Muchos israelíes que no abdicaron después del 7/10 de su vieja esperanza de convivir juntos -o separados- con los palestinos, son acosados cuando deciden expresarla públicamente.
Ellos sufren especialmente una dolorosa interdicción al no poder hacer el duelo en público por las víctimas civiles del pueblo enemigo. Y no solo para compadecer a los niños, mujeres y ancianos muertos en la guerra de Gaza: muy pocos son los que salen a la calle para exigir alto el fuego. ¿Son interdictos o autocensurados? Es más sencillo responder a esta pregunta respecto de aquellos ciudadanos árabes del Estado judío, quienes se abstuvieron de expresar públicamente su indignación y de brindar el pésame por las víctimas israelíes durante la masacre del 7/10.
Sin embargo, ambos dolientes comparten el subterfugio, cada uno por separado, de lamentar un duelo silencioso y a escondidas. De lo contrario, correrían el riesgo de ser repudiados como traidores, incluso afrontar violencia física muy grave.
Cada uno por separado, los pocos israelíes y palestinos que se animan a expresar piedad y bochorno por las víctimas del campo enemigo, al hacerlo subrepticiamente para no llamar la atención: ¿carecen del coraje necesario de expresar a viva voz su indignación y congoja?
El pésame que necesitan manifestar en sordina corresponde bastante a la figura doliente del disenfranchised grief, acuñado por el psicólogo norteamericano Kenneth J. Doka. Es el duelo privado de derechos de una persona que experimenta una pérdida profunda por un ser querido mantenido oculto; el duelo resultante no se reconoce abiertamente, ni se valida socialmente, mucho menos se lamenta públicamente. Entre enemigos la privación de derechos del doliente es total; especialmente en tiempos de guerra se les priva su derecho al duelo, condenándolos a hacerlo en el interior de la intimidad sin esperar compasión o piedad de los demás.
Una paradigmática privación de derechos de doliente es la de dos artistas israelíes que necesitaron hacer duelo, simétrico pero inverso, durante las recientes semanas de la guerra entre Israel y Gaza. De modos diferentes, fue experimentado por el periodista y documentalista cinematográfico Yuval Abraham y por la pintora Zoya Cherkasski.
No other land (Ninguna otra tierra), es un documental compartido del israelí Yuval Abraham y del palestino Basel Adra, quienes ganaron en febrero pasado el Premio Panorama del Público en el festival cinematográfico de Berlín.
El film documenta la erradicación en cámara lenta de aldeas palestinas, al sur de Har Hebron, y muestra a soldados de Tzahal demoliendo una a una las viviendas, y expulsando a sus residentes. Al final de la exhibición, cada uno de los realizadores hablaron también sobre la actual situación bélica en Gaza. Las palabras del palestino Basel Adra concluyeron con el pedido al gobierno alemán que interrumpa la venta de armas a Israel. Pero ciertas expresiones criticas del discurso de Yuval Abraham causaron repudio tanto entre autoridades germanas como en Israel. “Apartheid” fue la palabra que indignó cuando describió la situación de los palestinos en Israel; sin embargo, no le perdonaron no haber recordado la masacre de Hamas el 7/10. Kai Weger, alcalde de Berlín, calificó de “antisemita” el discurso de Abraham: “El terrible uso indebido de esta palabra por parte de los alemanes”, le respondió Yuval, “no es sólo para silenciar a los críticos palestinos de Israel, sino también a israelíes como yo que apoyamos un alto el fuego que permitirá la liberación de los rehenes israelíes y, al vaciar la palabra antisemitismo de su verdadero significado, ellos ponen en peligro, por lo tanto, a los judíos de todo el mundo”.
La reacción de Abraham despertó ira en Israel y denunció que corría peligro en su propio país. “Una patota de israelíes fue a la casa de mi familia para buscarme, amenazando a mis parientes quienes, por la noche, se fueron a otra ciudad”, escribió en X (ex Twitter). “Sigo recibiendo amenazas de muerte y tuve que cancelar mi regreso a Israel. Esto ocurrió después de que medios israelíes y políticos alemanes etiquetaran absurdamente de antisemita a mi discurso cuando recibimos el premio en la Berlinale. Yo pedí la igualdad entre israelíes y palestinos, un alto el fuego y el fin del apartheid” (Perfil, 29.2.24).
