Tras reunirse en Damasco, ambos presidentes anunciaron en una declaración conjunta que las tropas sirias se retirarán del norte y el centro de El Líbano y se estacionarán en el este, junto a la frontera con Siria.
Tras este repliegue, responsables militares de los dos países serán los encargados de acordar, en un plazo máximo de un mes, el tamaño máximo de la fuerza siria en el valle de Bekaa y cuánto tiempo durará su estancia allí.
Después de que haya un acuerdo sobre la duración, añade el comunicado, los dos gobiernos «acordarán completar la retirada de las fuerzas restantes».
Cabe destacar también, que tanto el gobierno de Estados Unidos como el de Israel ya afirmaron que este gesto resulta insuficiente para lograr un equilibrio regional.