Los que brillaron por su ausencia fueron Kaul, quien se disculpó a último momento producto del anticipo de las elecciones para la DAIA. Donzis desde un principio aclaró que no concurriría y la DAIA, a través de un funcionario, Ariel Krengel, informó que no concurriría con ningún dirigente al encuentro.
Lo cierto es que los organizadores y productores de YOK pretendieron subir al mismo escenario a los máximos representantes de los actores del la causa AMIA incorporándoles (a ellos) ‘el ingrediente’ Bergman.
Como no podía ser de otro modo, el tema del procesamiento a Rubén Beraja se entroncó linealmente con las declaraciones hechas (en su enconada y obsecuente defensa) por el actual Presidente de la DAIA, Jorge Kirszenbaum, que tuvieron -dentro del marco comunitario- mayor repercusión que el procesamiento mismo.
Lo más destacable al respecto, fueron las declaraciones de Bergman, quien pareció sintetizar el pensamiento de una gran parte del público presente (incluidos los otros oradores): “Jorge Kirszenbaum era inimputable porque no fue elegido para el cargo que ocupa (cabe recordar que asumió como Presidente producto de la renuncia de Gilbert Lewi). Pero dejó de serlo luego de lo que dijo en nombre de toda la comunidad. Y si hubiera coherencia en esta comunidad misma, se le tendría que haber pedido la renuncia inmediatamente”.
Los dirigentes no lo hacen ni lo hicieron, y la comunidad sigue esperando algún gesto de la dirigencia que la desvincule activa y formalmente de los dichos de Kirszenbaum que sólo levantaron alguna tenue polvareda oficiosa.