Fútbol, sionismo y política
En todo el mundo podemos identificar que el fútbol siempre ha sido influenciado por la política y la política por el fútbol. Vemos un expresidente en Argentina que lo fue de Boca Juniors. En Brasil, Romário también zigzaguea en la política y sabemos cuánto Real Madrid estaba relacionado con el general Franco y Barcelona con el nacionalismo antifranquista catalán.
En cuanto a Francia, hay un documental sensacional en Netflix llamado «Le Bleu», donde muestra cómo la selección siempre ha sido la unión de los franceses blancos, negros y árabes, unidos por la nación francesa.
Hay un sitio web israelí llamado Babagol, que muestra precisamente el fútbol que no conocemos, especialmente de Asia y África, además del israelí y el palestino. Se puede ver cómo el fútbol ayuda a que se realicen cambios en países con democracias débiles. O cómo la estrella Mohammed Salah influye en el pueblo egipcio para que vote.
En Israel, este fenómeno no sólo ocurre, sino que es parte de la historia del sionismo y del país. Antes de la creación del Estado, el país ya tenía estadios de fútbol y clubes. El mandato británico favoreció las actividades deportivas y los clubes de fútbol marcaron tanto la ideología política como el estatus social. Por ejemplo, si eras de una familia liberal y un centro político, tu club era Macabi. El más conocido era el de Tel Aviv, luego el de Haifa, y también en ese momento el Macabi Yaffo.
Si pertenecieras a la derecha revisionista, tu club tendría el nombre de Betar, el Betar Jerusalén era el más famoso, del que hablaremos más adelante.
Y si en ese momento pertenecías a una familia socialista o comunista, si eras parte de la Histadrut (Gremio general de trabajadores), tu club estaba en Hapoel. Ya en el logo podemos distinguir las raíces ideológicas del club. El más grande históricamente es el Hapoel Tel Aviv, y también están los de Haifa y Beer Sheva, los últimos campeones de Israel.
Si vamos a las aldeas de Sachnin o Kfar Kara, Kfar Kasem, o la propia ciudad de Nazaret y otros, podemos ver que también los equipos árabes fueron creados para dar una respuesta a la población, y participar plenamente en la liga israelí.
Dicen que Yitzhak Rabin no se perdió un partido de Hapoel Tel Aviv, era el fanático número uno, e incluso llegaba muchas veces tarde a actos públicos.
En Jerusalén, en el barrio de Katamon tenía su corte el Hapoel Jerusalén.
Fútbol, ideologías y dinero
En el último punto hablamos de las ideologías que acompañaban a los equipos, pero el fenómeno de la privatización de los clubes en Israel lideró el fútbol hasta principios de la década de 2000, cada club tenía un propietario o propietarios, con una junta que todavía mira al club como una empresa, al igual que el modelo europeo y americano. Una cosa aún más marcada del modelo deportivo israelí, es que, por ejemplo, Macabi Tel Aviv o Hapoel Jerusalem Football and Basketball son dos instituciones totalmente separadas, una propietaria para fútbol y otra para baloncesto.
En los inicios de Hapoel, el mayor patrocinador fue la Histadrut, el sindicato general de trabajadores. Tuvo su gloria en los años ‘70, pero declinó fuertemente a partir de 1993, cuando fue adquirido por Yosy Sassi, quien condujo al club al descenso y la crisis económica.
Escribimos historia
En 2006, a un grupo de aficionados no le gustaba la situación del club. Entonces, trató de ayudar, y ante la negativa de los propietarios se creó un conflicto. La mayoría de los aficionados se quejaron de que el club les fue robado de sus manos. Y es por eso que se creó un grupo que hizo un gran esfuerzo, comenzó a trazar el camino de Katamon con la promesa que algún día se recuperaría el club de sus amores.
Primero se unieron a un equipo que había fracasado, el Mevaseret Zion- Abu Gosh, y el primer campeonato compitió con él en la cuarta liga. Al año siguiente sería el nacimiento oficial de Hapoel Katamon Jerusalem, el primer equipo de fútbol donde los aficionados son sus propietarios.
Para inscribirse en la Liga necesitaban 500.000 shekels, por lo que reunieron a 500 personas que pagaban 1.000 shekels al año. Ellos serían los miembros del nuevo club, una ONG con base cooperativista.
En ese entonces, yo, un estudiante universitario de la Universidad Hebrea de Jerusalén, escuché la iniciativa y me encantó. Llevaba cinco años en el país, no había elegido un equipo, y qué mejor que un nuevo proyecto donde podía ser protagonista. Es por eso que desde 2007, año a año renuevo mi lealtad al club.
Notas en primera persona
La historia, además de estar en los libros, pasa ante nuestros ojos todos los días, y si nos vemos como agentes de cambio y creemos que podemos hacerlo, es posible influir en el aspecto macrosocial.
Cuando hice aliá, me identifiqué con Israel, primero por ideología sionista, y además de eso, me di cuenta de que aquí me importaba mejorar la sociedad, que el colectivo aquí se preocupa más por el país. Por eso, según mi pensamiento, Hapoel Katamon Jerusalen, es uno de los mayores inventos sionistas de la última década.