Aplicando términos conceptuales de Kenneth Doka es posible afirmar que a Yuval Abraham no le perdonaron las autoridades alemanas, y mucho menos grupos de la derecha nacionalista israelí, el haber trasgredido el deseo de hacer un duelo público a escala internacional, (y no privado), para expresar solidaridad, junto con el “enemigo”, por la situación discriminatoria de los palestinos expropiados, y por criticar la guerra de Tzahal en Gaza. Doble transgresión de Abraham: no hacer duelo en soledad y para colmo hacerlo junto con el enemigo en un festival internacional cinematográfico.
En el polo opuesto, la exhibición pública en el Museo Judío de New York de Zoya Cherkassky, pintora rusa que emigró en 1991 a Israel, se propuso expresar únicamente su duelo judío e israelí por el 7/10 de un modo artístico solitario, sin compartir con ningún pintor doliente palestino la muerte de gazatíes e israelíes durante la guerra.
Las únicas imágenes y pinturas de confrontación bélica corresponden a guerras europeas y a campos de exterminio nazi, Cherkassky recurrió al lenguaje visual de artistas que representaron la tragedia y la guerra en la primera mitad del siglo XX: Pablo Picasso, Ernst Ludwig Kirchner y Max Beckman. “De alguna manera a través de estos artistas pude hablar sobre esta tragedia”, dijo. Las primeras imágenes de las atrocidades en el Kibbutz Be’eri hicieron recordar a Cherkassky a una de las más famosas pinturas de Picasso, Guernica, creada tras el bombardeo alemán de la ciudad vasca en 1937. Mujeres secuestradas muestra a un grupo multigeneracional de mujeres llorando y angustiadas caminando descalzas, con coloridos vestidos sobre un fondo negro. La anciana en el centro del grupo tiene tatuado “A24102” en el brazo, alusión a su pasado en el campo de concentración. (Zoya Cherkassky’s ‘October 7 2023’ Series Premieres at New York’s Jewish Museum, by Katya Kazakina December 18, 2023 Artnet; https://news.artnet.com/art-world/zoya-cherkassky-2409214)
A la inversa de Yuval Abraham, la compañía de prestigiosos pintores europeos no transgrede la soledad del duelo que hace la pintora Cherkassy en el Museo Judío de New York; por el contrario, canoniza de modo excluyente su duelo judío etnocéntrico, sin deseo alguno de compartir el dolor de ambas víctimas de la guerra.
Si Abraham hubiera recordado el 7/10 en el breve discurso berlinés, no por eso sus críticos israelíes le habrían perdonado su deseo de hacer un duelo compartido con el “enemigo”; y seguramente habría sido también criticado por los palestinos, quienes verían disminuido el número de víctimas aldeanas que muestra el documental frente a la masacre de 1400 civiles y 340 secuestrados israelíes. Coincido al respecto con esta hipótesis de Dimitri Shumsky: “No era el lugar para recordar el 7/10”, Haaretz, 11/4/24.
Ahora bien, es necesario diferenciar la dificultad y la vacilación de muchos israelíes y palestinos de hacer juntos un nuevo duelo compartido, pero semejante al que ya se realiza anualmente en memoria de los caídos durante la guerra de la Independencia junto con los dolientes palestinos de la Naqba. Tal conflicto e indecisión están en las antípodas de aquellos anti israelíes que niegan no solo el derecho a un duelo compartido, sino que rechazan la existencia misma de Israel invocando causas progresistas.
En el reciente Dia Internacional de la Mujer, conmemorado por feministas de izquierda de Uruguay, un grupo se propuso homenajear a las mujeres palestinas sufrientes, pero creyeron necesario incorporar en su populosa manifestación callejera, una carroza con un repugnante emblema femenino antisemita.
“Fuego al patriarcado”, cantaba un grupo de mujeres jóvenes y niñas en la multitudinaria marea violeta que desbordaba la 18 de Julio, principal avenida céntrica de Montevideo, mientras sostenían la efigie de una mujer con rostro de bruja, tatuada con una enorme estrella de David y atravesada por una lanza. La protesta feminista se enmarcaba por una pancarta con la inscripción “Palestina libre”. Flor de Liz Feijoo, Secretaria de Género del PIT-CNT, central sindical de Uruguay, defendió la causa de las mujeres palestinas contra “el despojo y genocidio” perpetrado supuestamente por Israel, invocando nuestros derechos desde un feminismo de clase, antirracista y anticapitalista” (Agencia EFE, Montevideo, 8.3.24).
