Empecé a componer una semblanza suya en tres kibutzim donde vivió Ronit Rudman Sultan y conmemorar el talento y el coraje de esta jalutzá porteña, cuya última creación fue escribir sobre desaparecidos argentinos bajo el terrorismo de Estado.
Aquí van algunos fragmentos sobre Ronit, cuya imagen conozco solamente por la foto adjunta que me ayuda a imaginarla y recrearla, también a su último kibutz.
El derecho a la imagen que protege la representación visual de las personas creo no vulnerarlo en este homenaje a la jalutzá asesinada, cuya semblanza individual también es colectiva.
Ronit Rudman nació el 5 noviembre 1968 en Buenos Aires y murió asesinada con su esposo Roland el fatídico 7/10 en el kibutz Jolit.
Hacia 35 años que Ronit vivía por tercera vez en un kibutz. La primera vez, la pequeña Ronit vivió en un kibutz del norte, cuando sus padres emigraron a Israel, pero al cabo de dos años regresaron a Argentina. La segunda, vez a los 18 años, cuando hizo alyah en un garin del Hashomer Hatzair que se integró al kibutz Kerem Shalom.
Ronit pasó su niñez y adolescencia en Buenos Aires, estudió en la Escuela Normal Superior N°1 presidente Roque Sáenz Peña, en el barrio porteño de Almagro, y además en el seminario de maestros de AMIA. Fueron años convulsionados, antes y durante el tercer gobierno peronista. Pero los sombríos años bajo la dictadura militar marcarán de espanto a la futura kibutznik, ya instalada definitivamente con su esposo e hijos en el kibutz Jolit.
Había conocido a su esposo Roland Josep Sultan en el anterior kibutz, Kerem Shalom, (viñedo de paz), un joven tunecino que a los 23 años hizo alyah, sumándose al grupo fundador del kibutz. La ubicación estratégica de Kerem Shalom en el sur oeste del Neguev dibujaba tres límites geográficos al desafío idealista de sus jóvenes y pertinaces apostadores por la paz. En el cruce de la triple frontera entre Egipto, Israel y la Franja de Gaza, Kerem Shalom estaba a un paso de la valla fronteriza y a menos de un kilómetro del límite egipcio.
Al arribo de Ronit con el garin argentino en 1986, la población del kibutz se componía de cuatro núcleos juveniles de procedencias distintas, también de ciudades israelíes, pero todos compartían el ideal de comuna cooperativa en un kibutz de frontera, todos se comprometían a una vida de trabajo jalutziano de campesinos, y todos estaban dispuestos a la ardua faena de construir puentes para la paz con vecinos hostiles. El nombre Kerem Shalom aludía a un legendario mito bíblico, pero para los jóvenes kibutznikim era el trabajo diario de regar entre las dunas del Neguev las parras de uvas plantadas a mano; lejos de la “borrachera del sueño” de jóvenes bohemios que al despertar olvidan lo soñado; por el contrario, el nombre del kibutz era la cita cotidiana con un sueño en vigilia de jalutzim ebrios por alcanzar la convivencia pacífica con los árabes; un anhelado sueño capaz de prometer hogar seguro a Adam y Tom, los hijos que Ronit y Roland engendraron con amor en Kerem Shalom.
Pero Kerem Shalom se disolvió en 1995, sus miembros se dispersaron por todo el país y recién en 2001 algunos de ellos intentaron levantarlo otra vez. Pocos años antes, los Rudman-Sultan e hijos se habían anticipado a la crisis y fueron a vivir por poco tiempo a Buenos Aires donde Ronit enseñó en un colegio judío. Al cabo de tres años, la familia retornará Israel y fueron recibidos como miembros plenos del kibutz Jolit.
Jolit (lit. «duna») fue levantado en 1978 como un kibutz de Nahal cerca de Yamit, en la península del Sinaí. Sin embargo, conforme al tratado de paz con Egipto de 1979, Israel tuvo que evacuar todos sus asentamientos. El kibutz será restablecido en su ubicación actual en 1982, próximo a otros reasentamientos que también fueron evacuados.
Jolit no es mera metáfora de un kibutz construido sobre dunas en el Neguev. Fue el último levantado en el confín del llamado Otef Gaza, (envoltorio frente a Gaza), poblados en un distrito situado a 7 kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza; la palabra Otef connota un embalaje de poblados al alcance de proyectiles de mortero y cohetes Qassam lanzados por Hamas y el Yihad Islámico.
