The New Republic, 03/03/2025

Yair Golan: el general de las FDI que puede revivir a la izquierda israelí

Llama a Netanyahu “criminal”. Su nuevo partido es pequeño por ahora, pero es la mejor esperanza que han tenido los progresistas israelíes en mucho tiempo.
Por Jo-Ann Mort

Llegar a la oficina del bloque Laborista en la Knesset (Parlamento israelí) no es fácil. El partido es ahora la facción más pequeña en la Knessset, y su oficina está en lo que parece un depósito. Es difícil no ver esto como una metáfora de cómo el otrora poderoso partido -el partido fundador y hegemónico de Israel durante aproximadamente un cuarto de siglo- ha caído.

Fue ahí donde entrevisté a Yair Golan, líder de un nuevo partido llamado Los Demócratas (Hademokratim), formado por la fusión entre el Laborismo y su aliado a su izquierda, Meretz. De hecho, en las elecciones de 2022, el Partido Laborista apenas superó el umbral del 3,25% de los votos nacionales requerido para ingresar al Parlamento, mientras que Meretz no llegó a esta meta por unos pocos miles de votos, por primera vez en la historia (su antecesor, Mapam, es uno de los partidos fundadores del Estado de Israel y siempre tuvo presencia parlamentaria). Hubo intentos fallidos de fusionar ambos partidos para esa elección. Esa fusión se volvió una necesidad evidente.

Golan es un ex Jefe Adjunto del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Es general de reserva y también fue el titular del Comando del Frente Interno (encargado de proteger a los civiles en situaciones de emergencia) y del Comando Norte (responsable de supervisar la seguridad en la parte norte del país). Fue viceministro de economía en el gobierno de Bennett-Lapid de 2021 por el partido Meretz, y miembro de la Knesset por Meretz de 2019 a 2022. Anteriormente se postuló en la interna para presidir Meretz y perdió, en parte porque los miembros del partido progresista no querían ser dirigidos por una figura militar. Pero los tiempos han cambiado. Ahora, incluso la izquierda entiende que necesita credenciales militares en un país aún profundamente traumatizado por el 7 de octubre.

El día que Hamás cometió su masacre dentro de Israel, Golan se puso su uniforme tan pronto como supo lo que estaba ocurriendo y se presentó al Comando del Frente Interno. Recibió llamadas de padres preocupados por sus hijos que se escondían de los terroristas de Hamás en los alrededores del Festival de Música Nova. Consultando Google Maps, se dirigió hacia el sur y rescató a tres jóvenes. “Estaba completamente solo con un rifle”, dijo. Pero no dudó: “No podía quedarme sin hacer nada. No podía esperar órdenes… la gente puede cambiar la situación, hacer algo positivo en un momento de gran trauma”.

Reingresó a la política, me dijo, “porque creo que el tema principal y más importante respecto al destino de Israel es el siguiente: ¿anexión o separación? ¿Hacia dónde nos dirigimos? Es muy importante definir el problema. No se trata de si será una solución de dos Estados, tres Estados… Podemos pensar en todo tipo de soluciones. Sabemos que la imaginación humana no tiene límites. La verdadera pregunta es ¿qué queremos?”.

La anexión, favorecida por muchos en el actual gobierno ultraderechista de Netanyahu, significaría extender oficialmente las fronteras de Israel a toda la población palestina de los territorios ocupados. En ese escenario, habría dos opciones: otorgar ciudadanía plena a toda la población (algo que el gobierno de derecha nunca haría) o establecer un Estado de apartheid con dos sistemas legales completamente diferentes para judíos y palestinos bajo las nuevas fronteras. La separación, por otro lado, implicaría que Israel renunciara a su ocupación de 58 años de los territorios conquistados en la guerra de 1967.

Golan cree que la anexión “traería consigo la destrucción, la destrucción completa de Israel… Y la loca idea de que despertaremos una mañana y no habrá palestinos entre el río y el mar…”. Se ríe mientras deja la frase sin terminar.

