Pese el buen recibimiento de los habitantes, la policía palestina tuvo que montar nuevas oficinas y puestos provisionales de control y administrativos.
La policía palestina marchó hacia el centro de la ciudad de Belén en Cisjordania, para tomar el control de la seguridad que hasta ahora estaba en manos de Israel.
Sin embargo, los palestinos se encontraron con la mayoría de los puestos policiales destruidos a raíz de los ataques perpetrados por las fuerzas israelíes durante los últimos tres años.
El traspaso de la seguridad de Belén a manos palestinas se produce luego de conversaciones entre los primeros ministros de Israel, Ariel Sharón y de la Ap, Abu Mazen respectivamente.
A pesar de ello, una pequeña encuesta hecha por la corresponsal de la BBC en la región, Bárbara Plett, indica que nadie piensa que esta iniciativa resulte ser el fin de la ocupación de Israel.
Lo concreto, a pesar de la retirada, es que tropas israelíes aún permanecen en las afueras de Belén controlando la entrada y la salida de todas las personas.