disgustan pero no les altera los nervios. Ya no necesitan, por ahora de Blumberg, que tal vez comprenda tarde que ha sido un instrumento funcional a determinados intereses que se montaron sobre su dolor.
Queda como testimonio, la política de cooptación del gobierno que le temió en forma desusada. La enorme cobardía de la mayor parte de los legisladores que levantaron la mano para aprobar leyes sin discusión y en muchos casos en contra de sus convicciones.
El saldo arroja un Código Penal desarticulado, cárceles saturadas y el haber protagonizado franjas enormes de la sociedad una excursión por el delirio. Un periodismo que cultiva la demagogia hacia la víctima, confundiendo la comprensión del dolor con la aprobación de las propuestas de quienes no están en condiciones emocionales y técnicas de hacerlas
El vuelo bajo del gobierno
A medida que pasa el tiempo se descubren las manchas de un gatito que posa de tigre. Las inversiones chinas son un grotesco que haría palidecer a Vacarezza. Los Fondos de Santa Cruz una obra de suspenso con final previsible: la justicia de esa provincia, hermana melliza de la de La Rioja, ha cerrado la causa. Lo hizo el juez de Instrucción de Río Gallegos Santiago María Lozada.
Como a todos a los que la Justicia protege, el Ministro del Interior Aníbal Fernández con el mismo desparpajo de Carlos Vladimiro Corach, afirmó: “Ya son una anécdota las dudas que alguna vez se quisieron sembrar sobre el destino de los fondos provinciales que Néstor depositó en el exterior cuando era gobernador de Santa Cruz”.
“Quiero empresarios nacionales que construyan” afirmó el Presidente. ¿Serán esos a los que prorrogó las concesiones de radio y televisión? Esos que ahora prometen, como si fueran otros, “una permanente mejora de los contenidos”.
“No me interesa estar un segundo más en la Presidencia, si para eso tengo que transigir las convicciones en defensa de los derechos argentinos que sufren, golpeados por el proceso económico”. Porque entonces se acentúa la desigualdad, Repsol disfruta de ventajas inadmisibles, no se reconstruye el Estado, no se pone el sistema financiero al servicio de la producción, no se hace más que disfrutar de los efectos benéficos de la devaluación y de los excepcionales precios internacionales.
“Quiero un pueblo no en el cementerio. Lo quiero vivo, que reclame si es necesario”. Esto lo dijo después de bochornosas declaraciones en contrario perpetradas ante los “grandes periodistas” Oscar González Oro y Marcelo Longobardi.
“O estamos en la vereda ancha de la patria o en la angosta de las candidaturas”. Será por eso que no recibió al Presidente de Sudáfrica, undécimo comprador del país, por estar avocado a las elecciones de octubre.
Si el Presidente acercara sus discursos a los hechos, haría historia. Por el momento, sólo transita por ella.
La oposición patética
Ricardo López Murphy enarbolando la justicia social de la mano de punteros peronistas mientras afirma desconocer los antecedentes de su posible aliado, Luis Abelardo Patti.
Mauricio Macri haciendo una excursión a la pobreza y lamentándose de la ausencia del Estado algunos de cuyos restos seguramente se alojan en su domicilio. Afirma sin ruborizarse este ignoto líder popular: “El peronismo valioso será el que se quede con nosotros”
Elisa Carrió dibuja fantasmas fascistas, en un extraño retorno al lenguaje de la mitad del siglo XX. Reivindica a la Evita muerta, pero si estuviera viva la estigmatizaría como autoritaria o fascista.
La izquierda bullanguera deshoja la duda eterna. Como convertir un grupo de sellos de militancia variable en un partido con inserción real.
Pero nada supera la alianza Carlos Menem – Adolfo Rodríguez Saá. El acuerdo entre el Presidente de más extenso ejercicio de la presidencia y el más fugaz. Entre el violador y el violado. Entre el que dinamitó el peronismo y el que realizó su campaña recurriendo a la historia y al folklore de peronismo histórico.
Adolfo Rodríguez Saá construyó la campaña para las elecciones de abril del 2003 presentándose con dificultad, como la contracara del menemismo. Cuarenta y ocho horas después de la elección declaró a su denostado adversario, huésped ilustre de San Luis. El riojano abandonó el ballotage antes que “El Adolfo” se decidiera a pronunciarse a su favor.
El varias veces gobernador de San Luis ha conseguido un record que deberá ser homologado en el libro Guinness de los records. A diferencia de lo tradicional que es olvidar lo prometido cuando se llega al gobierno, ha acuñado la originalidad de traicionar en la oposición sus promesas de candidato.
El ‘Rodrigazo’:un vuelo de gallina
Hace treinta años se intentó desde los restos fantasmales de un gobierno popular, un ajuste que pretendía ser el epitafio al modelo de sustitución de importaciones y al Estado de Bienestar. Desde el 25 de mayo de 1973 y hasta la muerte de Perón el 1 de julio de 1974, se procuró restablecer el modelo de capitalismo nacional del período 1945 – 1955. La sociedad argentina se había vuelto mucho más compleja y la situación internacional se mostraba adversa con la crisis del petróleo.
