El viaje de los negociadores israelíes tuvo como objetivo intentar medir la postura norteamericana sobre el anuncio de los árabes, y probablemente compartir con Kerry las reservas del gobierno de centro-derecha de Israel sobre la nueva propuesta de la Liga Árabe. Tras la reunión con el funcionario norteamericano, Livni, actual encargada de las negociaciones con la Autoridad Palestina, se manifestó optimista.
La iniciativa inicial de Liga Árabe data de 2002. Ofrecía el pleno reconocimiento del Estado de Israel, siempre que renunciara a todos los territorios que pasó a controlar tras el conflicto de 1967 y reconociera el derecho de los refugiados palestinos. Israel rechazó esa propuesta. Sin embargo, el nuevo plan de paz de la Liga Árabe podría abrir nuevas perspectivas.
Previamente, habían sido el primer ministro y ministro de Exteriores de Qatar, el jeque Hamad bin Jassim al-Thani, junto al presidente de la Liga Árabe, Nabil El Araby, quienes se entrevistaron con Kerry. “La Liga Árabe defiende que el acuerdo debe estar basado en la solución de dos Estados con respecto a la línea del 4 de junio de 1967, con la posibilidad de cambios de tierras que sean comparables y mutuos”, declaró Al Thani tras el encuentro.
Luego llegaron otras dos declaraciones alentadoras. La primera fue la de Saeb Erekat, jefe negociador palestino, quien subrayó que la declaración de su colega qatarí refleja la posición que siempre defendieron los palestinos. La segunda fue la Livni, que antes de decidir viajar a Washington, y pese a las reservas del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó: “Israel celebra el estímulo al proceso diplomático por parte de la Liga Árabe y la Secretaría de Estado estadounidense”.
También está previsto que Livni se dirija a Nueva York para reunirse con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Cabe consignar que apenas fue planteada la propuesta árabe, el Comité Ejecutivo de Meretz aprobó una resolución para llamar al Gobierno de Israel a adoptar la iniciativa y promover una campaña pública para apoyarla. En ese momento, Zehava Galón, presidenta de Meretz, señaló: «O habrá dos Estados o Israel no podrá seguir existiendo como un estado democrático y judío».
Por su parte, durante una reciente visita oficial a Suiza, Netanyahu sugirió que someterá a referéndum cualquier acuerdo de paz con los palestinos. Una declaración, de hecho la segunda en tres días, que pese a la aprensión con la que desde el ejecutivo de Israel fue tomada la nueva iniciativa árabe, aumenta las expectativas de que las negociaciones directas puedan reanudarse tras más de dos años de estancamiento.
“Si conseguimos un acuerdo de paz con los palestinos, me gustaría someterlo a referéndum y me gustaría hablar con usted sobre sus experiencias en ese sentido”, señaló el primer ministro en su encuentro con Didier Burkhalter, ministro de Relaciones Exteriores suizo.
Una consulta de este tipo sería inédita en la historia de Israel, ya que los acuerdos anteriores de paz con Egipto y Jordania fueron aprobados exclusivamente por la Knesset. Pero una ley de 2010 estipula la celebración de un referéndum para aprobar cualquier cesión de Jerusalén Oriental o los Altos del Golán, y actualmente están en marcha gestiones para incluir a Cisjordania en esa ley.
La decisión del dirigente del Likud se explica también en la coalición de gobierno que encabeza, que incluye a partidarios de los asentamientos, quienes se oponen firmemente a la idea permitir un Estado palestino independiente en Cisjordania. Al prometer someter a referéndum cualquier acuerdo, Netanyahu apostaría a evitar una respuesta negativa de la ultraderecha a una decisión de discutir en base a territorios por paz con los palestinos, ya que de ese modo daría a los electores la última palabra.