En 2017, celebramos la primera década de existencia, deportivamente exitosa, participando en la Segunda Serie del campeonato israelí, y con altas posibilidades de llegar a la serie A.
Hoy, en 2020, seguimos en la liga Nacional, con ansias de prosperar deportivamente pero con el gran éxito de haber podido recuperar el Hapoel Jerusalén FC, que luego de una quiebra fue adquirido por Katamon y reunificado.
El nombre cambió, pero no el ADN, y esto es lo más importante que podemos destacar de este Hapoel Jerusalén y su relación con el Katamon social.
El fútbol no se trata de correr atrás de una pelota
Hapoel Katamon Jerusalén, desde su conformación, se definió como un equipo, pluralista que respetaría las raíces ideológicas socialistas. Eso no quiere decir que todos los jugadores piensen lo mismo, eso sería contradictorio con lo que es el socialismo.El equipo se formaría con el esfuerzo conjunto de los aficionados.
En Hapoel Katamon, además de tener un equipo profesional en las ligas, se generaron varios proyectos muy interesantes.
1- Liga de Fútbol en todos los barrios de Jerusalén, incluyendo especialmente la periferia, ortodoxo, árabe, Este de Jerusalén, Abu Gosh y también los colonos en Gush Etzion. Dar la posibilidad a través del fútbol de integrar a los niños.
2- Luchar contra el racismo en Hapoel no es un lema, sino una acción constante. Siempre en el equipo se intenta integrar al mayor número posible de minorías, contrariamente a lo que sucedió en Betar. Además, los aficionados siempre se manifiestan contra cualquier acto racista. También como Hapoel Tel Aviv, Katamon, participa desde hace mucho tiempo, y es parte de la Unión Antifascistas de clubes de fútbol europeos.
3- Liga Femenina: Hapoel Katamon desarrolló la liga femenina más grande de Israel, con más de 270 mujeres participando activamente, y con su equipo de Efrat, que se consagró campeón en dos oportunidades. Además, varias de las jugadoras del equipo de fútbol juvenil femenino israelí son de Katamon. Hace tres años, debido al asesinato de una chica de 15 años en el desfile LGBT, apuñalada por un judío ortodoxo radical, la liga de mujeres de Katamon tomó su nombre: Shira Banki Z»L.
4- Pensionado de fútbol. En el barrio de Katamon, Hapoel, creó un internado de fútbol, donde entrenan 20 niños de la periferia, en su mayoría de origen etíope. Todas las mañanas, van a la escuela y entrenan por la tarde, siendo parte del equipo juvenil, y dando una oportunidad a los niños que no tienen posibilidades en sus hogares.
5- Fútbol para personas con necesidades especiales: en 2017 se crearon los grupos de entrenamiento Hapoel para personas con discapacidad, motoras y mentales, donde una vez a la semana se entrenan e integran con voluntarios del club.
6- Integración de la familia al fútbol. Una de las cosas maravillosas del Hapoel. Personalmente, llevo a mis hijos y cada juego implica actividades educativas y recreativas. Realmente se puede decir que dentro del juego, todos nos sentimos parte de una gran familia.
7- Participación de los socios. Es la base del club, todos los socios son propietarios del club, que legalmente es una ONG. Tomamos las decisiones, votamos el directorio y participamos activamente en los diversos grupos y comités que opinan sobre el club. La junta es totalmente joven, con la primera mujer presidenta, Daphne Goldsmith, elegida por los socios en Israel. Luego de tres años dejó la presidencia y sigue colaborando en el club. Su mayor logro fue haber conseguido los fondos para contar con un equipo femenino de primera.
8- Apoyo a causas sociales: es bien sabido que para el Hapoel Jerusalén, entre sus banderas está apoyar siempre causas sociales, a los niños en riesgo, la causa LGBTI, etc. En la multitud, incluso, podemos ver banderas que dicen «Bienvenidos Refugiados”.
9- Tiempo con valores: el Hapoel siempre celebra todas las festividades, judías, musulmanas y cristianas. El equipo tiene miembros y jugadores de todas las religiones.
10- Último punto, y de los más importantes: de a poco, en las tribunas de Hapoel se escucha a hinchas, como yo, hablando o gritando en español. Bogrim de Tnuot y olim nuevos y más antiguos nos sentamos en la misma tribuna, y además tenemos un grupo llamado Latinos de Katamon, donde no solo conversamos y nos conectamos sino que cada uno de nosotros se transforma en un embajador de este proyecto para las personas que se acercan porque quieren saber de qué se trata el proyecto.
Por todas estas, y muchas más razones, soy parte del Katamon. Siento que estamos escribiendo historia, no sólo porque muchos clubes están tomando nuestro modelo, sino también porque creo que en el cambio democrático. No es fácil el día a día, muchos debates, con ideas muy contrarias, pero lo más importantes es que siempre llegamos a decisiones comunes.
En Hapoel Jerusalén se pueden encontrar partidarios de izquierda, derecha, seculares, religiosos, y diversas religiones y estatus sociales. Pero dentro del estadio todos somos iguales.
¡Yalla Hapoel!
* Socio del Club Hapoel Jerusalén. CEO Hejalutz Lamerjav.