Ambas partes se mostraron dispuestas a dar marcha atrás y bajar las armas: «Si ellos dejan de disparar contra nuestras comunidades, nosotros dejaremos de disparar. Si dejan de disparar en general, habrá calma», declaró el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak.
Por su parte, el viceministro de Exteriores de Hamás, Ghazi Hamad, aseguró que en la franja están «interesados en una calma, pero quieren que el Ejército israelí detenga sus operaciones».
En las últimas semanas se produjeron varios enfrentamientos armados en la frontera entre Gaza e Israel, que provacaron muertos y heridos y el temor de ambas partes de llegar a un punto sin retorno como ya ocurrió en diciembre del 2008.
Recordemos que el jueves el grupo terrorista Hamás disparó un misil antitanque contra un autobús escolar israelí cerca de Gaza, dejando en estado de coma a un adolescente e hiriendo al conductor. Como respuesta a ello, Israel bombardeó objetivos de esa organización en la franja.
Mientras tanto, el primer ministro, Biniamín Netanyahu, indicó que «si los ataques contra civiles y militares israelíes continúan, la respuesta será muy dura».
Cabe destacar que el nuevo sistema de defensa «Iron Dome» recientemente instalado por el Ejército israelí, funcionó exitosamente al interceptar hasta ahora ocho cohetes en vuelo que se dirigían a centros urbanos.