Israel en la mira de la prensa judeo-argentina durante la guerra de Yom Kipur (1973)

Tan cerca y tan lejos

En Argentina, los medios de comunicación de la comunidad judía adoptaron posturas diversas frente a este conflicto. Mundo Israelita y La Luz defendieron la ocupación de territorios, que -en cambio- fue rechazada y declarada errónea por los periódicos de izquierda, tanto sionistas como no sionistas, que se expresaban a través de Nueva Sion y Tiempo, respectivamente.
Por Laura Schenquer * y Liliana Mayer **

El conflicto bélico en Medio Oriente entre el 6 y el 24 de octubre de 1973 fue un acontecimiento crucial que dejó una profunda huella en la región. Sin embargo, para comprender plenamente este conflicto, es necesario examinar dos elementos que tuvieron un impacto significativo en su desarrollo. En primer lugar, se enmarca en el contexto de una serie de confrontaciones que ocurrieron durante la Guerra Fría en diferentes partes del mundo. En segundo lugar, debe considerarse como parte de una escalada de violencia y de guerras previas en la región, siendo la Guerra de los Seis Días de 1967 un evento clave en este sentido.

La cuestión de los territorios que Israel había conquistado a sus vecinos árabes en 1967 generó intensos debates tanto en la política israelí como en la del mundo árabe. Esta cuestión también desencadenó acalorados enfrentamientos y discusiones a lo largo de la diáspora judía en todo el mundo. Surgieron preguntas cruciales: ¿debería Israel devolver esos territorios? O más bien debía ¿anexarlos?, y si los ¿utilizaba como moneda de cambio para negociar la paz o para obtener petróleo de los países árabes? La falta de una resolución clara de estos interrogantes, sumada a la permanencia israelí en los territorios, llevó a que en 1968 la organización Palestinian National Charter declarara a Israel como país “colonialista” (Resolutions of the Palestine National Council). En 1975, a su vez, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que declaró al sionismo como una forma de racismo que debe ser eliminada.[1]

En Argentina, los medios de comunicación de la comunidad judía adoptaron posturas diversas frente a este conflicto. Mundo Israelita y La Luz defendieron la ocupación de territorios, que fue rechazada y declarada errónea -en cambio-por los periódicos de izquierda, tanto sionistas como no sionistas, que se expresaban a través de Nueva Sión y Tiempo, respectivamente.

Para Nueva Sion esos territorios ocupados implicaban un dilema que afectaba su identidad étnico-política: los jóvenes que suscribían al periódico se identificaban con el sionismo y su creación, el Estado de Israel, que era parte del proyecto de liberación nacional del pueblo judío; y, a su vez, se definían como parte de los movimientos en lucha contra el colonialismo y buscaban la autodeterminación de los pueblos, como era el caso de los palestinos. Es por ello que en junio de 1973 declararon que “el sionismo no se concretará a costa del sufrimiento de otros pueblos. El pueblo palestino existe”.[2] Ese mensaje que fue llevado al acto en el Luna Park, organizado por AMIA y DAIA para celebrar el XXV Aniversario del Estado de Israel, alarmó a la dirigencia judía.[3]

Las repercusiones locales de la guerra Yom Kipur

En octubre de 1973, los periódicos judíos en Argentina mantuvieron a sus lectores informados desde el estallido del conflicto en Medio Oriente. Con la limitada tecnología de la época, basándose principalmente en la radio y en los cables de las agencias de noticias, reprodujeron la información y sobre todo remarcaron las noticias alentadoras. A diferencia de lo sucedido en la Guerra de 1967, ninguno dio indicios de vacilar sobre la capacidad militar de Israel frente a sus atacantes, Egipto y Siria. Desde los primeros días de hostilidades, se difundió que Israel tenía la victoria asegurada.

Nueva Sion cubrió el conflicto enmarcándolo en el contexto internacional. En la primera portada que apareció dos días después del iniciado de las hostilidades, indicó que la guerra le estaba “haciendo el juego a los intereses imperialistas”[4] tanto de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas como de Estados Unidos. Y aunque se alejó de aquellos sectores dirigenciales judíos que sostenían que esa era una “guerra justa”, tampoco compartió el punto de vista de las izquierdas nacionales –desde Montoneros hasta la agrupación trotskista de Nahuel Moreno– que se pronunciaron a favor de la destrucción del “Estado sionista”.[5]

Dichas posiciones evidenciaban que el conflicto tenía recepciones diferenciadas y, a su vez, proyecciones que eran claramente disímiles: mientras que Mundo Israelita enfatizó que la guerra mostraba la solidaridad y unión interétnica de la diáspora judeo-argentina dispuesta a apoyar a Israel[6], Nueva Sión optó por resaltar que el fin del conflicto bélico significaba el comienzo de una nueva etapa en la diáspora; para este periódico, a partir de entonces, comenzaban las tareas de las fuerzas socialistas que debían trabajar para mostrar que tanto en el mundo árabe como en el israelí había quienes querían la paz a cambio de la devolución de los territorios.[7] Tiempo, el periódico judío no sionista, también creía que se iniciaba una nueva etapa, pero en ésta se debían aunar esfuerzos para lograr que renuncie el gobierno “anexionista” de Meier-Dayan y para fortalecer el mutuo reconocimiento entre árabes e israelíes. Quienes se expresaban a través de Tiempo se proponían trabajar en este sentido desde Argentina.[8] Así, las diversas expresiones de la diáspora judeo-argentina se posicionaban en veredas bien diferenciadas al proyectar su aporte a la resolución del conflicto en Medio Oriente.

