Los bombardeos sobre Falluja comenzaron poco después de que venciera el plazo para que los rebeldes entregasen sus armas. Testimonios recogidos por agencias internacionales explicaban: “El fuego ilumina la noche. Se pueden oír más de diez explosiones por minuto”.
Los combates más duros tenían lugar en las afueras del barrio de Golán, donde desde el lunes se sucedían las escaramuzas entre los marines y la resistencia iraquí.
“La tierra está temblando bajo mis pies”, resumió un testigo.
Una escueta declaración de portavoces militares americanos indicaba que el inicio del ataque americano fue como respuesta “para defenderse del enemigo”.
El enviado especial de la ONU en Iraq, Lakhdar Brahimi, alertó al Consejo de Seguridad, justo cuando comenzaban los bombardeos en Falluja, del “riesgo de una confrontación muy sangrienta”. Brahimi intentó negociar la puesta en marcha, el 30 de junio, de un Gobierno interino iraquí.