Medio Oriente

¿Nuevo fracaso israelí?

Hezbollah recupera su armamento gracias al contrabando de misiles de Irán, a través de Siria, mientras que docenas y cientos de guerrilleros de Al Qaeda arribaron a El Líbano para realizar atentados contra las fuerzas de paz de la ONU, según informó el jefe de la inteligencia militar israelí, el general de división Amos Yadlin, el martes 9 de enero.

Según Yadlin, Al Qaeda distribuyó a varios de sus miembros entre Siria, El Líbano y Egipto para perpetrar ataques contra fuerzas occidentales y de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en El Líbano (FPNUL).
Sin embargo, el número de guerrilleros es reducido en los territorios palestinos.
El jefe de Inteligencia Militar dijo que los militantes en la Franja de Gaza “se pueden contar con los dedos de las dos manos” y que algunos han sido localizados en Nablus, Cisjordania.
Yadlin sostuvo que Irán mantiene el contrabando de armas a favor de Hezbollah a través de Siria, en oposición a la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que estableció una tregua en la región, el desarme de milicias y el embargo de armas contra Hezbollah.
“Están concentrado en recuperar sus fuerzas luego de la guerra, y no están planeando -por ahora- nuevo ataques”, agregó refiriéndose al movimiento chiíta.

Siria

En su informe ante el Comité Parlamentario de Asuntos Exteriores y Defensa, este martes, Yadlin dijo que el Ejército sirio redujo sus niveles de alerta hasta los niveles previos a la guerra en El Líbano.
El director de inteligencia israelí dijo que Israel no puede estar seguro que las señales de paz sirias sean genuinas, pero sí confía en que el Presidente de Siria, Bashar al Assad, quiere iniciar negociaciones de paz.
Luego de la guerra en El Líbano, iniciada en julio del 2006, todo parece volver al siguiente ‘status quo’: el Ejército sirio restauró su nivel de alerta previo a la guerra, Hezbollah recupera su capacidad misilística, y una organización terrorista amenaza con nuevos atentados.
Si todo está como antes de la guerra, si el tablero vuelve a su lugar en riesgos y beneficios, cabría preguntarse para qué sirvió la guerra a excepción de haber perdido vidas, una vez más, inútilmente.