Nací en la Argentina, hice aliá, y desde hace un año y medio soy también ciudadana israelí.
En mi condición de sobrina de Graciela Levinson, muerta en el atentado contra la Embajada de Israel, y de Jaime Plaskin, caído en el atentado contra la AMIA; y como una persona cuya vida personal y familiar se desarrolló dentro del ámbito de la comunidad judía, decidí intentar reunir y conectar a todos aquellos que se encuentran en idéntica condición.
Tengo la esperanza de que esta reunión sea tan sólo el comienzo de un camino que nos permita mantener viva la memoria para continuar luchando por la Justicia y la Verdad.
La convocatoria fue muy buena, el momento sumamente emocionante. La OLEI, organización que nuclea a inmigrantes de América Latina, fue el escenario de la misma.
La gente que se acercó al encuentro se mostró deseosa de participar, con mucho que decir, con un dolor antiguo y una renovada sed de Justicia.
La reunión contó con la presencia del periodista del diario israelí Haaretz, Iosi Melman, quien fue entrevistado por su colega argentino-israelí Shlomo Slutzky.
Melman respondió preguntas relacionadas con los motivos por los que la Argentina fue en dos oportunidades elegida como blanco de ataques terroristas, el rol del Estado de Israel en la prevención de hechos de esta naturaleza y en las posteriores investigaciones de los que ya sucedieron, entre otros temas.
Por su parte, el periodista Shlomo Slutzky estuvo a cargo de un equipo que filmó la reunión como parte de un trabajo de investigación periodística que está realizando para la producción de una película documental.
Por mi parte, compartí con los presentes un texto especialmente escrito para la ocasión, del que transcribo algunos párrafos a continuación:
El 17 de marzo de 1992 la Argentina entró brutalmente en la agenda del terrorismo internacional.
El 17 de marzo de 1992 la vida cambió para siempre.
22 familias quedaron truncadas. Un lugar vacío en cada mesa y en el alma.
Cientos de personas quedaron heridas y marcadas para siempre.
…junto con las cifras de muertos, heridos y familias destrozadas, comenzaba a renacer de los escombros el monstruo de la impunidad como una sombra siniestra que traía consigo complicidades turbias, encubrimiento, farsas jurídico-policiales y la ausencia absoluta de justicia y verdad.
…Esa misma monstruosa impunidad resultó la propia antesala para el horror que sobrevino poco tiempo después.
y estalló la AMIA.
Esta vez fueron 85 las personas bestialmente asesinadas. y muchos, muchos más los heridos y afectados.
…Podría hablarles de mi tía Graciela, una mujer trabajadora, que luchaba por el bienestar de su familia, conversadora, siempre sonriente, siempre brindándose por entero a las personas que amaba.
Podría hablarles de mi tío Jaime, un maestro cuya sabiduría, vocación y amor al acervo judío es recordado por todos los que tuvieron la suerte de ser sus alumnos. un hombre a quien nosotros recordamos en familia, y de quien recuerdo las más insólitas bromas y una risa sonora y estridente que reconfortaba el alma.
Todos y cada uno de los familiares podrían hablar de un ser querido que quedó sepultado bajo los escombros. de sus sueños, proyectos, dificultades, alegrías y sus ganas de vivir.
Cada uno de los sobrevivientes podría hablar de sus compañeros de trabajo, de los momentos compartidos, de las ganas de seguir adelante.
Y es por eso, y por ellos que hoy estoy acá.
Porque creo en los valores que no pierden vigencia y, muy especialmente en la Justicia.
Está en nosotros continuar luchando para alcanzar la justicia, donde sea que estemos. Siento en este sentido una responsabilidad y una necesidad.
Una asignatura pendiente.
Y nosotros, hoy, aquí en Israel, en nuestra nueva casa, al igual que quienes quedaron en la Argentina, quizás podamos hacer algo para que haya Justicia. Quizás podamos encontrar la forma o el camino.
Por ellos.
Por cada uno de ellos.
Porque repudiamos el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones, la violencia, el odio entre pueblos y la discriminación y porque esclarecer los atentados es una responsabilidad ineludible, luchamos por justicia.
Y merecen justicia, porque en el lugar del universo en donde estén, o desde adentro nuestro, sólo después de hacer Justicia nuestros muertos podrán descansar en paz.
Luego de un fructífero diálogo e intercambio de ideas, se decidió que el próximo 17 de marzo se realizarán actos recordatorios del 12 Aniversario del Atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.
Dichos actos tendrán lugar en cada una de las filiales de la OLEI en todo Israel.