La realidad después del 7 de octubre

No es fácil ser alguien que apoya una resolución pacífica al conflicto israelí-palestino en el Israel posterior al 7 de octubre. Un gobierno corrupto, mesiánico y antidemocrático ataca a la izquierda en cada oportunidad. Un canal de noticias respaldado por el gobierno hace que Fox News parezca moderado. Fundado en la era de Netanyahu bajo el pretexto de abrir la televisión a nuevos puntos de vista, el Canal 14 es un canal religioso de extrema derecha cuyos periodistas son exclusivamente portavoces no oficiales del gobierno. Hay esfuerzos diarios del gobierno de cerrar programas culturales y educativos. Las llamadas a la venganza abundan, al igual que el sentimiento, especialmente entre las familias de los secuestrados y su red de simpatizantes, de que el país está simplemente roto. No se debe subestimar cómo los horrores de ese día y sus secuelas han sacudido profundamente a muchos dentro del ya debilitado campo de la paz.

Mientras tanto, los partidos de centro -Yesh Atid, encabezado por Yair Lapid, y Unión Nacional, de Benny Gantz- están perdiendo apoyo lentamente. La mayoría de las encuestas de los últimos dos años muestran que una coalición gubernamental formada por cualquiera menos un Likud liderado por Netanyahu con sus socios de extrema derecha y ultraortodoxos, ganaría frente a la coalición actual de gobierno. Esa coalición sería una mezcla de partidos de izquierda, centro y derecha no-Likud. En esa amalgama, Los Demócratas no serían el partido más grande, pero seguramente constituirían la columna vertebral ideológica.

Incluso en un Israel partido por enormes grietas ideológicas y 16 años bajo el gobierno de un demagogo, el nuevo partido de Golan, según las encuestas, ha mantenido una base de nueve mandatos (el término israelí para escaños) y ha subido recientemente a un máximo de 14 escaños proyectados, dentro de los 120 que conforman la totalidad de la Knesset.

Golan cree saber por qué: “Lo que tenemos en Israel no es una discusión entre derecha e izquierda. Es entre una mirada sionista democrática y progresista, por un lado, contra una mirada de derecha mesiánica y corrupta. La derecha mesiánica está profundamente desconectada de la realidad, exactamente como los irresponsables que iniciaron la rebelión de Bar Kojba en el año 132”. A lo largo de nuestra conversación, Golan no solo menciona ejemplos históricos de siglos pasados, sino que cita fuentes judías para reforzar su mirada sobre la naturaleza inherentemente progresista del judaísmo.

“La única manera de enfrentarse a esto”, dice, “es trayendo una concepción ideológica muy sólida”. No tiene paciencia para los partidos de centro, sin mencionar nombres -pero claramente refiriéndose a los liderados por Lapid (el líder oficial de la oposición en la actualidad) y Gantz, quien alguna vez fue visto como un fuerte contendiente contra Netanyahu, pero cuyo brillo se desvanece diariamente-. “La terrible noción del centro extremo en Israel es: ‘no tenemos intención de decir nada significativo. Nos despertamos por la mañana y vemos para dónde sopla el viento’. Lo que necesitamos no son buscadores de viento. Necesitamos una brújula”.

Continúa: “Necesitamos construir un nuevo campo político”. En este objetivo, incluye al 21% de los ciudadanos israelíes (dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente de Israel) que son árabes: “Los árabes viven con nosotros. Así que, por ley y por Dios, estamos obligados a proporcionarles igualdad”.

Su visión sobre Netanyahu y el gobierno actual

No escatima palabras sobre Netanyahu. Lo llama “criminal” y dice que es “un peligro para su propio pueblo”. “Básicamente, Netanyahu es el mismo tipo de líder que Chávez en Venezuela, Bolsonaro en Brasil y Orbán en Hungría. Es una especie de enfermedad que atraviesa el mundo entero, esta ola populista”.

