Eichman, el sesquincfentenario y una modesta participación (que no fue).

A 50 años de la captura del crimal nazi Adolf Eichmann

El sol del 25 de mayo de 2010 ya se asoma. Esta vez se viene con todo: son doscientos años de la Revolución.  No hace tanto tiempo, cincuenta años más precisamente, la Argentina tiró todo por la borda para recordar el 150 aniversario de la Revolución de Mayo, bajo el enigmatico nombre de SESQUICENTENARIO

Al principio, el pueblo argentino permaneció confundido pero pronto se recuperó y la extraña palabra se familiarizó. A las conmemoraciones fueron invitados dirigentes politicos y personalidades de todo el mundo. Así llegó por primera vez a la Argentina un avion de EL AL portando al poliglota ministro de Relaciones Exteriores del Estado de Israel, Abba Eban. Un orador sin igual que en la Argentina se explayó en un castellano de primer nivel.

Pocos dias antes, del 25 de mayo de 1960, se produjo el tan repercutido secuestro de Ricardo Clement, el obrero, mecánico y electricista  de la Mercedes Benz  que vivía en una modesta vivienda de la calle Garibaldi de San Fernando. En esa fecha, la Argentina tenía un gobierno democrático encabezado por el radical Arturo Frondizi, que fue elgido en las urnas con el tácito acuerdo de Perón, quien estaba impedido de presentarse a elecciones. 

Hay una constante que evidentemente tiene fundamentos reales:  el antisemitismo crece en la Argentina durante los gobiernos democraticos.  En otras palabras, los antisemitas aprovechan las libertades que la democracia concede a la libre expresión.  Y en este caso, a la libre acción. Aquellos fueron tiempos de graves acontecimientos: Edgardo Trilnik, adolescente judío fue baleado en el Colegio Pellegrini. Graciela Sirota, fue  secuestrada y tatuada en el pecho con una svastica.  Raul Alterman, fue baleado en la puerta de su casa.

Israel y sus servicios de información ya hacía varios años que sabían de la presencia de Eichmann en la Argentina, así como supieron tambien de la presencia de Menguele y otros jerarcas nazis.  Tambien sabían que un pedido de extradicción de Eichmann hubiese sido rechazado. Asi como habian perdido a Menguele, estaban decididos a no dejar escapar a Eichmann, a pesar de los efectos que sobrevendrían, bien conocidos de antemano.

Hasta aqui, todo muy bien sabido y conocido.  Ahora viene «nuestra parte»: aquella de la delegacion del Kibutz Artzi en la Argentina.

Quien centralizaba la delegacion era Ieshaiahu (Shaike) Wainer, del Kibutz Ein Hashofet. Su mujer, Jana, enfermó repentinamente de una seria enfermadad de la columna vertebral. Lo lógico en esta circunstancia era volver a Israel y disfrutar de la atención médica que la mujer necesitaba,  No es muy fácil trasladar a una persona casi inmovilizada de Buenos Aires a Israel.

La presencia del avion de El Al en Ezeiza hizo pensar a la familia Wainer que se podría aprovechar la ocasión para trasladar a Jana. Comenzaron entonces una serie de gestiones para que la Embajada de Israel en Buenos Aires dé su acuerdo a tal viaje, y, lo lo más importante, para que las autoridades argentinas lo permitan. Las gestiones no tuvieron exito, y Jana Wainer, con gran esfuerzo económico y físico tuvo que volver a Israel en aviones comerciales.

Producido el secuestro de Eichmann se produjo una situacion de suma tensión entre el gobierno argentino y el israelí. Argentina sintió muy profundamente que su soberanía había sido vulnerada -y no importaba cual había sido la razón de ello-,  y expulsó al embajador israelí en Buenos Aires, Arieh Levavi. también retiró a su embajador en Israel y se inicio un período de varios años de mucha tensión y alejamiento. 

Producido el secuestro, el Gobierno argentino sacó una fuerte declaración acusando a Israel del secuestro de Eichmann que se había realizado violando la soberania argentina.  Y la declaracion agregaba  que Israel había intentado confundir a las autoridades argentinas simulando la necesidad de que en el vuelo de regreso de EL AL viajaría una mujer israelí enferma, necesitada de una urgente operación en Israel, cuando en realidad la intencion era de llevar secuestrado a Adolf Eichmann.

Resumiendo. Lo de Jana Wainer fue real, verdadero. Y para llevar a Eichmann a Israel y a su inevitable enjuiciamiento los agentes israelíes utilizaron otros recursos. Jana Wainer, que se sobrepuso a la operación, vivió en Israel muchos años más y, como curiosidad anexa, agregamos que tiene en la Argentina un distigido familiar: su sobrino, el Rabino Daniel Goldman.