Solidaridad y compromiso de Hashomer Haztair, post 7/10

Desde el día siguiente al pogrom del 7 de octubre, y durante todo el año, Hashomer Hatzair desarrolló un conjunto de proyectos solidarios y de acompañamiento a los desplazados de los kibutzim del sur de Israel -con estrategias de educación no formal, de apoyo social y humano, y trabajos logísticos- encarnado en jóvenes voluntarios dispuestos a dar todo lo posible por las comunidades afectadas.
Por Bosmat Palmud*

¡Juventud, recuerda!
Cuando llegue el momento, lánzate sobre la balanza,
lánzate con fuerza y coraje.
Eso decidirá, la balanza cambiará.
¡Juventud, escucha!

Yitzhak Sadeh

Este texto de Yitzhak Sadeh, escrito en 1945 antes de la creación del Estado de Israel, llama a la juventud a ser el factor decisivo en la lucha por el establecimiento del país y a hacer todo lo posible para cambiar la realidad existente. Generaciones de jóvenes y madrijim/ot de la tnuá (movimiento) Hashomer Hatzair se han formado con este texto, que llama a los jóvenes a comprender que, aunque no hayan cumplido aún 18 años, pueden cambiar la realidad.

Durante más de 110 años, Hashomer Hatzair ha sido un ejemplo de pionerismo y ruptura de límites, desde la revuelta del gueto de Varsovia, liderada por Mordejai Anilevich, miembro de la tnuá, hasta la fundación de kibutzim con los valores shomricos en las fronteras de Israel. Incluso en 2024, la tnuá sigue avanzando por este camino y fue la primera en estar lista para salir y ayudar a nuestros kibutzim cuando comenzó el ataque de Hamás.

El sábado 7 de octubre cambió el Israel que conocíamos. En el ataque de Hamás al oeste del Néguev, se atacaron 8 kibutzim fundados por Hashomer, donde actualmente hay cientos de jóvenes y miles de ex – javerim/ot (compañeros/as). Ese día tomó tiempo hasta que se comprendió la magnitud de la destrucción y el daño causado a los kibutzim y sus habitantes. Janijim/ot (educandos/as) llamaban a sus madrijim/ot (educadores/as no formales) para contarles que ellos o sus familias habían sido heridos, y estos contactaron a los coordinadores para pedir ayuda. La mañana del 8 de octubre, aún antes de recuperar el control total sobre los kibutzim y mientras seguían evacuando a los residentes, ya había una delegación de la tnuá camino a los hoteles en el Mar Muerto, Maale HaHamisha, Hadera e Eilat, donde se alojaron los evacuados. Así, la tnuá lanzó en un día el proyecto «Abrazando al Sur» (Mejabkim et Hadarom).

El cambio de una actividad regular a una de emergencia no es fácil, pero la rápida transición demuestra la organización de la tnuá, donde los líderes saben cómo adaptarse, sobre todo muestra el compromiso humano de los javerim/ot para cumplir la misión sin dudar.

En los hoteles, los javerim/ot de la tnuá se encontraron con una realidad inimaginable: familias destrozadas, janijim/ot que perdieron a sus padres, padres que perdieron a sus hijos, familias enteras asesinadas o secuestradas. Kibutzim completos perdieron sus hogares y la estabilidad de sus vidas. En medio de todo ese caos, lo único que permaneció constante fue la camiseta azul, la jultza. Los primeros días se dedicaron principalmente a brindar apoyo, tanto a padres como a janijim/ot, ofreciendo un oído atento y tratando de dar un respiro en los momentos difíciles. Al cabo de una semana, se crearon sistemas educativos completos en los hoteles, organizados por javerim/ot de la tnuá, con bogrimot y voluntarios que se unieron al esfuerzo. Cada hotel tenía actividades diferentes, pero el objetivo era que cada comunidad tuviera un marco educativo para los niños y jóvenes desde la mañana hasta la noche.