El conflicto no dejó indemne al periódico sionista-socialista. Siguiendo la línea argumentativa publicada en el periódico israelí Al Hamishmar, que planteaba que sin los Altos del Golán (conquistado a Siria) y sin el Sinaí (que había pertenecido a Egipto) los ejércitos de esos países hubiesen penetrado hasta el centro mismo de Israel, Nueva Sión mostró haber cambiado su posición con respecto a los territorios ocupados. Señaló que: “no se necesita un gran esfuerzo para imaginar cuál hubiera sido la fisonomía de Israel actualmente si las fronteras con Egipto hubieran sido las de 1967”.[9]

La guerra había trastocado los paradigmas y sentidos, y desplazó el equilibrio de la balanza hacia la derecha. Paradójicamente Nueva Sion, tras la guerra, empezó a coincidir con La Luz en cuanto que la ocupación de los territorios era necesaria en cuanto se habían convertido en “fronteras de seguridad”. Aunque el periódico mantuvo el planteo de que la paz se alcanzaría en el futuro con la devolución de esas zonas, comenzó a mostrar un favorecimiento a su anexión, evidenciando la creciente relevancia de esa posición en el nuevo escenario abierto tras el conflicto de octubre de 1973.

Yom Kipur: la guerra en la que todos afirmaron su victoria

La continuidad de los mismos límites territoriales israelíes no necesariamente fue asumida como una derrota por parte de los países árabes. Según el investigador Fouad Ajami[10], Egipto percibió su “victoria” al revertir su imagen de país debilitado como se había instalado tras la derrota de 1967. ¿Fue esa la lectura que propusieron los medios de comunicación del campo judío? Nueva Sión, al igual que Mundo Israelita y Tiempo, informaron a sus lectores que Israel volvió a demostrar su imbatibilidad militar frente a los países árabes. Pero mientras que los dos primeros periódicos señalaron que las muertes y demás consecuencias trágicas eran producto de la irresponsable intención árabe de hacer desaparecer a Israel, Tiempo destacó que también eran consecuencia de la soberbia israelí que había desoído la resolución al conflicto ofrecido por la ONU.

A partir de entonces, si bien Nueva Sión mantuvo la justificación de la presencia israelí en los territorios “ocupados”, nunca dejó de reconocer que cualquier acuerdo árabe-israelí solo iba a ser alcanzado con la devolución de los mismos. Estos matices que caracterizaron la posición de Nueva Sión deben ser reconocidos comoefectos de la guerra, en oposición a las lógicas más constantes e invariables que supieron mantener los otros periódicos: Mundo Israelita –a favor de la política israelí anexionista -y Tiempo– en completa oposición a la misma.

Esta nota es una versión acotada del artículo publicado en el libro: Kahan, Emannuel (comp.). Israel-Palestina: una pasión Argentina. Estudios sobre la recepción del conflicto árabe-israelí en la Argentina, Prometeo Editorial, 2016.

* Doctora en Ciencias Sociales, Investigadora de CONICET (IHUCSO Litoral)

** Doctora en Ciencias Sociales. Socióloga/ investigadora del CONICET, con sede en la Universidad Nacional de Misiones


[1] “Antisionismo es racismo”, Mundo Israelita, 15/11/75, p. 4. 

[2] “Nuevos Puntos de Partida”, Nueva Sión, 3/06/73, p. 4.

[3] “AMIA: un debate inesperado y un informe sobre asistencia social”, Mundo Israelita, 8/09/73, p. 5.

[4] “¡Guerra en Medio Oriente!”, Nueva Sión, 8/10/73, p. 1.

[5] Más tarde, se supo que el comunicado de Montoneros era apócrifo. La agrupación se encontraba a favor de la lucha árabe, pero criticó el tono de la nota que se le endilgaba (“La guerra en Buenos Aires”, Mundo Israelita, 20/10/73, p. 8). Y sobre las declaraciones del grupo de Nahuel Moreno, véase: ‘La guerra en Buenos Aires’, Mundo Israelita (10/11/73, p. 8).

[6] ‘La Guerra en Buenos Aires’, Mundo Israelita, 10/11/73, p. 8.

[7] ‘Israel y el Tercer Mundo’, Nueva Sión, 3/12/73, p. 2.

[8] ‘Devolver los territorios para que haya paz’, Tiempo, 10/73, pp. 1-2 y 21.

[9] “Primeras reflexiones luego del cese del fuego”, Nueva Sión, 3/11/73, p. 2.

[10] Ájami, F. (1995) Los árabes en el mundo moderno, (México: Fondo de Cultura Económica), p. 193.