Históricamente, la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, establecida por el Acuerdo de Armisticio de 1949 entre Israel y Egipto, fue definido con más precisión en el acuerdo de febrero de 1950. Varios kibutzim como Sa’ad y Nirim surgieron antes, mientras que Sderot y Nahal Oz se fundaron poco después. Sin embargo, todos los kibutzim y moshavin fueron bautizados en hebreo Otef Gaza recién a partir del nuevo milenio. En realidad, no son poblados “envueltos” por un revestimiento de tierras áridas o de dunas, sino que forman un tenaz empaque de comunidades de cara a un enclave enemigo costero. Más que envoltura, el Otef sería la costura de un atado rebujado y zurcido entre la vida agrícola rutinaria y la rutina de la guerra.
Todos en el Otef sufrieron antes del 7/10 bombardeos transfronterizos y ataques con cohetes que pasaron de 401 en 2005 a 2.048 en 2008; durante la guerra de Gaza de 2014, los residentes del Otef sufrieron mayores daños que otros ciudadanos israelíes, además de varias bajas. Y rota la calma en marzo de 2018, se hicieron planes para la evacuación de emergencia de comunidades empaquetadas en el “envoltorio” del Otef. Sobre llovido mojado: ya numerosos residentes habían pasado antes por la experiencia de la evacuación.
Al igual que Sufa y Talmei Yosef, Jolit había sido relocalizada en Jevel Shalom, la zona elegida de nuevos moshavim y kibutzim construidos para los evacuados de Yamit. Sus nombres recuerdan inclemencias climáticas del Neguev o innovación de agricultura en el desierto. Los vientos arenosos de dunas bautizaron al kibutz Jolit, y las fuertes tormentas de polvo que azotaban al primitivo kibutz Sufa en la península de Sinaí.
De modo significativo, ninguno de ellos lleva nombres de vegetación ni de fauna del Neguev.
El nombre del moshav Yevul, por ejemplo, denota solo a cultivos introducidos en 1981 por los desalojados de Netzarim en Sinaí. Pero desconocen especies locales como el bello abejaruco vegetal cuya flor se parece a una abeja.
Tras el ataque del 7/10, los desalojados nuevamente de Yevul fueron juntados con sobrevivientes de la masacre de Be’eri a fin de ser alojados temporariamente en un albergue cerca del Mar Muerto. Similar a Sufa y Jolit, también Talmei Yosef había sido repoblado con evacuados del anterior moshav en Sinai; y relocalizados ambos en Jebel Shalom donde lograrán exitosos proyectos de desarrollo agrícola en el desierto, venciendo la escasez del agua en áridas zonas del Neguev.
El kibutz Jolit (83 hogares con 50 niños), elegido por los Rudman-Sultan, también participó junto a otros moshavim y kibutzim de la zona, en alterar el horizonte de altas dunas arenosas mediante proyectos de paisajismo verde; gracias al riego por goteo lograron cultivos variados, principalmente frutas y verduras, pese a los suelos planos y calizos, con tizas y loess blando en el desierto.
Holit se basó económicamente en la agricultura de campos y huertos cultivados de naranjas, limones, patatas, mangos, nueces y zanahorias. La única fábrica producía exprimidores.
Ronit Tal (segundo nombre elegido en el kibutz) trabajó de supervisora principal en los hogares infantiles. Posteriormente, terapeuta líder en educación informal en Nir Yitzhak donde fue muy valorada. Al mismo tiempo, realizaba diversas capacitaciones artesanales: pulpa de papel, joyería, diseño y producción de eventos. Fueron muy apreciados sus talleres impartidos en Jolit y Nir Yitzhak. Además, Ronit Tal brindaba asesoramiento y orientación a padres jóvenes, y fue activa en el comité de educación durante muchos años. Obstinada, Ronit no daba nada por sentado. Le encantaba leer y también ser anfitriona. Amaba la cultura, el arte, los museos, los sitios históricos y las galerías.
La tesis doctoral de Ronit Tal sobre los desaparecidos
Ser abuela le cambió el mundo a Ronit Tal quien brindaba todo su amor para criar a los nietos Raz y Uri. También le cambió la vida en los últimos años la decisión de iniciar estudios académicos de arte en la Universidad Ben Gurion. Ronit Tal hizo la licenciatura en Sapir College, completó la maestría e inició la tesis de doctorado en la Universidad Ben Gurion de Beer Sheva; muy significativo fue el tema elegido para su tesis doctoral, los desaparecidos argentinos, lo cual muestra cuán presentes estuvieron aquellos años de su juventud en la Buenos Aires bajo el terrorismo de Estado.