En el hotel del Mar Muerto, donde se alojó la comunidad del kibutz Magen junto con evacuados de la ciudad de Sderot, la tnuá estableció actividades educativas que unieron a los jóvenes de ambas comunidades, que no se conocían antes. Al principio, los adolescentes no sabían cómo superar las diferencias culturales entre los dos grupos, pero poco a poco, tras días enteros de actividades conjuntas, surgió una amistad entre ellos. Incluso se ofreció un curso de hadrajá (educación no formal) para los jóvenes de Sderot, para que también pudieran ser madrijim/ot a kvutzot (grupos). Los bogrim (educandos de mayor edad) de la tnuá, con sus jultzot azules, se convirtieron en un pilar fundamental en la vida de los niños y adolescentes, cuyas vidas se desmoronaron.

En los hoteles de Eilat se alojaron las comunidades de Nir Oz y Nir Yitzhak. En el hotel donde se hospedó la comunidad de Nir Oz, los primeros días fueron especialmente difíciles, marcados por noticias sobre miembros del kibutz que fueron asesinados o secuestrados en Gaza. Un cuarto de la población del kibutz estaba desaparecida, entre ellos muchos responsables del sistema educativo del kibutz, como Shani Goren, que trabajó en el sistema de jinuj (educación) y fue secuestrada (y regresó en el intercambio de prisioneros en noviembre), y Maia Goren, una maestra del jardín de infantes del kibutz y madre de cuatro bogrim/ot de la tnuá, que fue asesinada el 7 de octubre. En medio de esta realidad tan difícil, la tnuá mantuvo un marco educativo para todos los niños del kibutz, lo que les ayudó a sentir un poco de estabilidad y una especie de rutina en la nueva realidad que se les impuso. Para garantizar la máxima estabilidad y consistencia para los niños, los miembros de la tnuá comenzaron a trabajar oficialmente en el sistema educativo del kibutz.

Con los chicos de Nir Oz en el hotel en Eilat.

En el hotel de Eilat donde se alojó la comunidad de Nir Yitzhak, no estaban acostumbrados a ver tantas jultzot (casacas de la tnuá) antes de ese día. El kibutz es pequeño y el ken operaba de manera parcial. En el momento clave, la tnuá supo responder a las necesidades del kibutz y también allí estableció un sistema educativo con actividades diarias para todas las edades. La nueva conexión entre el movimiento y los jóvenes del kibutz creó una profunda asociación entre ambas partes, que alcanzó su punto culminante en julio pasado, cuando una delegación de unos 15 jóvenes del kibutz viajó al majané kaitz (campamento de verano) de la tnuá en Estados Unidos.

La comunidad de Nirim también se alojó en un hotel en Eilat, y allí llegaron además los voluntarios y miembros adultos de Hashomer Hatzair, el mismo día en que la comunidad arribó a la ciudad, organizando actividades educativas para los niños y jóvenes desde el primer momento. Tal Ezion, un madrij del kibutz, quien visitó Buenos Aires con los janijim/ot del kibutz en agosto como parte de una delegación organizada por la organización «Juntos por Israel», comentó durante la delegación: «Se suele decir que las relaciones se ponen a prueba en momentos de crisis o emergencia. La relación entre el kibutz Nirim y Hashomer Hatzair superó la prueba». La tnuá estuvo junto al kibutz y lo apoyó en los momentos en que más lo necesitaba.

Las actividades del movimiento en Eilat con las comunidades de los kibutzim y evacuados continuaron hasta que cada comunidad encontró una vivienda alternativa hasta que pudieran regresar al kibutz. Incluso en sus nuevos hogares -Nir Yitzhak en el kibutz Eilot, Nir Oz en Kiryat Gat y Magen que regresó a su hogar- la tnuá siguió brindando actividades educativas y apoyo comunitario hasta el día de hoy.

