Según Haaretz, Sharon presentó su plan a su partido Likud en una reunión a puertas cerradas el pasado lunes 2 de febrero.
«Estamos hablando de una población de 7.500 personas», dijo. «No es una cuestión simple. Son miles de kilómetros cuadrados de invernaderos y fábricas. Hay gente allí ya por tercera generación; así que lo primero es alcanzar un acuerdo con esos habitantes».
Los colonos judíos, como era de esperar, no tardaron en condenar sus declaraciones.
Bentzi Lieberman, presidente del Consejo de Comunidades Judías en Judea, Samaria y Gaza, declaró a Radio Israel que la medida «solamente da un premio al terrorismo».
Lieberman dijo que no creía que el gobierno de coalición de Sharon sobreviviría si ese plan es puesto en marcha.
El opositor Partido Laborista también expresó dudas acerca del anuncio de Sharon. «Sharon ha dicho miles de veces quiere desmantelar asentamientos», declaró Pines al The Jerusalem Post, «pero aún tiene que desmantelar al menos uno».
El negociador jefe palestino Saeb Erakat declaró que «si Sharon realmente intenta replegarse de Gaza, no va a encontrar a un solo palestino que le obstruya el camino. Solamente confiamos en que esto no sea una estrategia de relaciones públicas. El gobierno israelí y Sharon tienen que elegir entre sus políticas de asentamientos y la paz: no pueden tener ambas cosas».
Primer paso
El anuncio es el primer paso concreto que da Sharón respecto al plan de separación unilateral propuesto por el Primer Ministro israelí, y que incluiría la reubicación también de asentamientos en Cisjordania.
El primer ministro no se comprometió a establecer un calendario definitivo para la acción y enumeró los problemas que supone evacuar alrededor de 7.500 personas. Si bien se desconoce el costo exacto de esta evacuación, según los cálculos que hizo el mismo diario Haaretz, se estimaba en 150.000 dólares por colono.
Si bien el anuncio de Sharón causó estupor, el mismo estaría sostenido sobre el elevado costo que supone para Israel el mantenimiento de los asentamientos como su defensa.
Otras miradas
La extrema derecha insinuaba, sin embargo, motivos más perversos tras las palabras del primer ministro. «Sus promesas de evacuación son tan grandes como sus expedientes de corrupción», afirmó el diputado Tzvi Hendel, un ultranacionalista de Unión Nacional residente en Gaza.
El ministro de Exteriores, Silvam Shalom, se mostró contrario a otorgar concesiones unilaterales a los palestinos.
El Partido Nacional Religioso, que apoya a los colonos y forma parte de la coalición oficial, dijo que no pueden estar en un Gobierno que destruye colonias y amenazó con hacer todo lo posible para derrocar a Sharón.
Meretz, por su parte, exigió hechos y no palabras desde una posición de escepticismo. «Dado que no hemos visto intentos reales de desmantelar ni siquiera colonias salvajes, recibimos el anuncio con incredulidad», afirmó el diputado Yosi Sarid.
La ironía la puso Yasser Arafat: «¿Dijo 17 asentamientos? ¿Y qué? Puede reemplazarlos por 170 más».