En el 2024, la mayoría de los que siguen la guerra entre Israel y Hamas conocen bien que es habitual que en los partidos de izquierda haya una postura muy dura frente al Estado judío. Están las posturas de los trotskistas, de los maoístas, de la izquierda tercermundista, entre otras. Pero hay una fuerza cuyas posiciones sobresalen por encima de los demás: la de los comunistas. Es que su historia como fuerza hegemónica de la izquierda mundial, así como su rol en la política internacional, le da un lugar preponderante en esta línea. Además, durante muchos años tuvo al interior de su organización a destacados militantes y dirigentes de origen judío conviviendo en el seno del partido con corrientes que expresaban más claramente su rechazo a las comunidades judías. Incluso, durante algunos años el comunismo llegó a apoyar al movimiento sionista y el nacimiento de Israel.

Previo a la Segunda Guerra Mundial, el sionismo y el comunismo se enfrentaban por sus diferencias ideológicas y por la disputa por conseguir la adhesión de un mismo frente de masas: el pueblo judío. Pero la guerra mundial cambió las coordenadas y los que se disputaban por motivos ideológicos encontraron puntos de coincidencia en la lucha contra el enemigo nazi. Los contactos políticos entre el embajador soviético en Londres, Ivan Maiski, y los líderes del movimiento sionista abrieron las puertas para construir los puentes por los cuales se establecerán las relaciones entre ambas fuerzas políticas.
El fin de la Segunda Guerra Mundial abrió las puertas a un enfrentamiento entre las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos y el bloque liderado por la Unión Soviética. Aquellos primeros años de la postguerra se vieron enmarcados por posturas que hoy serían vistas como contradictorias pero que no lo eran en aquel momento. Estados Unidos prestó apoyo diplomático a Israel pero no se tradujo en armas. Gran Bretaña era la potencia ocupante y mientras era reacia a Israel ayudaba militarmente a las naciones árabes que invadían el flamante Estado judío. Fue la Unión Soviética (y los partidos comunistas que seguían a Moscú) una de las principales fuerzas que, en los momentos más acuciantes para el naciente Estado de Israel, brindaron un apoyo decisivo para la existencia de éste. Además del apoyo diplomático del canciller soviético Andrei Gromiko a la resolución de la ONU que propuso en 1947 la existencia de un Estado judío y otro árabe, la dirección del PCUS interpretaba que la invasión de los países árabes estaba influenciada por los intereses imperialistas de la Gran Bretaña, deseosa de conservar sus beneficios en la actividad petrolera. Esto se tradujo en un apoyo a Israel que fue más allá de la diplomacia.

La Checoslovaquia liderada por el Partido Comunista aportó en entrenamiento militar, en armamento y hasta colaboró con el traslado de judíos hacia el nuevo Estado. A pesar del bloqueo de buena parte de la comunidad internacional a Israel, por lo menos 5.515 ametralladoras ligeras Spandau, 10.000 cinturones con municiones, 34.000 fusiles Mauser, 20.000 bayonetas y 50 millones de balas fueron suministradas solamente en el año 1948. Además, vendieron 25 aviones de combate AVIA S-199 y 61 aviones de combate Spitfire. Para el traslado de las armas, también intervino en la operación la Yugoslavia de Tito, debido a que el puerto de Siberlik fue usado para trasladar en barco el armamento dirigido a Israel. Pero el apoyo no vino solo a partir de la venta de armamento, sino también por medio de un programa de entrenamiento de pilotos para la nueva fuerza aérea israelí en bases aéreas donde uno de los que se formaba era ni más ni menos que el que fuera después presidente del Estado, Ezer Weizman.
Lo curioso de esta historia es que el modelo AVIA S-199 era el avión de combate alemán Messerschmitt BF-109 con algunas modificaciones realizadas por los técnicos checos. El entrenamiento militar se extendió a la formación de una brigada de judíos checoslovacos en la localidad de Libava y su instrucción fue dirigida por el Mayor General Antonin Sochor (quien fuera condecorado con la orden de Héroe de la Unión Soviética por su destacado rol en la unidad checoslovaca que participó de la liberación de Kiev en 1943). Sochor fue asesor del Haganá y su aporte fue muy valioso en la formación de unidades de paracaidistas, tanquistas y en artillería. Además, realizó un manual para la formación de unidades militares basado en su experiencia como combatiente en la Segunda Guerra Mundial que sería muy útil para el naciente Tzahal. La unidad formaría parte del Ejército de Defensa de Israel. El nombre clave de todo el operativo de apoyo checoslovaco fue “Confidencial Israel”. David Ben Gurión afirmará varios años después que “las armas de Checoslovaquia salvaron al Estado de Israel”.

