En Santiago de Chile existen dos centros islámicos suníes pertenecientes a la comunidad musulmana. Y en un cable del año 2006, el entonces embajador de Estados Unidos en Chile, Craig Kelly, sostiene que «el Centro Islámico de Santiago provee apoyo financiero a terroristas desconocidos».
El cable señala también que existen reportes que indican que estos grupos tienen la capacidad de planificar operaciones y algunos reportes no confirmados indicarían la intención de planificar un acto terrorista en algún lugar de la región, pero nada definitivo
En otro cable fechado en agosto de 2005, Kelly asegura que la embajada estadounidense trabaja «activamente» con el Gobierno chileno «para impulsar el monitoreo de organizaciones musulmanas en Chile, particularmente grupos conectados con la Zona Franca de Iquique» y que tendrían conexiones directas con organizaciones islámicas en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay.
Se habla también de otro cable de ese mismo año en el que el embajador asegura que «mientras Chile oficialmente condena el terrorismo y las organizaciones terroristas, hay evidencia de apoyo privado entre pequeños grupos en Chile a organizaciones terroristas como Hezbollah, grupos islámicos anti-EEUU, las FARC y grupos bolivarianos anti-EEUU».