Ami Ayalon, exjefe del Shin Bet (Servicio de Seguridad Interior de Israel)

“¿Cómo seguiremos viviendo juntos, en un desacuerdo total, sin asesinarnos?”

A tres años de la entrevista exclusiva a Ami Ayalon realizada por Nueva Sion, ante los violentos sucesos actuales, en medio de los ataques del grupo terrorista Hamas, la respuesta de Israel y los conflictos internos en sociedad israelí -acerca de los cuales advirtió en esa oportunidad, señalándolos como la amenaza más dura que enfrenta el Estado de Israel- nos contactamos nuevamente con él para poder analizar la situación por la que atraviesa Israel en estos días. Ami Ayalon se desempeñó como jefe del Shin Bet, y toda su vida estuvo vinculado y comprometido con la seguridad del Estado de Israel en los más altos niveles. Se desempeñó como Comandante en Jefe de la Armada y Jefe del Servicio de Seguridad en Israel. Fue premiado con la Medalla del Valor. Se lanzó al campo político, fue electo diputado por el Partido Laborista y Ministro sin cartera. Gestó junto al palestino Nuseibeh la iniciativa de paz israelo-palestina llamada Ha Mifkad HaLeumí (Referéndum Nacional). También fue quien cristalizó y participó activamente en la realización del polémico documental The Gatekeepers (Los Guardianes), dando testimonio, junto a otros cinco jefes vivos del Shin Bet, acerca de su trabajo, el conflicto palestino-israelí, las políticas y los políticos en Israel.
Por Enrique Grinberg – Colaboración de Kevin Ary Levin y Leo Naidorf

-Hace tres años, el 20 de mayo de 2018, te entrevisté para Nueva Sion y formulé la siguiente pregunta: “¿Quiénes son los enemigos de Israel en la actualidad?”. Tu respuesta, tras un breve silencio y proponerme reformular la pregunta a cuál era la amenaza más dura o la más peligrosa para Israel en ese momento, fue: “La amenaza más dura que enfrenta el Estado de Israel es la separación y la grieta dentro de la sociedad israelí. Dos grietas centrales, una es entre los judíos y los árabes ciudadanos del Estado de Israel y la segunda es entre los religiosos y laicos. Si me preguntás a mí, este es el peligro, la amenaza más dura y peligrosa para el futuro del Estado de Israel. El poder atómico de Irán es una amenaza existencial muy seria, pero tenemos herramientas para hacer frente a estas cosas. Frente a la grieta interna, todavía no encontramos el camino para asegurar que podamos seguir viviendo juntos aquí debatiendo. Tenemos narrativas diferentes, sueños distintos, y una percepción del pasado y del futuro distinta. Entonces nosotros seguiremos luchando cada uno por su postura. La pregunta que surge entonces es: ¿Cómo hacemos esto sin matarnos los unos a los otros? Esta es la pregunta verdadera que a mi entender debe hacerse dentro de la sociedad israelí”.
Ahora estamos promediando el mes de mayo de 2021, y llegó ese triste día donde estamos viviendo en tiempo real esa grieta dentro de la sociedad israelí entre judíos y árabes, quizás también entre laicos y religiosos. ¿Cuál creés que es la respuesta a esta pregunta verdadera que decías que tenía que hacerse la sociedad israelí? ¿Tenés una respuesta? ¿Creés que hay salida que no sea por medio de la violencia?
-Antes que nada, violencia ya hay. Señalo esto desde el día que dejé mi rol en el Shin Beth, hace ya 20 años. Hace 20 años vengo diciendo: “La amenaza más grande para el Estado de Israel es la amenaza interna, son las grietas entre nosotros”. Esto se está concretando ahora. Si la pregunta es cómo salimos de esto sin violencia, ya llegamos tarde: ya tenemos muertos de ambos lados. Hay muertos judíos a manos del terrorismo de los árabes de Israel y hay muertos árabes a manos del terrorismo judío en Israel. El terror en última instancia no es cualquier forma de violencia, sino la violencia ejercida contra civiles con la intención de obtener resultados políticos. Este terrorismo se aplica a propiedad y a vidas. Hasta ahora vimos ese terrorismo ejercido más que nada contra palestinos en Cisjordania, mediante la destrucción de propiedad, lanzamiento de piedras, quema de casas y vehículos, tala de árboles, daño contra los agricultores y más. Eso ocurre de forma cotidiana.
Por otro lado, está el terrorismo de los palestinos contra israelíes. Quiero hablar ahora de lo que ocurre dentro del Estado de Israel. Esta es la primera vez luego de 20 años en la que vemos violencia significativa de árabes israelíes. La pregunta que nos hacemos es: “¿Qué produjo esto? ¿Qué explotó ahora?”. Creo que debemos entender la confluencia de varios factores que llevaron a esta explosión. En primer lugar, estamos en Ramadán, un momento religioso de significado profundo. El hecho de que en Ramadán se hayan difundido imágenes de la policía, en respuesta a la violencia palestina, ingresando a un lugar sagrado para el islam como la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, tirando bombas de estruendo y deteniendo personas funcionó como catalizador de muchas cuestiones adicionales. En paralelo, hay órdenes y procesos de desalojo de familias palestinas de barrios árabes de Jerusalén. Se suma la acción de la policía de impedir el ingreso por la Puerta de Damasco en Jerusalén a los jóvenes. En síntesis, hay muchas cuestiones de trasfondo que se combinan en el contexto de la cancelación de las elecciones palestinas por parte de Abu Mazen (Mahmud Abbas). Esto provocó enojo y energía violencia importante. Básicamente, no hay forma institucional de disputar el poder entre Fatah y Hamas, que deben ahora competir sobre quién defiende a Jerusalén.
En resumen, todos estos acontecimientos explotaron a fines de Ramadán en el intento de parte de Hamas de demostrar al mundo árabe, incluyendo a los árabes de Israel, que son ellos quienes protegen a los lugares sagrados en Jerusalén. Por cierto, quiero destacar que la Mezquita de Al Aqsa no es sólo un símbolo religioso. En el judaísmo y en el islam, no tenemos esa distinción entre religión y nación. Para nosotros, el Kotel, la Cueva de los Patriarcas en Hebrón y la Tumba de Raquel en Belén son símbolos nacionales no menos que religiosos, mientras que para los musulmanes las mezquitas, principalmente los sitios del Monte del Templo, incluyendo la mezquita de Al Aqsa, también son símbolos nacionales. Esto impacta en jóvenes que tal vez jamás fueron a rezar, pero que están hoy desempleados, recordemos que la crisis económica por el covid afectó de forma particularmente grave a las minorías de Israel. Esto es lo que estamos viendo hoy.
Si me preguntás qué habría que hacer, creo que es lo que tendríamos que haber hecho hace años. El presidente habla del país como una sociedad compuesta por tribus, pero no dice qué deberíamos hacer frente a eso. Si va a ocurrir algo, y espero que sí, pero depende del liderazgo de ambas partes, debemos buscar el modo de sentarnos y hacer una pregunta importante: ¿cómo seguiremos viviendo juntos acá en desacuerdo total sobre cuestiones fundamentales, sin asesinarnos? La clave no es sólo buscar la forma de sobrevivir, sino también de prosperar económica, social, académica y tecnológicamente, entre otras dimensiones. Es una pregunta muy difícil que creo que la sociedad israelí jamás se hizo, pero si no lo hacemos ahora, nos dirigimos a una realidad muy problemática.

