El repertorio silenciado del archivo de Moishe Beregovsky llega al IWO

¡Gloria Ídish! Canciones perdidas de la Segunda Guerra Mundial

El musicólogo Moishe Beregovsky lideró un proyecto que durante la Segunda Guerra Mundial logró recopilar canciones y poemas escritos en ídish en pleno conflicto bélico. No eran obras de compositores famosos, sino creaciones de personas comunes que se encontraban en todo el territorio soviético: en el frente, en tránsito, en el exilio, en campos de trabajo, fábricas o ciudades bombardeadas.
Por Silvia Hansman

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética albergaba una de las comunidades judías más numerosas del mundo, concentrada principalmente en Ucrania, Bielorrusia y partes de la Rusia occidental. En 1939, además, incorporó a la población judía de las zonas polacas que anexó tras el pacto con Alemania y recibió a cientos de miles de refugiados judíos que huían de la invasión nazi.

La URSS representó un territorio ambivalente: por un lado, fue ciertamente un refugio frente al exterminio nazi; por otro, un espacio marcado por el control estatal, la sospecha y la represión, donde la religión, el idioma y las organizaciones judías fueron objeto de extrema vigilancia. La experiencia de la guerra para los judíos en la Unión Soviética fue muy diversa y es difícil de generalizar: incluyó el desplazamiento forzado y la vida en condiciones extremas en Asia Central o Siberia, la persecución política, la participación activa en el Ejército Rojo y en otros campos de la vida artística y científica.

Moishe BeregovskyEn ese contexto, un grupo de intelectuales judíos soviéticos, bajo la dirección del musicólogo Moishe Beregovsky, emprendió un proyecto de documentación singular: recopilar canciones y poemas escritos en ídish durante la guerra. No eran obras de compositores famosos, sino creaciones de personas comunes que se encontraban en todo el territorio soviético: en el frente, en tránsito, en el exilio, en campos de trabajo, fábricas o ciudades bombardeadas. Eran canciones populares de duelo, desesperación y lucha, pero también de amor, de esperanza en la victoria sobre el nazismo y en un futuro mejor.

Finalizada la guerra, Beregovsky fue arrestado y enviado a un gulag, como parte de las persecuciones antijudías impulsadas por el régimen estalinista. Su archivo desapareció sin dejar rastro, posiblemente archivado en secreto. Aunque Beregovsky recuperó su libertad y regresó a Kiev en 1955, la colección permaneció oculta durante décadas.

El redescubrimiento de este archivo ocurrió recién en los años 2000, cuando la profesora Anna Shternshis, de la Universidad de Toronto, estaba consultando materiales en la Biblioteca Nacional de Ucrania para un libro sobre la cultura judía en la URSS. Entre los documentos que revisaba, encontró un conjunto de manuscritos en ídish que le llamaron la atención. A pesar de ser especialista en canciones del Holocausto, estos materiales le resultaban completamente desconocidos. Lo que más le impactó fue el tono crudo y directo: había canciones humorísticas, algunas con insultos a Hitler, otras profundamente trágicas, incluso canciones escritas por niños. No se parecían a las canciones escritas en la posguerra, con un tono más evocativo.

Anna ShternshisLuego de investigar, Shternshis confirmó que se trataba del archivo perdido de Beregovsky. Desde entonces, lidera el proyecto internacional Yiddish Glory, que busca devolverle voz y sentido a ese repertorio silenciado. Su trabajo aportó información fundamental para reconstruir la experiencia, poco documentada hasta entonces, de los judíos que vivieron la guerra en la Unión Soviética.

Además, las canciones recuperadas pudieron volver a escucharse: se grabaron y comenzaron a presentarse en conciertos en vivo, llevando esas voces olvidadas a nuevos públicos en todo el mundo.

En agosto de 2025, este concierto de música histórica llega a la Argentina en el marco del Centenario de IWO. Algunas canciones conservaban sus melodías originales; otras fueron reconstruidas y arregladas por el músico Psoy Korolenko, en una propuesta que combina fidelidad histórica con sensibilidad contemporánea. La producción musical estuvo a cargo de Dan Rosenberg. Gloria Ídish combina música en vivo, narración y proyección simultánea de traducciones, creando una experiencia artística que revive un patrimonio cultural casi perdido. Más que un espectáculo, es una invitación a acercarse, a través del arte, a la fuerza del idioma y la cultura ídish.