"Permítanme agradecer a mis padres aquí presentes. Ellos me inculcaron valores de vida, de libertad, de amor y de compromiso. Recibo este galardón que me otorgan con humildad y emoción. Entiendan ustedes que allí afuera, en la calle, llueve torrencialmente y la gran mayoría de los chaparrones no son a favor mío".
Con estas palabras inició Pilar Rahola su conferencia en un acto organizado por los Amigos de la Universidad de Tel Aviv de Habla Hispana, en el cual le fue concedida la Orden del Presidente de dicha entidad académica.
Con la presencia del Embajador de España, autoridades de la Universidad, miembros de organizaciones comprometidas con los derechos humanos y ante un auditorio totalmente colmado por latinoamericanos residentes en Israel, Rahola, luego de recibir el premio, desarrolló una magistral reflexión acerca de la importancia de Israel para la libertad, la democracia y la seguridad del mundo.
El evento fue presentado por el Ingeniero Eduardo Bigio, directivo de los Amigos de la Universidad, quien exaltó la tenaz trayectoria de Pilar en su lucha por defender los derechos humanos y convertirse así en la voz de los oprimidos por la intolerancia y el fanatismo. Asimismo, el Dr. Bigio destacó el valor de Rahola al denunciar a aquéllos que callan ante los peligros que confronta Israel y el agravio a los judíos y ser una constante alarma contra la amenaza del totalitarismo islámico a los valores y la existencia misma de la humanidad.
"Admiro al Presidente Obama", afirmó Rahola, "Es sin duda una gran personalidad. Pero su discurso en Egipto deja mucho que desear. Quien se toma el trabajo de llegar a la Universidad de El Cairo, la misma de donde salieron Los Hermanos Musulmanes o los dirigentes del Al Qaeda, antes de hablar de luces debe tener también el corage para recordar sus sombras. Además, comparar la Shoá con el sufrimiento palestino es tan aberrante como inadmisible. Ninguna intolerancia ha matado tanta gente como el antisemitismo".
Rahola reconoció que mucha gente con mentalidad progresista, a los cuales define como "relativistas éticos", nunca van a negar el Holocausto pero no dudan en banalizarlo y compararlo con cualquier cosa. Ello se debe a que en el mundo de la velocidad – o de "la hamburguesa", según sus palabras – existe una gran falta de capacidad para inquirir en interrogantes básicos y a la vez tener la seguridad de contar con todas las respuestas de antemano.
"Para poder convivir en este mundo no es necesaria una Alianza de Civilizaciones", añadió Rahola, "alcanza con admitir cuatro valores básicos y sobre ellos establecer las reglas de juego: tolerancia, libertad, compromiso y derechos fundamentales. A ellos se le debe adicionar un sistema de información sólido y fidedigno".
"Estamos combatiendo contra un enemigo mayor que el totalitarismo. A éste es muy fácil distinguirlo: entre Hitler, Stalin y Ahmadinejad no existen diferencias. La principal lucha es contra ese ADN de antisemitismo que se oculta entre la gente común y que define al judío como víctima y malo al mismo tiempo", recalcó Pilar. "La historia judía en Europa puede sintetizarse en tres frases más de una vez pronunciadas:
1) No pueden vivir entre nosotros como judíos.
2) No pueden vivir entre nosotros.
3) No pueden vivir.
El judío, como constante víctima culpable, mataba niños en la Edad Media y ahora asesina niños palestinos, antes transmitía las pestes, ahora las epidemias, o manejaba la usura a la perfección antes de controlar Wall Street. Eso sí, del petróleo nadie habla. Y si el judío ha sido durante generaciones el paria entre los pueblos, ¿cómo no va a ser Israel hoy el paria entre las naciones?"
"El pueblo palestino también es víctima. Pero ¿de quién? Antes que nada de sus dirigentes, de los países árabes y del fundamentalismo islámico terrorista. Irán, Al Qaeda, Hezbollah y Hamás son los peores enemigos del pueblo palestino".
"¿Porqué estoy aquí?", preguntó Rahola, y respondió de inmediato:
"Aquí, en esta región, todos juntos nos jugamos lo que somos: libres, democráticos y aspirantes a un futuro sin discriminaciones. Si pudiera empezar todo de nuevo en una isla desierta, llevaría conmigo tres manuscritos: Las Tablas de la Ley, el Código Romano de Leyes y la Carta de los Derechos Humanos. Eso es lo que se pretende anular. Por ello, quienes los amenazan a ustedes me amenazan a mí, a mis hijos y al futuro de nuestra civilización".
"¡Resistan! ¡Sobrevivan!", concluyó Rahola ante un público aplaudiendo de pie durante largos minutos.
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