Los cuatro muchachos que atentaron el pasado 7 de julio en las calles de Londres eran musulmanes británicos: tres de ascendencia paquistaní y uno jamaiquina. Por lo menos 56 personas murieron y 700 resultaron heridas en un autobús y tres trenes subterráneos.
Días después, otra serie de explosiones que otro grupo intentaba detonar conmovió a Londres, y aunque no dejó muertos causó caos en el sistema de transportes público de pasajeros.
Las explosiones pusieron presión sobre los musulmanes para que identifiquen a los terroristas potenciales en su seno.
La situación socio económica, entre los 1.600.000 musulmanes de Gran Bretaña, es grave. Tienen un desempleo tres veces mayor al de la población en general. Pero ninguno de estos motivos -como tampoco el racismo y la indignación por el sufrimiento de palestinos y musulmanes iraquíes- justifica la matanza de seres humanos, dicen los líderes.
«Es completamente equivocado sobrecargar a una comunidad ya privada y marginada con la tarea de identificar y entregar a estos criminales», afirmó Khurshid Drabu, asesor del Consejo Musulmán de Gran Bretaña. «Si supiésemos quiénes son, ya estarían en manos de las autoridades. Son una amenaza para todos», remató.
Las mezquitas y centros juveniles locales están enseñando a los jóvenes que el Islam no avala el terrorismo.
Los educadores ponen énfasis en que el Islam prohíbe la matanza de inocentes. El Corán es claro en ese sentido, afirmó el jeque Anwar Abdie Hamid Mady, subdirector general de la Mezquita de Londres.
Mady dijo que su mezquita, la mayor de Londres, organiza seminarios, excursiones y partidos de fútbol bajo la supervisión de los imanes.
«Todo ser humano, cuando ve el derramamiento de sangre, la demolición de los palestinos y la matanza de niños se indigna. Sentir indignación está bien, pero es totalmente erróneo manifestar esa indignación de manera iapropiada», afirmó.
Agregó que pueden manifestar su indignación participando en manifestaciones pacíficas de protesta. «Tenemos que distinguir entre religión y política. El Islam es una religión de paz, compasión, tolerancia: ésa es mi enseñanza para los jóvenes».
Un elemento importante en la educación es asegurarse de que las palabras y versículos del Corán no se usen fuera de contexto, algo a lo que han apelado los predicadores radicales en Inglaterra, dicen los líderes musulmanes.
‘Yihad’, o guerra santa, por ejemplo, es un término popular que usan los militantes para adoctrinar a la juventud. Pero en el Corán, ‘yihad’ se refiere a la lucha para abstenerse personalmente de las tentaciones malignas. En el contexto de la guerra santa, dicen los expertos musulmanes, sólo se utiliza como una lucha para liberar la patria de la ocupación extranjera, pero eso no incluye la matanza de civiles.