Simultáneamente con las actividades en los hoteles, durante la primera semana de la guerra, javrei hatnuá (miembros de la tnuá) también operaron en todos los kenim (centros educativos) del país, ofreciendo actividades a los janijim/ot que permanecían en casa, ya que las escuelas estaban cerradas. La tnuá, en colaboración con los Centros para la Justicia Social (Merkazim LeTzedek Jevrati), también abrió un centro de ayuda donde las familias que habían perdido su hogar o no podían quedarse en él podían llamar, y las familias que ofrecían alojamiento en sus casas podían ofrecer ayuda. Los javerim/ot de la tnuá y los centros eran quienes atendían las llamadas y coordinaban entre las familias, según el tamaño y las necesidades de cada una. En este centro se registraron más de 6.500 familias, con más de 200 voluntarios trabajando, incluyendo una sección dedicada a hablantes de ruso.

Como solución adicional a la crisis de las familias evacuadas de ciudades cercanas a la Franja de Gaza que no recibieron el beneficio del gobierno para evacuados y no podían pagar un hotel, se abrió un centro de acogida en Givat Haviva, donde llegaron decenas de familias del sur y del norte de ciudades y localidades cercanas a la frontera, pero no lo suficientemente cerca como para ser incluidas en la orden de evacuación del gobierno. El centro fue operado por voluntarios y javerim/ot de la tnuá, y allí también se creó un sistema educativo para los niños de las familias. Así, decenas de niños de diferentes ciudades que no se conocían previamente compartieron actividades e incluso realizaron juntos un curso de hadrajá para ser madrijim/ot para que pudieran dirigir a niños más pequeños en el centro. Incluso en los momentos más difíciles de nuestro país, la tnuá sigue educando según su base fundamental: jóvenes educan a jóvenes.

La tnuá, en colaboración con los Centros para la Justicia Social y Najshonim (un movimiento hermano de Hashomer Hatzair que opera en barrios marginados económica y geográficamente), abrió una red de voluntarios y coordinación de necesidades entre comunidades que requerían ayuda y personas que buscaban dónde y cómo ayudar. A este sistema se sumaron cientos de voluntarios que querían contribuir a la sociedad, y la tnuá utilizó esta red para organizar actividades educativas en ciudades como Beersheba, Ashdod y Ashkelon en refugios para niños cuyas familias no podían evacuar. También estableció un sistema de apoyo emocional con voluntarios, psicólogos y trabajadores sociales para los evacuados en el Mar Muerto, Eilat, Kfar Menahem y Givat Olga, y ofreció alojamiento a familias en sus casas.

Cientos de javerim/ot de la tnuá que estaban en servicio militar y aquellos que fueron llamados a la reserva se comprometieron a cumplir con su deber. Entre ellos se encontraban también soldados del Perek Mesima (un programa de tnuot (movimientos juveniles) adentro del ejercito) del Najal de la tnuá, que fueron movilizados para llevar a cabo actividades educativas en refugios en Ashkelon.

Se recaudaron cientos de miles de shekalim para financiar las actividades de la tnuá durante la emergencia. Este dinero se utilizó para operar la amplia red de voluntariados que activó el movimiento en diversas zonas, para comprar materiales para las actividades, provisiones para las familias, y para transportar a las familias a diferentes tratamientos, reencuentros con familiares o sus lugares de trabajo, que ahora quedaban a varias horas de distancia.

Recibiendo un premio por las actividades en los refugios en Rishon LeTzion.

El 7 de octubre y en la guerra que ocurre desde ese día, perdimos a muchos javerim/ot s y ex – javerim/ot. En memoria de uno de ellos, Ravid Katz Z»L, miembro del kibutz Nir Oz, ex boguer de la tnuá y de la hanhaga rashit en el pasado, se estableció un programa de liderazgo educativo llamado «Derej Ravid» (El Camino de Ravid). Su objetivo es capacitar a jóvenes para ser educadores y trabajar en la educación comunitaria en los kibutzim del Galilea y el Néguev. El programa, que fue creado en colaboración con la tnuá y el Departamento de Participación Social y Tikkun Olam de la Organización Sionista Mundial, comenzó recientemente con jóvenes que han empezado a trabajar en los kibutzim del oeste del Néguev, recibiendo acompañamiento y formación por parte del movimiento durante su labor.

