Estamos en vísperas de Sucot, la fiesta de las cabañas. Según la tradición judía, el espíritu de los

¿Quién visitará la Sucá de Bibi?

Por Alberto Mazor

"Cuando el Pueblo de Israel deja sus hogares para ingresar a las Sucot en honor al Eterno, ellos se hacen acreedores a dar la bienvenida a la Divina Presencia allí, y entonces los siete Ushpizín (invitados, en arameo) descienden del Paraíso para visitar la Sucá".

Libro del Zohar 

Tiempo de fiestas en Israel, época de renovación, perdón, reflexión y regocijo. 
 
Estamos en vísperas de Sucot, la fiesta de las cabañas. Según la tradición judía, el espíritu de los patriarcas Avraham, Itzjak, Yaacov, Iosef, Moshé, Aarón y David visita las Sucot; es en base a dicha tradición, que los judíos acostumbramos a recibir visitas en nuestros tabernáculos. 
 
Ante el panorama actual, ¿quiénes y porqué visitarán la Sucá de Binyamín Netanyahu? 
 
1) La ciudadanía israelí 
 
Nada hacía presagiar tras los últimos comicios en Israel en 2006, en los que el Likud sufrió el peor varapalo de su historia al obtener 15 diputados, que el electorado volvería a clamar por el regreso de Bibi. 
 
La ciudadanía parece haberle perdonado la política zigzagueante y los escándalos de corrupción en los que se vio envuelto cuando era primer ministro por supuesta estafa al Estado, que también afectaron a su esposa Sara. 
 
La trayectoria errática seguida por el Gobierno de su antiguo compañero de filas y ex primer ministro, Ehud Olmert, quien está siendo juzgado por sospechas de corrupción, ha colaborado a disipar la memoria del electorado. 
 
Estas circunstancias, a las que se suman dos guerras en tres años, han abonado un camino en el que Netanyahu sólo debía esperar hasta que fueran cayendo cada uno de los obstáculos que impedían su regreso. 
 
La ciudadanía israelí se enfrenta hoy con tres problemas gravísimos: la amenaza iraní, la crisis económica y la promoción de la paz. Para Bibi, la amenaza iraní aún está en pie en toda su gravedad y, precisamente, el mayor peligro para Israel, para Oriente Medio y para el mundo entero consiste en la conjunción entre un Islam extremista y su obtención de armas nucleares, algo cada vez más inminente. 
 
2) Mahmud Abbás 
 
La irrupción del islamismo religioso, integrista y radical de Hamás y Hezbollah – y de sus patrocinadores – en el confuso y sangriento teatro de operaciones, ha reemplazado al nacionalismo, al laicismo y al pragmatismo de la OLP, constituida como movimiento palestino de liberación en su conflicto con Israel. 
 
Entre las consecuencias inmediatas está la debilidad extrema del Presidente palestino, Mahmud Abbás, no sólo ante el aventurerismo de Hezbollah o Hamás, sino también ante la extensión de la influencia chiíta proveniente de Irán y últimamente de Irak. Por otra parte, los acuerdos de Oslo de 1993 y el plan conocido como "Hoja de Rutas" están desacreditados. 
 
El Gobierno palestino de Hamás en Gaza y el movimiento Al Fatah de Abbás, se encuentran enfrentados en una guerra civil abierta. Todos los intentos de negociaciones para llegar a un posible acuerdo entre las partes, fracasaron. 
 
El Presidente Abbás está dispuesto no sólo a reconocer a Israel, sino a aceptar la limitación geográfica acordada en 1967; corresponde al Gobierno de Bibi otorgarle, con mucha discreción, el oxígeno necesario para poder medirse con sus conflictos internos. 
 
3) Mahmud Ahmadinejad 
 
Irán sigue siendo noticia. Desde hace aňos, esta nación islámica se ha colocado en el centro del debate internacional al protagonizar una serie de acontecimientos con alto impacto en la geopolítica mundial. 
 
Las aspiraciones de su Presidente, Mahmud Ahmadinejad, a ser reconocido como una potencia regional han sido un motor en el constante movimiento para luchar por un poder real consecuente con su potencial económico y demográfico. Es en este contexto donde se ubica su programa de desarrollo nuclear que tanto preocupa a Israel y a la Comunidad Internacional. 
 
En su reciente discurso en la ONU, Netanyahu dejó bien claras las intenciones de este negacionista del Holocausto. Pero los esfuerzos de Bibi por detener dicho proceso chocan con condiciones muy adversas: el titubeo de Obama, la falta de contrapeso regional, la alta dependencia de los grandes consumidores de petróleo y las inversiones que países como Rusia, China y algunos miembros de la Unión Europea tienen en la República Islámica. 
 
De ahí la poca viabilidad para un consenso sobre sanciones que realmente logren presionar a Ahmadinejad, quien exporta su fundamentalismo a lugares como Gaza y Líbano donde los nexos con el chiísmo permitieron el nuevo florecimiento de Hezbollah después de la última guerra con Israel. 
 
En este caso, el tiempo no juega a favor de Bibi. 
 
4) Bashar al Assad 
 
Siria ha experimentado tres reveses duros en un muy breve tiempo. 
 
El primero ocurrió después de que las tropas sirias fueran expulsadas del territorio libanés como consecuencia de la revolución que vivió el país, cuyo detonante fue el asesinato del ex Primer Ministro Rafik Al-Hariri, adjudicado a los servicios secretos sirios. 
 
El segundo fue la limitación en las comunicaciones militares con Hezbollah franqueadas – hasta ahora – por el Gobierno del Líbano y la ONU. 
 
El tercero gira en torno a la supuesta incursión de cazabombarderos israelíes, quienes destruyeron instalaciones nucleares edificadas con la ayuda de Corea del Norte en el norte del país, y que puso en evidencia las intenciones del presidente sirio. 
 
La imagen de Siria como potencia regional y la de su Presidente, Bashar al Assad, ha quedado muy deteriorada. 
 
En caso de que Netanyahu y Abbás consigan reanudar un proceso de negociaciones, Siria habrá obtenido una cuarta derrota. Eso lo sabe muy bien el Presidente Assad, pero podría hacer poco y nada por evitarlo. El probelma para Bibi es que bajo dichas condiciones, un líder aislado puede ser peligroso, sobre todo si continua abrazado con otro líder aislado como ya es Ahmadinejad. 
 
Así, uno tras otro, los "invitados" van desfilando en la Sucá de Bibi. 
 
Cuentan que en cierta ocasión le dijeron al Gran Rabino Menajem Mendel de Kotzk que otro gran rabino afirmaba ostentosamente que podía ver cada aňo y en forma personal a todos los "Invitados ilustres" en su Sucá. El Rabino Menajem Mendel replicó: "Yo personalmente nunca los veo, pero no tengo dudas en aceptar la sentencia de Nuestros Sabios Z’l, quienes dijeron que no conviene ignorar a ninguno". 
 
Ojalá que también Bibi aprenda de Nuestros Sabios Z’l. 
 
¡Jag Sameaj!