En contraste, dice, “quiero traer algo bueno al mundo, quiero hacer lo correcto acá. Tenemos una lucha enorme entre aquellos que piensan que Israel debería ser un Estado democrático liberal y aquellos que piensan que Israel debería ser una especie de Estado teocrático autoritario. El gobierno es autocrático… El hecho de que tantos israelíes aún no lo entiendan es indignante… Sé que sé cómo liderar. Tengo mucha experiencia liderando personas en tiempos de emergencias, en tiempos de lucha”.

Mientras tanto, la guerra en Gaza continúa a fuego lento “porque Netanyahu… no quiere liberar a los rehenes, porque sabe que al terminar la guerra tendrá que enfrentar todos sus problemas políticos. Así que, sin decirlo formalmente, firmó el siguiente acuerdo con los partidos mesiánicos: mantener vivo el sueño de la anexión, el sueño de reconstruir… asentamientos dentro de la Franja de Gaza”.

Abraza los esfuerzos de los Estados árabes que rodean a Israel, que Netanyahu desestima. “Necesitamos construir dentro de la Franja de Gaza una alternativa a Hamás con la Autoridad Palestina, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Marruecos, con cualquier otro país musulmán moderado”, dice. “Para luchar eficazmente contra Hamás, no basta con matar a los militantes. Por la doctrina de la guerra de contrainsurgencia, está claro que, por un lado, tenemos que encontrar a los milicianos, y por otro lado, necesitamos capturar los corazones y las mentes de la población general… No hicimos nada para construir una alternativa a Hamás. Esto es indignante”.

El futuro de Gaza

Sobre el plan de Donald Trump de vaciar Gaza de gazatíes, Golan dice: “El presidente estadounidense mencionó una idea. Pero hay una enorme brecha entre una idea general y un plan verdadero. Diría incluso más: supongamos que 100.000, 200.000, 500.000, medio millón de personas emigran de la Franja de Gaza. Entonces tendremos que ocuparnos de solo 1,5 millones de personas viviendo en 365 kilómetros cuadrados, uno de los lugares más densos de la tierra, un área con muchos problemas de infraestructura”.

Lo importante ahora, dice, es construir una alternativa a Hamás. “Si tenemos un proyecto regional, entonces podemos ampliar la cooperación entre estos países para enfrentar todas las formas de islam radical en la región”, dice. “Y enfrentaremos más desafíos del islam radical desde Irán y Turquía… Y el hecho de que, debido a este gobierno de extrema derecha, no podamos hacer algo positivo por el bien de Israel, es indignante”.

Enfatiza: “Necesitamos un nuevo lenguaje político. La derecha solía llamarse a sí misma ‘el campo nacional’. Ellos no son el campo nacional. Nosotros somos el campo nacional. Ellos están destruyendo la nación. Son una amenaza para la nación”.

Le pido que defina qué significa ser sionista para él hoy. Esta es una palabra tóxica entre muchos progresistas fuera de Israel hoy en día. “¿Qué es ser sionista? Es el movimiento moderno del pueblo judío. Somos las personas que queremos hacer Tikún Olam”, comenta, utilizando un concepto hebreo central al judaísmo progresista que significa “reparar el mundo”. Continúa: “No podemos llevar adelante Tikún Olam sin ser democráticos, liberales y judíos al mismo tiempo. Queremos un mundo mejor. Esta es la noción en la que enfoco todos mis esfuerzos, y pongo en el centro de mi actividad al ser humano”.

Es seguro que sus detractores seguirán tildando a Golan y a su partido de anacrónicos y desconectados de la realidad. Aun así, es un partido liderado por un exgeneral que cree que debería haber un Estado palestino junto a Israel. Ha sucedido antes, por supuesto, pero este es un momento pésimo para las ideas progresistas. Tiene un camino claro en mente: luchar contra el gobierno actual “en los tribunales, en la arena política y en las calles, para exigir elecciones lo antes posible”. Golan es un corredor de larga distancia.