Mientras el año llega a su mitad, transcurre otro frío y lluvioso 18 de Julio. Ya no quedan ni madrijim/ot ni janijim/ot en la Tnua que hayan vivido ese trágico día hace 24 años, pero el frío en la barriga y el nudo en la garganta están presentes. El dolor y la bronca que nos fueron transmitidos por nuestrxs padres, madres, familiares, madrijim/ot y conocidxs aún perduran en el tiempo.
Pareciera que en la tragedia, el sentido de comunidad es todavía más fuerte; las miradas cómplices y empáticas de quienes nos vamos acercando al histórico edificio, son evidentes.
La familiar sensación de encontranos nuevamente fuera de las puertas de la AMIA, reaparece.
Varias veces en la vida, y en especial en la vida tnuatí, nos hemos cruzado con, en mí opinión, un gran enigma: ¿Sos argentinx judíx o judix argentinx?
Por lo general es un debate con nosotrxs mismxs que preferimos patear hacia adelante o dejar en una respuesta ambigua.
Pero hay algo que todos los 18 de Julio, a mí se me esclarece: soy argentina Y judía. No hay lugar para un «o», así como tampoco tiene lugar dentro de la memoria histórica de la Argentina. No lo recuerda o unx judix o unx argentinx. Lo recordamos todxs. No somos sólo judíxs lxs que nos encontramos sobre la calle Pasteur reclamando justicia. El atentado a la AMIA fue un hecho que conmovió a toda la sociedad argentina.
Creo que como educadorxs lo mejor que podemos hacer es darle una vuelta de tuerca a la pregunta. Dejar de lado la idea de que la identidad judía y la identidad argentina toman caminos separados. Convoco a todxs aquellxs que educan, sea dentro de un aula, dando peula o simplemente en una conversación de pasillo, a plantear la pregunta: ¿Qué cosa te hace judíx y argentinx?
Y sigamos luchando por la fuerte memoria que tiene este país y esta colectividad. Digo presente hoy y siempre para las víctimas del atentado a la AMIA. Memoria, Verdad y Justicia.
* Mazquirá (secretaria general) del Movimiento Hashomer Hatzair Argentina