En septiembre de este año, la compañía de teatro itinerante Vanderer LufTeater estrenó en el templo de la comunidad Neve Shalom la obra Menajem Mendl, que en los próximos meses va a presentar en distintos espacios comunitarios. Basada en textos del escritor Scholem Aleijem (1859-1916) esta obra de teatro en ídish incluye un sistema de subtitulado simultáneo en castellano. Los cuentos y novelas de Sholem Aleijem se destacan por sus descripciones minuciosas de la vida del shtetl, su humor benevolente y la naturalidad del habla de personajes como el lechero Tevie o el hijo del cantor Motl, que fueron llevados al teatro en incontables adaptaciones.
El texto original de la obra tiene la forma de un colorido intercambio epistolar en el contexto de la Rusia zarista. Menajem Mendl viaja por las grandes ciudades del Imperio para probar suerte y encontrar sustento. En diferentes episodios, intenta, sin éxito, ganarse la vida como agente de bolsa, casamentero, escritor y comerciante. Él es un ser optimista que construye castillos en el aire, aunque sus proyectos terminen en desastre una y otra vez. Su fiel esposa Sheyne Sheyndl se quedó en casa, con sus hijos, en un pueblito del interior. Ella es práctica y tiene los pies sobre la tierra. Aunque, regañona y sarcástica, siempre está dispuesta a apoyar a su esposo, y a socorrerlo especialmente en los peores momentos.
La nueva adaptación presentada por la compañía Vanderer LufTeater reubica la trama en un radioteatro de la Buenos Aires de los años ‘50, dándole a la obra un giro inesperado.
-¿Cómo surge el proyecto LufTeater en Francia, y cómo llega a Buenos Aires?
Rafael Goldwaser: -Empecé mi carrera en el Teatro Nacional de Israel. Después de unos años fui a Francia para especializarme con Jacques Lecoq, y decidí dedicarme solamente al teatro experimental. En 1990 volví a Francia, donde fundé la compañía teatral LufTeater (teatro del aire) porque quería hacer teatro ídish y quería ser independiente. Hicimos Di Meguile de Itsik Manguer con unas críticas tan extraordinarias que recibimos el apoyo del Ministerio de Cultura de Francia y del Municipio de Estrasburgo por muchos años. Cada tres años organizábamos un festival con conferencias, espectáculos y conciertos. También organizamos seminarios académicos de verano. En 2019 salí a una gira individual. Hice Esperando a Godot en ídish en Nueva York, visité Miami, Bogotá. En la comunidad judía de Rio de Janeiro y en IWO de Buenos Aires presenté un monólogo sobre mi padre. Aquí conocí a Judith. Yo me volví a Francia, donde tenía un trabajo pendiente, y ella vino a Varsovia, donde yo daba un curso de teatro ídish… En pocas palabras, el LufTeater llegó a Buenos Aires para enamorarse de Judith. Ahora es un Vanderer LufTeater, un “teatro del aire itinerante”, porque empezó en Estrasburgo, viajó por todo el mundo y ancló acá, en Buenos Aires. Tiene ese sabor romántico de los inicios del teatro, cuando las compañías viajaban en carromatos.
-Esta puesta de Menajem Mendl nació durante la pandemia. ¿Cómo empezaron a colaborar?
RG: -Cuando se desató la pandemia yo estaba en Buenos Aires y no pude volver a Francia. Con Judith ya vivíamos juntos y empezamos a preparar material teatral para YouTube.
-Judith, ¿cuál fue tu reacción cuando Rafael te propuso interpretar a Sheyne Sheyndl?
Judith Buchalter: -Primero me pareció descabellado, pero mientras íbamos avanzando en la lectura del texto y la selección de los episodios para el guión, empecé a enamorarme de todo lo que pasaba. Me enamoré del texto, de la pintura de época, del idioma, y hasta del vínculo entre esa pareja tan particular.
-Luego del surgimiento de los movimientos feministas, ¿cuál es el principal desafío de interpretar a una mujer tan anclada en el mundo tradicional?
JB: -Nosotras atravesamos un período de la historia único, una bisagra de cambio enorme en la posición de la mujer frente a la sociedad, la pareja, los hijos, el trabajo, la relación con los padres. El desafío es la distancia que tenemos que recorrer para comprender lo que le pasa a Sheyne Sheyndl, sin criticarla. Yo encontré en ella una mujer fuerte, que defiende lo que considera correcto, aferrada al deber ser. Es una mujer fuerte que sabe enojarse, pero también sabe pedir. Tiene muy en cuenta las palabras de su madre, con humor, con sensibilidad y con apego a su marido y a sus hijos. Si ella viviera hoy sería feminista y quizás tendría un poco menos paciencia con Menajem Mendel. Y algo que me encanta: le importa preservar di goldene keyt, la cadena que une a las generaciones.
