Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa rompen, de este modo, el alto el fuego decretado el 8 de febrero pasado.
La ofensiva fue ordenada por el Gobierno de Ariel Sharón en represalia por el lanzamiento de cohetes desde Gaza: asesinatos selectivos, bombardeos aéreos, redadas nocturnas con arrestos masivos y restricciones a la libertad de movimiento. Como si nada hubiera cambiado.
Además de Saadi, dos miembros de la Yihad Islámica murieron en redadas de los militares hebreos.
La incursión nocturna del Ejército israelí en el norte de Cisjordania terminó con 12 nuevas detenciones, que se suman a las más de 400 realizadas desde el comienzo de la operación Primera Lluvia.