Los restos del tres veces presidente Juan Domingo Perón fueron colocados en el mausoleo construido especialmente en la histórica quinta 17 de Octubre, en una jornada en la que se sucedieron serios incidentes entre diferentes sectores gremiales que participaban del homenaje.
El féretro del ex presidente, cubierto con una bandera argentina y rodeado por escudos de la Policía Federal para evitar que lo dañaran los coletazos de las refriegas, fue una fotografía no deseada en lo que había sido pensado como una gran jornada de homenaje a Perón.
De todos modos, el sol a pleno sobre la Autopista 25 de Mayo hizo necesario entrecerrar los ojos para ver multiplicadas las banderas argentinas al viento, sostenidas por hombres y mujeres, jóvenes, dirigentes y curiosos apostados, siempre, a la vera del cortejo.
Muchos jóvenes y niños se acercaron con una mezcla de homenaje y curiosidad para ver el féretro de este hombre, una página ineludible de la historia argentina.
El féretro había partido desde la sede de la CGT a las 12:20 horas. A la cabeza de la comitiva se colocó una guardia de Granaderos a Caballo y detrás se ubicó el Jeep -con el titular de la CGT, Hugo Moyano, y otros dirigentes sindicales- con la cureña con el cuerpo de Perón.
En San Vicente, luego de los graves incidentes, donde hubo medio centenar de heridos que debieron ser trasladados al hospital Ramón Carrillo, llegó el turno de los discursos, que ya estaban previstos.
Respecto a los incidentes, el titular de la CGT, Hugo Moyano, aclaró -este miércoles 18 de octubre- que los mismos “fueron armados” y que el hombre que disparó a la multitud, Emilio Quiroz, forma parte del gremio de Camioneros pero que no sabía donde se encuentra. Moyano destacó que no tenía problemas en que pagara antela justicia los desmanes ocasionados dado que la prensa televisiva logró enfocarlo en primer plano disparando a la multitud.
A la hora de los discursos en San Vicente, en medio de una lluvia de objetos y forcejeos entre diferentes grupos, tildó de “imberbes” a los protagonistas de los desmanes.
En tanto, el cierre de las arengas estuvo a cargo del ex senador Antonio Cafiero quien afirmó: «Acá está el pueblo de Perón, el pueblo, sólo el pueblo”, y agregó: «Descanse en paz mi general, oiga, como siempre, la voz del pueblo, que es la voz de Dios», finalizó.
Insólitamente Cafiero minimizó los disparos a la multitud respondiendo con una pregunta a la gente de prensa: – ¿murió alguien acaso?, como intentando minimizar el fatídico hecho que hizo recordar a la masacre de Ezeiza.