-¿Te sorprendió el poder de fuego de Hamas que llegó a zonas centrales y pobladas de Israel?
-Mirá, no te diré que estoy sorprendido, pero no tenía ningún conocimiento. Creo que hay una paradoja: quienes tenían algo de información puede ser que hayan estado sorprendidos, tanto de la potencia como de la predisposición. Todas las evaluaciones que escuchábamos del liderazgo político y militar de Hamas decían que la agrupación no tenía interés en un accionar violento grande. Todos entendían que Hamas quería dar la disputa en el frente interno dentro del marco político. Hay algunos proyectos grandes de infraestructura con apoyo de Qatar y Emiratos Árabes, por lo que se entendía que Hamas no buscaba desatar un nuevo conflicto armado. Vemos ahora por supuesto que esto era un error. Yo no me sorprendí porque considero menos los detalles y porque me queda claro que la lucha en la sociedad palestina es una lucha por la conciencia popular.
Una de las ilusiones israelíes de los últimos 12 o 15 años es la idea de “paz económica”: todo el tiempo pensamos que el progreso económico funciona como compensación por la falta de libertad y del derecho de autodeterminación. Creo que la mayoría de los israelíes, incluyendo el liderazgo político, fueron tomados por sorpresa. Pensamos que firmar un acuerdo de paz con Emiratos y propiciar una situación económica un poco mejor en Cisjordania haría que los palestinos renuncien a sus reclamos. Ellos ahora nos están diciendo: “Hasta que no tengamos igualdad de derechos en Israel y hasta que no tengamos nuestra independencia nacional en la forma de un Estado palestino, está todo muy bien con los millones que nos facilitan de dinero qatarí, pero la paz económica es una ilusión de la que se deben desprender”. Así que no me sorprendí.