El programa surgió de una necesidad real que ha existido en los últimos años en los sistemas de educación no formal, para contar con guías educativos de calidad. Tras la guerra, esta necesidad se fortaleció, ya que no todos están dispuestos a trabajar en áreas cercanas a la frontera, y la formación y el acompañamiento para trabajar con niños y jóvenes que han pasado por experiencias difíciles este último año son más importantes que nunca.

Junto con las actividades de Hashomer Hatzair, también actuó el movimiento hermano Ajial, que opera en el sector árabe, brindando apoyo y ayuda a las comunidades afectadas o evacuadas el 7 de octubre. En la ciudad de Rahat, que fue alcanzada por misiles ese mismo día, Ajial organizó, en colaboración con el municipio, un programa de emergencia para capacitar voluntarios que pudieran ayudar a la comunidad en la ciudad y sus alrededores. En la ciudad de Nazaret, al norte, el movimiento llevó a cabo actividades educativas para los evacuados de la aldea de Arab al-Aramshe, ubicada en la frontera norte.

Pronto se cumplirá un año de aquel día que cambió la realidad israelí de la rutina a la emergencia permanente. Y en este año, en el que la tnuá ha demostrado su fortaleza y su capacidad de respuesta rápida y apoyo a sus comunidades, no se han dejado de lado otros valores. Durante todo el año pasado, la tnuá ha estado en el centro de los mítines en apoyo de un acuerdo para el regreso de los secuestrados, sin importar el costo. Javerim/ot y ex javerim/ot asisten todos los sábados a diferentes puntos donde se llevan a cabo manifestaciones, apoyando la lucha de las familias de los secuestrados. Paralelamente, muchos Javerim/ot y ex javerim/ot también han liderado y participado en manifestaciones en defensa de la democracia en Israel.

Las actividades anuales de la tnuá, incluidos el curso nacional de hadraja, el tiul (paseo) de exploradores para el noveno grado, cuyos participantes serán madrijim/ot el próximo año, los tiulei aviv (paseos primaverales) tradicionales y los majanot kaitz (campamentos de verano) también se realizaron este año, a pesar de la amenaza de los misiles iraníes durante Pesaj y a pesar de que el bosque tradicional de la tnuá para los majanot kaiitz, ubicado en la frontera norte, estaba dentro del alcance de los disparos diarios. Se encontraron alternativas y se trabajó arduamente para que todas los tiulim (paseos) y majanot (campamentos) pudieran llevarse a cabo de la manera más segura y mejor posible este año, porque siempre elegimos y seguiremos eligiendo la vida, la esperanza y un futuro mejor.

El llamado de Yitzhak Sadeh que aparece al principio sigue resonando y recordándonos que aún hoy, en un momento tan difícil para Israel, la juventud puede cambiar la realidad. Los janijim/ot y bogrim/ot de Hashomer Hatzair continúan siendo la columna vertebral de las comunidades desplazadas, educando a los niños y ayudando a estabilizar a las familias que han perdido tanto. Los madrijim/ot, liderados por un equipo de bogrei tnuá y ex javerim/ot, se lanzan al terreno, con valentía y fuerza, y hacen todo lo posible para cambiar el peso de la balanza y llevar a Israel a un lugar más seguro.

En un año marcado por desafíos y pérdidas profundas, la fuerza y el compromiso de los javerim/ot de Hashomer Hatzair han sido un faro de esperanza para muchas comunidades. Con cada acción, desde el apoyo en los hoteles hasta la creación de proyectos educativos en zonas vulnerables, la tnuá sigue demostrando que su misión de educar y guiar a las nuevas generaciones es más relevante que nunca. Enfrentando los momentos más difíciles, la convicción de la juventud de hacer la diferencia ha sido una constante. Porque incluso en medio de la adversidad, seguimos eligiendo la vida y la solidaridad.

*  Shlija (representante) del movimiento juvenil Hashomer Hatzair en Argentina y Uruguay.

Foto de portada: En la plaza de secuestrados.