Desde sus comienzos, el movimiento juvenil Hashomer Hatzair transmite a niños y jóvenes judíos los valores del judaísmo, el sionismo y el socialismo, fortalece su identidad individual y nacional y estimula el pensamiento crítico, la libertad de expresión y la creatividad. Su desarrollo en Argentina no se limitó a los grupos de adolescentes, sino que incluyó también a miembros de otros movimientos juveniles y a grupos que se reunían en escuelas y clubes, que se acercaron a él por su deseo de integrarse a kibutzim pertenecientes a la federación Hakibutz Haartzi.
Con el paso del tiempo, la familia shomrica se extendió a estudiantes universitarios, grupos de adultos, el jardín de infantes y escuela primaria Mordejai Anilewicz, la Hajshara (granja de capacitación agrícola), revistas, periódicos y otras publicaciones en ídish, hebreo y castellano, el partido político Mapam – Meretz, la cooperativa Junín, etc. Los capítulos del libro despliegan este amplio abanico en toda su diversidad.
La publicación de un texto que testimoniara la historia de la familia shómrica en Argentina fue durante largo tiempo el sueño de muchos exshomrim. Cinco años atrás, un grupo entusiasta y perseverante logró concretar el proyecto.
La senda de un sueño no es una investigación académica, si bien se basa en numeroso material de archivo y en entrevistas no sólo con jóvenes, adultos, exmadrijim y exshlijim, sino también periodistas, educadores e investigadores. El libro, que incorpora fotos de diferentes épocas, presenta el largo recorrido de la familia shómrica, sus diferentes etapas y principales características; evoca a personajes y acontecimientos del pasado y rememora acontecimientos, situaciones y anécdotas.
La historia narrada aspira a comprender la naturaleza y singularidad de esta familia, cuya contribución al movimiento sionista, la comunidad judía en la Argentina y la sociedad israelí es de valor incalculable.
La presentación del libro será una ocasión para que todas las generaciones de la familia shómrica en Argentina se reencuentren, intercambien vivencias y compartan recuerdos de aquellos años que dejaron en ellos una impronta inolvidable.
¡Shomer una vez, shomer para siempre!