Al momento de su asesinato, Ronit Tal llevaba cinco años trabajando su doctorado en el departamento de Arte de la Universidad Ben Gurión, investigando la función del arte de protesta durante la última dictadura militar argentina. El título en inglés elegido fue: Brushes in the shadow of the generals: protest art in Argentina 1976-1983 (Pinceles a la sombra de los generales: el arte de protesta en Argentina 1976-1983).
La profesora Ronit Milano, su directora de tesis, comentó a la revista Globes que Ronit, “había comenzado sus estudios desde cero hasta convertirse en una excelente investigadora. Todos buscaban sus consejos. Tanto en la shivá como en el entierro, sus hijos contaron lo feliz que le hacía a la madre su investigación doctoral casi concluida”. La Dra Inbal Ben-Asher Gitler recordaba a Ronit para la revista LaIshá como “una docente súper talentosa y dedicada, que consagraba mucho tiempo a todos sus estudiantes, también en Sapir College. Tenía planeado enseñar su primer curso, ya con el título de doctora, el verano próximo en el departamento de Comunicaciones en la Universidad Ben Gurion sobre un tema fascinante: ética y cultura visual. ¡Estaba tan entusiasmada!”.
¡No era para menos!
Ronit Tal había sido invitada a participar,apenas veintiún días después de su asesinato, en el coloquio Ibero-Americano Atos de Revolta’ Repressoes, marginalidades.protestos e artes performativas, a realizarse en Porto (Portugal). El título que eligió para su ponencia fue “Iconos y Exilios: El happening como estrategia critica-política”. En el programa difundido se anunciaba que la investigadora Ronit Tal Sultan, del Sapir College-Israel, sería la primera expositora, el 26/10a las 11:15, en un panel titulado: “Protestos na América Latina”.
Desconozco si en la apertura del coloquio los participantes guardaron un minuto de silencio en memoria de Ronit Tal. También ignoro si en el panel recordaron la pérdida devastadora sufrida ese sábado sangriento: 15 miembros asesinados (la víctima más vieja, Moshe Ridler de 92 años, sobreviviente de la Shoah), 2 trabajadores tailandeses y otros 6 fueron secuestrados. En pocas horas 20 % de los miembros del kibutz fueron aniquilados, sus casas incendiadas y saqueadas, además de numerosos sobrevivientes heridos.
A Ronit Tal y Roland les sobreviven sus hijos Adam y Tom, y los nietos Raz y Uri, además de Sara, la madre de Ronit, y Nathalie, hermana de Roland. Su nuera Nir Caspi Sultan, contó a la revista La’Isha que Ronit había enviado un mensaje de texto a las 7:56 a.m.: “Cuídense”, y después de un minuto, agregó: “Los amo”. Mandó otro mensaje a un amigo a los diez minutos diciendo que “los terroristas ya están frente a la casa, tratando de entrar”. Fue la última vez que se supo de ellos.
Ronit tenía 56 años y Roland 68 cuando fueron enterrados en Ashdod el 19 de octubre.
Nathalie, la desolada hermana de Roland, escribía en Facebook sobre la muerte de la pareja: “La cabeza no puede entender, el corazón llora, y las palabras no me salen de tanto dolor”.
Roland Sultan trabajó durante muchos años como administrador de la comunidad de Holit, y se jubiló a menos de un año que lo mataran. Yoav Boukay, el kibuztnik que lo reemplazó, señaló que Roland «sabía cada cosa sobre Holit». Cuando asumió el cargo en diciembre de 2022, Yoav preguntó a Roland si quería continuar más tiempo para terminar cosas pendientes: “Me miró con una mirada inescrutable y dijo que había estado esperando el momento de jubilarse. Que tenía muchas cosas que hacer y que necesitaba un poco de descanso luego de sus muchas actividades realizadas en el kibutz. Así que Roland se jubiló y comenzó a renovar su casa”.
