Seis décadas después de la liberación del campo de concentración de Buchenwald recibieron sepultura los restos de antiguos presos que fueron víctimas de las llamadas ‘marchas de la muerte’: las ejecuciones masivas que tuvieron lugar poco antes del fin de la guerra, explicó el director del museo de Buchenwald, Volkhard Knigge.
Trabajadores de la colección de Cultura Cotidiana del Museo Histórico de Berlín descubrieron -hace algunos meses- los restos que, probablemente, fueron trasladados de Buchenwald a Berlín Este en los años cincuenta como parte de una investigación sobre lo ocurrido en los campos de concentración, explicó Knigge.
En la ceremonia estuvieron presentes representantes de las Iglesias católica, evangélica, ortodoxa rusa y de la comunidad judía de Turingia.