-Menajem Mendl y Sheyne Sheindl son personajes clásicos de la literatura ídish. ¿Cómo se aborda este tipo de personajes, cuando gran parte del público ya conoce los textos?
RG: -De una cosa estoy seguro, el texto es fantástico porque es de Sholem Aleijem.
JB: -Hay un público conocedor de la literatura ídish que va al teatro a reencontrarse con el texto de Sholem Aleijem. Ellos no se van a defraudar porque el texto está. A mí me impactó que varias personas me preguntaron sobre Menajem Mendl como si se tratara de un personaje histórico. Porque hay personas que lo tenían presente de su infancia como un ser familiar, como alguien sobre quien escuchaban historias.
-¿Pueden contarnos sobre el concepto de “radioteatro para ver” y cómo funciona en el escenario?
RG: -Fue una idea de Judith, ella me convenció enseguida.
JB: -El modelo de «radioteatro para ver», o sea, hacer una puesta en escena que remite a un estudio de radio y su transmisión en vivo, nos permitió acercar la obra a Buenos Aires. Traerla a la década de 1950, cuando los actores de radioteatro eran figuras muy populares y el público iba a las emisoras a presenciar los radioteatros. Así surge el rol de Lucas, el técnico de la radio, el que hace los efectos, pone la música, pasa las publicidades y también opera el subtitulado que no forma parte del radioteatro, pero sí de nuestra comunicación con el público actual.
-Rafael, hiciste una importante carrera actoral en Francia, Israel, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Canadá… ¿Qué significa para vos actuar en Buenos Aires?
RG: -Para mí, actuar en Buenos Aires es, primeramente, estar con Judith, pero también es volver al lugar donde nací y me eduqué en el ídish. En casa se hablaba solamente ídish. Mi papá, que era un gran actor del teatro IFT, exigía eso, que en casa hablemos solamente ídish. Bueno, es como volver a casa. Me siento muy bien aquí. No pensaba que fuera posible montar un espectáculo en tan poco tiempo y aquí estamos.
-Judith, tu carrera estuvo enfocada en el teatro porteño, ¿cómo se siente actuar en ídish?
JB: -Me encanta. Actuar en ídish es todo un desafío. Llegué a este estreno con muchos más nervios que a cualquier otro, pero también muy preparada. Me formé en seminarios de teatro ídish y los cursos de IWO Buenos Aires, en programas internacionales de ídish con Rafael. Estudié mucho. Además, en esta puesta tengo el soporte de la lectura que me da un poco de alivio. Lo importante es que me siento parte de esta cultura y quiero seguir profundizando y trabajando en el teatro ídish. Esto es solo el inicio.
-La traducción siempre fue un tema polémico en el teatro y la literatura ídish, porque en muchas obras el lenguaje es un elemento performativo irremplazable. ¿Cómo piensan que el recurso del subtitulado puede cambiar esto?
RG: -Yo tengo esta inquietud desde 1992, cuando hice Di meguile, mezclando ídish y francés. El público que venía entonces no era mayoritariamente judío, no sabía ídish. El teatro estuvo lleno durante semanas porque la obra era interesante y permitía que mucha gente pueda conocer parte de la cultura judía. Hoy hay un público que necesita el ídish para el alma y nosotros estamos aquí para dar respuesta a esa necesidad, pero también queremos ampliar la propuesta para que puedan venir al teatro con sus hijos y nietos, o con sus amigos, que no saben ídish. Que mucha más gente pueda acercarse al ídish y compartir la riqueza de este teatro. En el ensayo general tuvimos la certeza de que la obra funcionaba muy bien, tanto en ídish como con el subtitulado. Yo sé que mucha gente añora el ídish. Hay un público fiel de hablantes y estudiantes de ídish, pero para seguir haciendo teatro en ídish tenemos que buscar formas de incluir a un público diverso. La traducción proyectada es un recurso extraordinario.
Ficha técnica
Menajem Mendl
Autor: Shólem Aléijem
Adaptación: Judith Buchalter y Rafael Goldwaser
Actuación: Rafael Goldwaser, Judith Buchalter, Lucas Fiszman
Dirección: Rafael Goldwaser
Ambientación: Dalia Kluger y Lenin Dueñas Quiroga
Contacto: lufteater@gmail.com
* Directora de Patrimonio Cultural de la Fundación IWO — Buenos Aires