Obviamente, ninguna mención de las mujeres israelíes mutiladas, asesinadas, secuestradas y violadas por Hamas el 7/10.
El mismo día 8 de marzo en el que las feministas uruguayas salían a recordar a las mujeres palestinas, se cumplían 8 años del ataque antisemita en Paysandú, que se llevó la vida de David Fremd (Z’L). ¿Mera casualidad? Pese que la motivación del asesinato de Fremd por un fundamentalista islamista uruguayo nada tiene en común con el aberrante icono antisemita en la masiva marcha violeta, ocho años después, ambos comparten sendos discursos eliminacionistas.
“No hay más dios que Alá y Mahoma es su mensajero”. Con esta imploración, Carlos Omar Peralta López (también conocido como Abdullah Omar), de 35 años, salió de la sala del tribunal en Paysandú, apenas un día después de apuñalar mortalmente al empresario judío local David Fremd. La prensa uruguaya conmocionada reconoció entonces que su asesinato marcaba “los primeros signos de yihad global en el pequeño país sudamericano”. Pero siete meses después, la justicia declaró inimputable al asesino Abdullah Omar por padecer “psicosis crónica de tipo esquizofrénico”, por lo cual fue recluido como paciente psiquiátrico y no como delincuente común” (El Observador, 8 octubre 2016).
Confiemos que pronto la prensa de Montevideo reconocerá que la performance antisemita de la marea violeta en el Dia Internacional de la Mujer 2024, marcó el colmo aberrante del discurso anti sionista de sectores de la izquierda uruguaya.
Sin dudas, la guerra que Hamas le impusó a Israel, ha potenciado el discurso antisemita agazapado tras el ardid discursivo del anti sionismo, no solo en Uruguay.
La declaración que convocaba a una manifestación de izquierda de protesta al mes del 7/10 frente a la embajada de Israel en Montevideo, así adjetivaba en su discurso de odio anti sionista: “Estamos aquí para decirle al Estado sionista y a su gobierno fascista de nazis y colonos, que repudiamos y denunciamos el genocidio que está cometiendo contra niñas, niños, mujeres, jóvenes y viejos en Gaza; que rechazamos la deshumanización y satanización del pueblo palestino y de su lucha legítima contra la opresión, la ocupación colonial, el apartheid, el bloqueo y la limpieza étnica; y que rechazamos su manipulación del relato para presentarse ante el mundo como la víctima, cuando sabemos que es el victimario desde hace más de 75 años”.
Al finalizar la movilización se leyó una proclama que en uno de sus párrafos sostiene: ¡Reafirmamos que Israel, como potencia ocupante, NO tiene derecho a defenderse de sus víctimas! (La Izquierda diario,11/11/23).
Posdata
Una tarea titánica en la Israel de posguerra aguarda a varias fuerzas progresistas que felizmente no han desistido de procurar alianzas con palestinos pacifistas. Recíprocamente, para los judíos progresistas en la diáspora que rechazan el socialismo de los imbéciles (como llamaba August Bebel a los antisemitas), no menos agobiante será su tarea. Porque también deberán enfrentar mucho tiempo a las creencias, teorías conspirativas y discursos de odio anti sionistas del campo progresista; y, además, enfrentar a supremacistas, neonazis y populistas de la derecha radical, con un muy antiguo historial de prejuicio judeofóbico.
Así como el campo de la paz y la reconciliación judeo árabe en Israel va a tener que trabajar muy en serio para combatir las ideas mesiánicas y fundamentalistas de los ultra nacionalistas judíos e islamistas; también para desenmascarar el socialismo de los imbéciles en la diáspora, deberán entender que sus mitos no son cosas de delirantes, tampoco una patología pasajera.
Tomemos en serio los delirios de todos estos “locos”, tanto en el Medio Oriente como en América Latina, aunque nos parezcan totalmente irracionales.
Un miembro directivo de la comunidad judía uruguaya, al recordar hace unos días el asesinato de David Fremd, suponía, una vez más, que la violencia, la irracionalidad y el antisemitismo no tienen causa ni explicación, nacen y se retroalimentan en una mente salvaje que traduce en muerte sus ideas enfermizas” (Esc. José Luis Piczenik, 7/3/24).
Evitemos seguir creyendo estos lamentables malentendido, aquí y allá.
Imagen de portada: Israelí Guernica, de Zoya Cherkassky, exhibida en el Museo Judío de New York.