Irak

La caída de Saddam

“Señoras y señores, lo atrapamos”, dijo el administrador estadounidense de Irak, Paul Bremer, al empezar una de las más esperadas conferencias de prensa de esta aún no concluida guerra de Irak. Según Bremer, este es 'un gran día en la historia de Irak', y representa una oportunidad para que los seguidores del antiguo gobierno iraquí desistan de su oposición. Bremer instó a los insurgentes a deponer las armas y unirse a la tarea de construir un Irak nuevo con espíritu de reconciliación. Saddam fue atrapado en su oscura madriguera, y más allá del inusual despliegue la guerra de guerrillas no ha concluido ni tiene miras de hacerlo.

Para el premier británico, la captura descarta la posibilidad de que Saddam regrese al poder y ofrece la oportunidad de que sea juzgado en un tribunal iraquí.
El presidente del Consejo de Gobierno iraquí, Abdel-Aziz al-Hakim, dijo que las pruebas de ADN confirmaron que el hombre detenido por las tropas estadounidenses es, efectivamente, Saddam Hussein.
La noticia del arresto fue dada a conocer primero por el Presidente del partido kurdo PUK, Jalal Talabani, quien anunció que Hussein fue arrestado en su nativa ciudad de Tikrit.
Saddam Hussein estuvo escondiéndose desde que su gobierno fue derrocado por las fuerzas de ocupación lideradas por Estados Unidos a principios del año.
Desde entonces difundió varias cintas de audio en las que instaba a los iraquíes a luchar contra los estadounidenses y sus aliados.
Estados Unidos había ofrecido U$S 25 millones por su captura, monto que no se sabe si alguien es acreedor del mismo a pesar de que hay fuertes indicios de que Saddam fue denunciado por parientes o algunas de sus cuatro esposas.

No parece estar cerca el fin de la resistencia iraquí

La detención del ex presidente Saddam Hussein no significará el fin de las acciones de la resistencia a la ocupación de Irak, coincidieron los mandos de las tropas extranjeras.
El propio general Ricardo Sánchez, comandante de los efectivos acantonados en el país árabe, reconoció que no es el momento del fin de los ataques contra las tropas a su mando.
Hace unos días, Sánchez había reconocido que la resistencia estaba ejecutando una veintena de acciones de guerra diarias como promedio, lo cual habla de la extensión del rechazo a la ocupación.
Por su parte el general Carlo Cabigiosu, consejero militar de la misión diplomática italiana en Bagdad, aseguró que la resistencia dependía “solo marginalmente” de Hussein e instó a mantener alta la vigilancia ante la eventualidad de futuros atentados.
Precisamente la captura del ex líder iraquí coincidió con la explosión de un autobús-bomba en la ciudad de Khalidiyah, en el oeste de Bagdad, contra una estación de policía. En el atentado murieron 17 personas y otras 30 resultaron heridas, en su mayoría miembros de la policía iraquí.
Y mientras las autoridades norteamericanas de ocupación dijeron que no han determinado qué tratamiento aplicarán a Hussein, en Madrid el presidente de turno del Consejo de Gobierno provisional iraquí adelantó su juzgamiento en Irak, con arreglo a la “legislación vigente”.
Los castigos que se impondrán, por lo tanto, son aquellos que estipula el derecho iraquí, dijo Abdul Aziz Al Hakim, quien visita Madrid invitado por el gobierno español, un fiel aliado de Washington en la ocupación del país árabe.
La detención de Saddam Hussein debilitará momentáneamente al Partido Baat (Partido Socialista del Renacimiento Arabe), una fuerza laica pero, curiosamente, beneficiará a casi quince grupos de guerrillas religiosas islámicas que actúan en Irak y que reciben apoyo de Arabia Saudita y de la juventud musulmana, especialmente los Hermanos Musulmanes con sede en El Cairo, Egipto, centro ideológico y político del fundamentalismo.

Sharón: “Israel debe participar del juicio”

El primer ministro israelí dijo que es un buen momento “para el mundo democrático, para los luchadores de la libertad y la justicia, (y) para aquellos quienes pelean contra el terrorismo”.
Por su parte, los ministros de Defensa y Justicia, Shaul Mofaz y Tommy Lapid, afirmaron -casi en una elíptico carácter anticipatorio- que Israel deberá participar del juicio contra el derrocado dictador iraquí.