El apoyo checo se mantuvo hasta que Josef Stalin decidió cambiar de postura frente a Israel y comenzó una abierta campaña en contra del acercamiento al movimiento sionista que terminó con una furibunda campaña antisemita expuesta en la destitución y ejecución del ex líder del comunismo checoslovaco Rudolf Slansky (acusado de trotskista, titoista y sionista).
Pero no fue solo Checoslovaquia la que brindó apoyo desde el comunismo al movimiento sionista e Israel. Italia es otro ejemplo del gran aporte del comunismo hacia la liberación nacional del pueblo judío. La lucha contra el fascismo fue una causa que logró vincular al movimiento sionista con el comunismo italiano. Es que tanto la brigada judía como los partisanos lograron combatir con éxito al enemigo nazi en Italia y esto sentó las bases para unas buenas relaciones en la postguerra. Estas se vieron reflejadas en diferentes acciones, como por ejemplo que el Keren Kayemet Leisrael (KKL) publicara avisos en el órgano oficial del Partido Comunista Italiano (L’Unita) así como en posturas muy críticas frente a Gran Bretaña hacia la cual la acusaban de apoyar a los países árabes en la invasión del flamante territorio israelí por tratar de cuidar sus intereses petroleros. Pero incluso fueron más allá.

El 18 de septiembre de 1948, se realizó un ataque contra varios aviones de combate modelo MC-205 de fabricación italiana que estaban esperando para ser enviados a Egipto en el contexto de la guerra de independencia de Israel. El hecho se produjo en la localidad de Venegono y fue atribuido a la acción de organizaciones armadas sionistas en su intento por obstaculizar la guerra de agresión iniciada por los países árabes contra el Estado judío. Varios años después de este hecho, la legendaria periodista italiana Oriana Fallaci viajó a Israel e hizo reportajes a varios italianos que habían inmigrado a Israel. Uno de ellos era Martino Godelli (1922-2014), sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz y que después se iría a vivir al Kibutz Netzer Sereni. En su testimonio, Godelli cuenta que participó en la destrucción de 3 aviones Macchi en aquel día así como de un acto de sabotaje a un barco egipcio cargado con armas. Relata que el Partido Comunista Italiano había apoyado abiertamente a los judíos y al Estado de Israel al punto tal de participar en actividades en conjunto con organizaciones sionistas. Además Italia era un país estratégico para el traslado de los judíos europeos hacia el actual territorio de Israel y en esa operatoria también participaban los comunistas. De acuerdo con su testimonio, todo cambió cuando Moscú impartió órdenes distintas y se cambió la directriz de un día para el otro.
Pocos meses después de la declaración de independencia, Israel envío como embajadora en la URSS a la dirigente Golda Meir y su paso por Moscú no pasó desapercibido. La visita a una sinagoga en la capital soviética despertó un gran entusiasmo en la comunidad judía de ese país, lo que generó un gran malestar en el gobierno estalinista. Por otra parte, las primeras elecciones generales de Israel, realizadas el 25 de enero de 1949, marcaron un antes y un después en la relación entre la URSS e Israel: la obtención del 3,5% de los votos por parte del Partido Comunista dejó claro a Stalin que Israel no iba a ser un Estado cercano al bloque soviético. A partir de este contexto es que la URSS y la mayoría de los partidos comunistas del mundo decidieron tirar abajo lo que pensaban para comenzar a difundir una virulenta campaña política basada en el odio al único estado judío del mundo. Se comenzó a demonizar al sionismo de una manera que hoy podemos observar claramente en la opinión pública.
La historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como farsa.
Fuentes:
https://www.israel.cz/2018/11/ceskoslovensko-a-jeho-vojenska-pomoc-10-10-motomechanizovana-brigada
https://www.smithsonianmag.com/air-space-magazine/czech-knife-180972958
https://espanol.radio.cz/la-ayuda-checoslovaca-que-contribuyo-a-la-fundacion-de-israel-8161188
https://zweilawyer.com/2016/03/04/israele-unita-1948
https://www.youtube.com/watch?v=VcVYAoutGuQ
https://mzv.gov.cz/consulate.newyork/en/news/czech_republic_praised_by_president_of.html
https://www.vhu.cz/prubeh-a-podrobnosti-cs-vojenske-pomoci-izraeli-na-konci-40-let