Está prohibido el llanto y la protesta
en esta tierra
no queda bien
molesta
a los que prefieren olvidar
a cien rehenes atados en tinieblas
sólo las plantas gimen abiertamente al alba
y los árboles derraman hojas secas
que llenan las veredas y las calles
y crujen en nombre de los muertos
bajo las pisadas de la victoria ciega.