El comandante de la sublevación del Gueto de Varsovia había nacido en una familia pobre en un pobre vecindario. Después de haber completado sus estudios secundarios, se unió al movimiento juvenil sionista del Hashomer Hatzair. Como dirigente juvenil se destacó como líder y organizador. El 7 de septiembre de 1939, una semana después de comenzada la guerra, Anilevich escapó de Varsovia con jóvenes del movimiento a la zona oriental, creyendo que las fuerzas polacas podrían detener el implacable avance alemán. El 17 de septiembre el Ejercito Soviético ocupó la zona oriental de Polonia. Anilevich intentó cruzar la frontera hacia Rumania, tratando de abrir una ruta hacia Israel para los jóvenes, pero fue apresado y encerrado en una prisión soviética. Después de que fuera liberado retornó al Gueto de Varsovia luego de haber recorrido numerosas comunidades en su camino. Anilevich estuvo en Varsovia un corto tiempo y se dirigió a Vilna, Lituania, donde numerosos refugiados -jóvenes miembros de movimientos y grupos políticos- llegaban desde el este. La ciudad había sido anexada poco tiempo antes a la Unión Soviética. Anilevich le pidió a sus camaradas que retornaran a los territorios polacos para continuar, desde la clandestinidad, las actividades políticas y educativas. El y su novia, Mirta Fiker, estaban entre los primeros que volvieron a Varsovia. Decidieron no abandonar a su pueblo, aún a sabiendas que ya no pelearían por su liberación sino por una muerte digna, y resistir en una de las luchas más heroicas de la Segunda Guerra Mundial.