Su nuera Nir, describió a Roland como “un poco travieso, y que siempre sabía cómo decir algo para romper el hielo. Se preocupaba mucho por la gente y era difícil no quererlo”. De Ronit, dijo “era práctica, pero siempre intentaba tomar las cosas con calma y decir que todo estaría bien”. Cada uno en la pareja siempre cuidaba al otro y se complementaba mutuamente; nunca los vi pelearse ni discutir. Realmente amaban a sus hijos y a sus nietos a quienes hablaban en hebreo, no obstante, el idioma de la madre era español, y francés el del padre. Si alguna vez yo mencionaba alguna dificultad, inmediatamente se ofrecían a ayudarme”.
Otros recuerdan que a Ronit le gustaba salir a pasear con muchos de sus amigos y también bailar danzas folclóricas. La amistad era un valor primordial para ella y siempre supo decir las cosas apropiadas en el momento preciso. Era modesta y nunca se jactaba de sus numerosos logros.
Las vidas segadas por Hamas dejaron interrumpidos los proyectos de Roland de renovar su casa y las ilusiones de Ronit de dar su primer curso sobre arte en la Universidad Ben Gurion. Pero las vidas no segadas no impidieron que se tronchen los sueños de casi todos los sobrevivientes del más pequeño de los kibutzim masacrados en el Neguev. En la borrascosa historia de Jolit, muy pocos entre sus veteranos son capaces de volver a comenzar por tercera vez.
La inmensa mayoría de los israelíes casi desconoce la existencia misma de este kibutz perdido en las dunas del Neguev que, a diferencia de otros kibutzim grandes e igualmente devastados, no recibió inmediatamente propuestas de reconstrucción. El film documental del periodista Shlomi Eldar, que estrenó en el canal 13 de TV en mayo de 2024, revela el desamparo, orfandad y dolor de los sobrevivientes, Eldar le puso un título que obvia todo comentario: “¿Quién ha oído hablar de Jolit?: el kibutz que permanece en las sombras”.
No antes de agosto 2024, a casi diez meses de su evacuación del hotel en Ein Gedi, las primeras familias de Jolit empezaron a ser reubicadas en un nuevo barrio con viviendas provisorias en Revivim, veterano kibutz del consejo regional Ramat HaNeguev con más de 1.100 habitantes. Pero al cabo de casi un año de espera, la construcción del barrio estaba incompleta, ni todas las casas eran habitables. Presumiblemente 150 javerim de Jolit quizás residirán en casas temporarias en el kibutz. Pero nadie confía en que la comunidad Jolit pueda regresar al destruido kibutz el próximo verano. Después de un año, ni siquiera han comenzado las tareas de demolición de 14 casas mientras todas las demás en el kibutz necesitan reparación (Sue Surkes. “Haunted by October 7, Kibbutz Holit tries to rebuild in a temporary new location”. Times of Israel, 10/11/24).
A principios de noviembre 2024, regulaciones administrativas han retrasado proyectos de reconstrucción por razones de seguridad, no solo en Jolit también en Kisufim, Kfar Azza, Kerem Shalom, Nahal Oz, Nir Oz, Nirim y Ein Hashlosha. Sin embargo, en kibutzim grandes y más emblemáticos por el número de víctimas en la masacre del 7/10, la reconstrucción se inició, pese a la ambigüedad de los planificadores sobre criterios en disputa entre conmemoración y rehabilitación; así, en el kibutz Beeri hay casas quemadas y acribilladas a balazos sobre las que todavía no se ha tomado ninguna decisión, mientras que otras estructuras dañadas ya han sido evacuadas y demolidas (Naama Riba, ¿Podrá algún día volver a la normalidad la vida en la región fronteriza de Gaza?, Haaretz, 5/11/24).
Postdata para la rehabilitación de los sobrevivientes
El pasado 7/10 fue conmemmorado el Yortzait de todas las victimas del sábado negro; de modo colectivo en Israel, recitamos Kadish del doliente por los masacrados, también por los muertos en el kibutz Jolit.
Pero el 5 de noviembre pasado, día del cumpleaños de Ronit Tal, en su aniversario luctuoso personal me pregunté por qué los judíos no acostumbramos a rezar, precisamente, en el día del nacimiento del difunto, aunque fuere una variación de la oración del Kadish que se dice tradicionalmente en honor del fallecido para conmemorar y santificar su vida.
Una variación del Kadish que podamos orar, después de la tragedia del 7/10, en el día del cumpleaños de cada uno de los muertos a fin de conmemorar y santificar sus vidas y así también los sobrevivientes sean merecedores de oraciones para la rehabilitación de todos ellos.