El propulsor del modelo fue Perón y el instrumentador José Beer Gelbard, a través de su principal asesor, Orlando A. D´Adamo. Muerto Perón, las fuerzas del establishment que después producirían el 24 de marzo, se agruparon detrás del hombre que prevalecía políticamente en el gobierno: el pequeño y temible José López Rega, jefe del grupo criminal La ‘Triple A’. El paso siguiente fue avanzar sobre la economía. En octubre de 1974 instigó la renuncia de Gelbard. Después de un interregno a cargo del conservador Alfredo Gómez Morales, pudo colocar a su hombre: Celestino Rodrigo. Asumió el 2 de junio de 1975 y el 4 de junio de 1975 pronunció su discurso que dio origen al ‘Rodrigazo’. Duplicó el valor de las tres cotizaciones del dólar, incrementó la nafta común en un 181% y la súper en un 172%. Las tarifas eléctricas aumentaron más de un 50%. El transporte entre el 80 y el 120%. Los sueldos sólo un 38%.
Se intentaba realizar una gigantesca transferencia de ingresos, como paso previo a la liquidación del modelo de sustitución de importaciones.
Los sindicatos encabezados por la UOM se movilizaron hacia Plaza de Mayo y luego hicieron una histórica concentración, pidiendo la renuncia del brujo el 27 de junio.
Se formalizaban acuerdos en las paritarias con incrementos salariales de 130 y 140% que eran desconocidos por el gobierno. La huelga del 7 y 8 de julio precipita la caída de López Rega y unos días más tarde de Rodrigo.
Esto reveló que aún los fragmentos de un movimiento popular convertían en inviables una política de redimensionamiento del país, liquidación del Estado del Bienestar y entierro del modelo de sustitución de importaciones.
Dice el economista Carlos Leyba, economista que formó parte del equipo de Gelbard, en su libro “ Economía y política en el tercer gobierno de Perón: “Si Gelbard fue la voz del empresariado nacional y de la concertación, Gómez Morales representó el retorno de la ortodoxia económica, bendecida por el peronismo tradicional, el par Rodrigo – Zinn, en cambio, no tenía ninguna conexión con el peronismo político. La única relación era con López Rega y las sectas. Con ellos y a través del López Rega se produjo el primer desembarco del establishment en el peronismo. Y mirando ese desembarco en perspectiva, no cabe duda que fue exitoso. Menem es la reencarnación de esas mismas ideas y por eso los mismos hombres de Rodrigo fueron y son leales a Menem, la gente del CEMA. Este centro fue financiado por Ricardo Zinn y fue dirigido por Pedro Pou.
El golpe, ante la resistencia popular al Rodrigazo se tornó indispensable, para lo cual había que potenciar la triple A, institucionalizándola a través de las tres fuerzas armadas.
El verdadero artífice del ‘Rodrigazo’ fue un hombre del riñón del establishment: Mansueto Ricardo Zinn, que había sido Secretario de Coordinación de Aldo Ferrer en el gobierno de Marcelo Levingston.
La caída de Isabel y su prolongada detención posterior fue acompañada por la de Celestino Rodrigo.
En cambio Ricardo Zinn, el autor de la frase “Achicar el Estado es agrandar la Nación”, se transformó en asesor de José Martínez de Hoz. Publicó en agosto de 1976 “La segunda fundación de la República”. Afirmó entonces que en 1973 gobernaba el enemigo y que el 24 de marzo de 1976 triunfa el país civilizado y ético sobre la anarquía y el desorden que desde 1945 trata de tomar por asalto a la Nación. Entre 1978 y 1981 fue vicepresidente del Banco de Italia y Río de la Plata. Trabajó con Franco Macri e intentó traicionarlo. Fue la mano derecha de María Julia Alsogaray en las privatizaciones de Entel y Somisa. Paso brevemente por la UCEDE y junto a José Estensoro transformó a YPF en sociedad anónima, paso previo a su privatización en la que también participó. Murió junto a Estensoro en el accidente de aviación ocurrido en Ecuador. Como puede apreciarse un verdadero héroe del mercado.
En estas trayectorias y sus destinos puede observarse como el establishment diferencia entre los que no son del palo pero intentan congraciarse como Isabel y Rodrigo que van a parar a la cárcel cuando dejan de ser funcionales y Mansueto Ricardo Zinn, tropa propia, que es condecorado con un puesto en el gobierno de Videla.
Salpicón de ave
El ‘Rodrigazo’, un intento de parar el golpe haciendo la política que luego amplificaría superlativamente el golpe posterior.
El estallido de las representaciones políticas, el radicalismo intentando superar el drama acudiendo a la comedia y al humor, el kirchnerismo procurando copar el duhaldismo con métodos duhaldistas.
La lenta agonía de las marchas de Blumberg dejando a su paso un Código Penal devastado.
La oposición recorriendo el territorio del sainete y el grotesco.
Un vuelo rastrero que concluye con una gallina convertida en salpicón de ave.
La reiteración del menú aburre y atosiga.
Para levantar vuelo hay que necesariamente superar las posibilidades de volar corto y al ras del piso de la gallina. Muchos dicen que no se puede. Son los pragmáticos. Los que se conforman con el salpicón de ave.
Otros desde este precario primer plato se imaginan que cuentan con un águila. Son los que se convierten en una patrulla perdida.
Entre la gallina y el águila, hay formas razonables y posibles de levantar vuelo. Encontrar el atajo colectivo es también la forma de dejar atrás el salpicón de ave.
Salvo que se quiera que la realidad siga enloquecida y el delirio cubra el escenario. La vida, a pesar del tango, debe ser mucho más que “una herida absurda”.