Viaje del papa Francisco a Israel

Teología de lo humano y lo político

Pese a que el Vaticano calificó el viaje de simple peregrinación, Francisco regresó a Roma con la promesa de los presidentes Shimon Peres y Mahmud Abbas de viajar al Vaticano para orar por la paz en Medio Oriente, en lo que representa una audaz iniciativa diplomática del papa argentino para reactivar las negociaciones entre israelíes y palestinos. No fue esa, sin embargo, la única sorpresa positiva que dejó el pontífice desde la mirada de los israelíes.

Por Afro Remenik

Si algo se puede decir sobre la visita del papa Francisco a Israel, es que no paró de sorprendernos. En primer lugar, es sorprendente la rapidez en que llegó a Tierra Santa. No es nada obvio que un papa visite esta zona a poco más de un año de haber asumido como máxima autoridad del mundo católico. No es obvio debido a la dura historia existente entre el pueblo judío y la iglesia católica, y no es obvio debido a la falta de un horizonte político para la resolución del conflicto entre judíos y palestinos.
De hecho, antes de su visita, el Papa Francisco debió explicar su viaje como “estrictamente religioso”, y como una oportunidad de revivir junto con el patriarca de la iglesia ortodoxa Bartolomé I, el encuentro de hace 50 años entre Paulo VI y Atenágoras I, en enero de 1964, en Jerusalén.
Sin embargo, este “estrictamente religioso” debe entenderse desde una nueva teología que en los hechos promulga el Papa Francisco, una teología de carácter profundamente humano, no esquivando problemas acústicos de la zona, como la guerra civil en Siria y sus miles de muertos, y cientos de miles de refugiados, o la paralización de las conversaciones entre el gobierno israelí y la Autoridad Palestina.
Esta teología de lo humano contrasta con la teología de lo divino que promulgó su antecesor Juan XXIII, en sus diez años de papado. La profundidad de la diferencia entre ambas visiones se hace cada día más evidente, para todos aquellos que no estamos inmiscuidos en los pormenores de la iglesia católica, e incluso para nosotros los judíos en Israel. La teología de lo divino ve a la religión como una forma de complacer la voluntad divina, sus enseñanzas y preceptos. Por el contrario, la teología de lo humano ve a la religión como una herramienta para mejorar los asuntos de la tierra, las guerras, las enfermedades, las discriminaciones, la pobreza, el hambre, y las otras plagas que golpean nuestra vida moderna.

Un segundo aspecto de esta nueva teología es que ésta debe ser ubicada más cerca de la Facultad de Sociología que la de Psicología. Quedó evidenciado en su discurso en Iad VaShem, que para el nuevo papa la maldad es un tema social, que debe ser enfrentada en forma conjunta, y no problema psicológico del cual los afectados deben ser tratados. Discursos del mismo perfil promulgó en temas como la paz entre judíos y palestinos y los refugiados sirios o palestinos en Jordania.

La anterior visita de un papa a Israel terminó en una larga rencilla política y diplomática de mutuas acusaciones y búsqueda de culpables. Por el contrario, la línea de pensamiento y acción del actual pontífice le ha permitido sortear con éxito esta visita a Tierra Santa, sin esquivar los temas políticamente peligrosos, y a la vez sin desestabilizar los delicados equilibrios que se han impuesto en la zona. La invitación a rezar por la paz en el Vaticano, que Francisco realizó a Shimón Peres y Abu Mazen, presidentes de Israel y de la Autoridad Palestina respectivamente, es parte de esta filosofía, en que la religión se transforma en una herramienta práctica, humana y social, para la resolución de conflictos.