-¿Creés que una de las estrategias de la Operación “Guardián de los Muros” sea desarticular el liderazgo de Hamas? ¿Es posible de lograr?
-Es imposible. Esa política de asesinatos selectivos no funcionó. Es una idea clásica, te puedo dar como ejemplo que en los ‘90, en 1992, asesinamos a Abbas Musawi, en Líbano, que era el comandante de Amal, la principal organización chiita en Líbano hasta mediados de los ‘90. Fíjate que en su lugar nos quedamos con Nasrallah, y en lugar de Amal, con Hezbollah. Pensábamos que asesinando a la cabeza de la estructura terminábamos con el problema. Pero, por el contrario, lo aumentamos, y fortalecimos la influencia de Irán en la región, con el formato que conocemos hoy de Hezbollah. La política de asesinatos selectivos es muy efectiva para prevenir atentados que ya sabemos que van a ocurrir cuando no hay ningún otro camino para lograrlo. Ahora, la idea de que mediante el asesinato de líderes puntuales de la estructura la desarmamos, es un error que da cuenta de un desconocimiento de cómo funciona el terrorismo y cómo se lo combate.

-¿Quiénes colaboran en la información de inteligencia en el terreno? ¿La gente de Fatah? ¿Y si lo hacen, por qué?
-Fatah no tiene ningún tipo de involucramiento en Gaza. La cooperación en materia de seguridad entre la Autoridad Palestina, a través del gobierno de Abu Mazen, y el aparato de seguridad de Israel se aplica solo a Judea y Samaria. La información de inteligencia de Gaza que recibimos proviene del Shin Bet y del Tzahal. Es información que recaudamos sin cooperación palestina. Obviamente es información de inteligencia, se reclutan agentes, se los infiltra, pero no hay ningún tipo de colaboración del Fatah.

-¿Y Egipto cómo se inserta en este contexto?
En Egipto hay un problema muy complicado de equilibrio del poder. Hay que recordar que allí la Hermandad Musulmana ganó las elecciones. Recordemos que el presidente Morsi, que había sido electo, fue derrocado por un golpe militar, y que Al Sisi no fue elegido por los egipcios. La Hermandad Musulmana en Egipto es una organización muy fuerte, que por el momento no está al gobierno, pero recordemos que Hamas es un brazo de la Hermandad Musulmana. Por eso en Egipto saben que cualquier triunfo o empoderamiento de Hamas en la zona de Gaza atenta contra el equilibrio de poder al interior de Egipto. Y allí no solo está la Hermandad Musulmana, sino que también operan activamente el ISIS y Al Qaeda, especialmente en la zona del Sinaí. Por eso ellos buscan por todos los medios tranquilizar la situación en la región, desde su propio interés, pero por lo general no tienen éxito. Mi presunción, aunque no tengo información al respecto, es que la estrategia de Hamas no es la victoria militar ni proteger a su población, dado que han fallecido más de 100 personas en este conflicto actual, más de la mitad mujeres y niños. Realmente una tragedia humanitaria. Pero creo que ese no es el criterio con el que miden su éxito, que sin dudas no es el militar, sino que lo que de verdad les interesa es afirmar su liderazgo entre los palestinos, y en ese sentido ya ganó unos cuantos puntos durante los últimos días. Entre los árabes de Israel hoy hay una creencia mayoritaria de que Hamas es el futuro del liderazgo entre los palestinos, y si hoy hubiese elecciones en Palestina, yo creo que Hamas se alzaría con la victoria. Hoy el mundo musulmán, el mundo árabe y, por supuesto, los palestinos, ven a Hamas como quienes defienden los lugares sagrados del Islam. Por eso su victoria es en la opinión pública aún a costa de las vidas palestinas.

-Si es que hay en estos momentos un ganador en este conflicto, ¿quién es o quiénes son?
-Todo el asunto de quién gana en la lucha contra el terrorismo desemboca en una paradoja. Desde el punto de vista de Hamas, ellos van a haber triunfado. Desde el punto de vista de Israel, nosotros vamos a haber triunfado. Es muy complejo y muy difícil el tema de las victorias cuando se lucha contra el terrorismo.

-¿Cómo creés que esto afectará el armado de gobierno?
-Influirá dramáticamente. Hay gente en Israel que abona a todo tipo de teorías conspirativas respecto a que Bibi planificó este conflicto, y yo te aseguro que no hay nada de cierto en eso. Pero creo que sin esta guerra u operativo militar hoy estaríamos hablando de una nueva coalición gobernante en Israel de la que Bibi no sería parte.