El secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, expresó -respecto al proyecto de la Constitución iraquí-: «No creo en esta división entre chiítas y sunnitas, o musulmanes y cristianos, o árabes y kurdos. Simplemente no creo en ello y es una receta para el caos y, quizá, una catástrofe para Irak y sus vecinos».
Moussa confirmó que la Liga Árabe compartía las inquietudes de los sunnitas lo relativo al federalismo debido a que la Constitución no identifica a Irak como un país árabe, a modo de lograr concesión de los kurdos.
«La Liga Arabe ya había intervenido en el artículo que niega la identidad árabe de Irak. El borrador de la constitución estipula que Irak no es un país árabe, a pesar de que Irak es miembro fundador de la Liga Arabe y es 80% árabe. Es el único punto en el que hemos intervenido», agregó Moussa.
«Estamos en la fase del proyecto en la que se discuten los artículos y donde podemos hacer comentarios. Claro que le corresponde solamente a los iraquíes votar en favor o en contra del texto. Pero estamos diciendo que si ciertos poderes le niegan la identidad árabe a Irak y sólo se la otorgan a ciertos sectores de la población, entonces cabe la pregunta de quién va a representar a Irak en la Liga Árabe. ¿El gobierno, o sólo aquellos con nacionalidad árabe?», precisó el Secretario General de la Liga Arabe.
El nuevo borrador, que fue presentado el pasado domingo 28 de agosto, aún no ha sido sometido a votación, sin embargo, la mayoría parlamentaria conformada por chiítas y kurdos dio su respaldo al documento.
Salih al Mutlaq, miembro del comité sunnita, declaró «la Asamblea Nacional que aprobó el documento carece de legitimidad, porque debería haber sido disuelta por ley. Vamos a pedir a la ONU que interfiera y detenga esto» y que “no hay equilibrio en el poder”.
«El partido de los chiítas esta siendo apoyado por Irán, pero a los sunnitas nadie los apoya, ni Estados Unidos, ni Gran Bretaña, ni los árabes. Estamos solos y por eso quieren imponernos esta constitución», expresó Salih al Mutlaq.