Aparecido en Haartez -17 de abril de 2005-:

Dos estados, una nación

Los sucesos que esten ocurriendo en la Franja de Gaza son susceptibles de degenerar en un violento conflicto total entre dos estados judíos con dos objetivos diferentes. Uno es el Estado de Israel y el otro es el estado de los colonos. Por un largo tiempo, los colonos se han estado comportando como si el Estado de Israel fuera un gobierno extranjero, como lo fue el Mandato Británico en sus días. Ellos toman lo que pueden del gobierno, se apoderan de propiedades y tierras e ignoran lo que les es inconveniente.

Por Zeev Schiff

Los sucesos que están ocurriendo en la Franja de Gaza son susceptibles de degenerar en un violento conflicto total entre dos estados judíos con dos objetivos diferentes. Uno es el Estado de Israel y el otro es el estado de los colonos.
A pesar de los profundos lazos existentes entre ellos, cada uno se siente amenazado por el otro. El choque mayor es esperado cuando el Estado de Israel lleve a cabo la desconexión de la Franja de Gaza y la parte septentrional de Samaria (Cisjordania). Pero sería un error pensar que con ello, esto finalizará. Si realmente el gobierno israelí intenta llevar a cabo sus compromisos con la Hoja de Ruta, probablemente el conflicto entre las partes se intensificará.
El Estado de Israel estableció el estado de los colonos y, en el análisis final, el golem se está rebelando contra su creador.
En el gobierno y en la Knesset (Parlamento israelí), el movimiento de asentamientos se ha transformado en el grupo de presión política más fuerte que Israel haya conocido jamás. El estado de los colonos fue provisto de armas, y ahora hay temor de que estas armas sean utilizadas contra las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y la policía israelí.
En cierto modo, los colonos maniobraron para adquirir influencia sobre los métodos operativos de los jefes de la IDF en los territorios, e incluso trataron de dictar a los jefes de los servicios de seguridad quiénes deberán ser los jefes del Comando Central y cuando no invitarlos a unirse a las discusiones entre los líderes de los colonos y el ministro de Defensa.
Sobre el terreno, los colonos decidían qué leyes del Estado de Israel debían ser observadas por el estado de los colonos y cuáles debían ser ignoradas. De este modo, roban osadamente tierras privadas pertenecientes a sus vecinos palestinos, así como tierras definidas como «tierras estatales». Talan los árboles de olivo de los palestinos y roban sus frutos. Ninguno de los ladrones ha sido procesado y aquellos que llegaron a las cortes por actos de muerte tuvieron sus penas mitigadas.
Al mismo tiempo, los colonos se han infiltrado en los estamentos más sensibles de la administración israelí.
De este modo consiguieron el control de la información esencial respecto de los territorios en la Administración Central, permitiendo actividades de construcciones ilegales y violando las órdenes de ministerios, como fue probado en un informe presentado por la fiscal Talia Sasson relacionado con los puestos de avanzada ilegales. Una de las consecuencias es que la policía israelí tiene temor de aplicar la ley en el estado de los colonos, mientras que la IDF ignora los actos ilegales. Para obtener información sobre el estado de los colonos, los servicios de seguridad tienen que operar costosos vuelos privados para llevar a cabo propósitos de filmación.
Por un largo tiempo, los colonos se han estado comportando como si el Estado de Israel fuera un gobierno extranjero, como lo fue el Mandato Británico en sus días. Ellos toman lo que pueden del gobierno, se apoderan de propiedades y tierras en cuanto les sea posible e ignoran lo que les es inconveniente.
El temor de aquellos que están a cargo de la seguridad del Primer Ministro Ariel Sharón ,respecto de los extremistas derechistas, es hoy mayor que su temor de los palestinos asesinos. La operación de un pequeño UAV (vehículo aéreo no tripulado) que protege al primer ministro, cuando éste viaja por rutas, así lo testifica.
El estado de los colonos también está tomando medidas de seguridad para protegerse de las actividades del Estado de Israel. Colonos con conocimientos en estos menesteres están guiando a su gente sobre cómo evitar los escuchas telefónicas de los servicios de seguridad del Shin Bet y cómo comportarse en una investigación si son arrestados.
Los extremistas, quienes son alentados por los rabinos, están amenazando la integridad de las IDF por instar a los jóvenes religiosos a rehusarse a obedecer las órdenes e incluso a desertar. Hay incluso extremistas que amenazan con dañar sitios sagrados islámicos.
El argumento que, en su lucha contra la desconexión, los colonos están tratando de salvar la democracia mediante un referéndum nacional es falso.
El estado de los colonos tiene un solo objetivo, la perpetuación de la ocupación y la dominación del pueblo palestino; en otras palabras, la guerra con los palestinos continuará, y si realmente los colonos dañan lugares sagrados islámicos, esto será una guerra mundial con el mundo islámico y una grieta irreparable con la comunidad árabe en Israel.