Sentí que pensar cómo ayudar a la rehabilitación de los javerim sobrevivientes del kibutz de Ronit Tal es mi modo más entrañable de recordarla desde mi corazón en el aniversario de su natalicio.
Por eso busco cuáles iniciativas oficiales, y también de diásporas judías. han comenzado a apoyar planes de reconstrucción de kibutzim devastados en la región Otef y la rehabilitación de javerim de Jolit.
Supe que algunos de sus sobrevivientes fueron entrevistados en viviendas provisorias del kibutz Revivim y que solicitan priorizar proyectos de rehabilitación capaces de brindar terapia individual y grupal; asimismo, reclaman actividades que ayuden a cohesionar el sentido de comunidad, a encontrar trabajo y a garantizar la educación de los niños. Varios de los miembros también han comenzado a discutir cómo se deberían reconstruir las casas familiares del kibutz y sus edificios públicos. Pero son significativos algunos títulos elegidos para nombrar los primeros proyectos de reconstrucción del Kibutz Jolit y la rehabilitación de sobrevivientes.
En especial, me llama la atención un proyecto denominado, “Espacio de terapia”, que prioriza la rehabilitación de la gente antes que la conmemoración del kibutz como sitio de memoria; este proyecto, apoyado por el KKL de los judíos italianos, prevé la reconstrucción de la antigua clínica y sus alrededores en el corazón del kibutz, tiene nombres muy sugestivos: Clínica terapia psicológica y postraumática; Medicina china; Clínica estética; Terapia al aire libre; Un jardín zen y terapéutico para la comunidad. (“Kibbutz Holit Reconstruction projects options for the Italian Communitiesthrough KKL, Italia KKL, JNF, https://marketingevents.kkl-jnf.org › 2024/09).
Estoy tentado de preguntar a Adam y Tom, los hijos de Ronit Tal y Roland, nacidos en el kibutz Kerem Shalom, qué habrían pensado sus padres sobre estos nombres elegidos para proyectos terapéuticos de rehabilitación, y cuales nombres alternativos habrían preferido dar Ronit y Roland para ayudar a rehabilitar a sobrevivientes amigos suyos en el kibutz que necesitan, comenzar una nueva vida post 7/10.
Mi curiosidad se hizo más intensa después de enterarme del espíritu bíblico que inspiran proyectos de rehabilitación para el kibutz Kerem Shalom, un espíritu similar que imagino habría irradiado en Ronit Tal y Roland cuando decidieron venir a vivir (y a soñar) en una viña de la paz antes de ser javerim en el kibutz Jolit.
Soy consciente que ambos kibutzim han sufrido de modo muy diferente el 7/10. A diferencia de los 13 javerim caídos en Jolit y dos trabajadores tailandeses muertos y secuestrados, en el kibutz Kerem Shalom las hordas terroristas de Hamas fueron rechazadas por el equipo de seguridad con entrenamiento militar, Kerem Shalom ha sido el único kibutz de la zona que Hamas no logró conquistar, ni tomar rehenes, ni asesinar civiles.
El proyecto de rehabilitación de Kerem Shalom fue anunciado en ceremonia oficial de plantación de árboles con la presencia del presidente de Israel; se empezó recordando que el difunto Amichai Witzen, miembro del equipo de seguridad del kibutz caído en combate, “soñaba establecer un viñedo, una bodega y un centro de visitantes para contar la historia del kibutz”. Después de su muerte, un grupo de amigos decidió hacer realidad el sueño. Planifican construir el viñedo en zonas agrícolas, y la bodega y el centro de visitantes a modo de portal de entrada que da la bienvenida a la restauración del kibutz.
Emotivamente, la ceremonia concluyó con la invocación del Salmo 126:5-6, que pronunció Talia Witzen, viuda del difunto Amichai, «En las fuentes hebreas se dice Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Estamos pasando por momentos tremendos. En el país, en nuestra comunidad y también yo personalmente. En este tiempo descubro que sólo las cosas reales pueden traer alegría. Y en esta mañana vi verdadera alegría, alegría por la viña que aquí está plantada y alegría especialmente por la viña que simboliza para nosotros, esperanza y fé”.
Querida Ronit, ¿acaso no es la misma esperanza y fe que tú y Roland han sentido cuando llegaron por primera vez al kibutz Kerem Shalom?
Aunque no estés más entre nosotros, ¡recordamos en el día de tu cumpleaños la fe inmensa e insondable esperanza que iluminaban tu sonrisa!