Participaron más de 300 alumnos

Pensar el Genocidio

Con personalidades de vasta trayectoria en la lucha por los Derechos Humanos, entre las que se destacó la Abuela de Plaza de Mayo Rosa Roisinblit, Nueva Sión estuvo presente en el encuentro "Identidad y Memoria", donde se abordó la temática del Genocidio ante un auditorio compuesto fundamentalmente por estudiantes secundarios.

Organizado por el Programa Educación y Memoria junto con la comunidad armenia, el 24 de mayo se realizó en el Consejo Nacional Armenio el encuentro “Identidad y Memoria”, en el cual participaron más de 300 estudiantes de 4to y 5to año de instituciones educativas estatales y privadas de la comunidad judía, armenia y de la Ciudad de Buenos Aires, convocadas para dialogar acerca de la temática del Genocidio.
El objetivo del encuentro fue poder compartir las diferentes tragedias que han atravesado los pueblos y, de esa manera, hacer que el dolor propio también sea el del otro. Expusieron sobre la experiencia del genocidio, cada uno desde su punto de vista, Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Alfonso Tabakian, director del Consejo Nacional Armenio; Carmen Burgos, miembro del INADI especialista en Pueblos Originarios; y el director de este medio, Gustavo Efron.

“Estamos acá para construir entre todos una pedagogía de la memoria y fomentar el juicio crítico sobre nuestra historia y la de todos los pueblos que han atravesado la experiencia traumática del genocidio”, expresó Claudio Altamirano, coordinador del Programa, al abrir el encuentro. Luego de esta apertura, y de que Alfonso Tabakian diera la bienvenida, se proyectó un cortometraje realizado por la comunidad armenia para el 24 de abril, fecha que conmemora el Genocidio Armenio. Con los relatos en primera persona acerca del problema de la identidad y la discriminación, esta película fue el punto de partida de las jornadas pedagógicas conmemorativas.

En primer lugar, Carmen Burgos se refirió a los jóvenes: “Hablar de memoria y de identidad toca la sensibilidad de lo que uno es. Ahora, pregunto: ¿Por qué piensan que soy indígena?”. Los estudiantes mencionaron rasgos como su acento, su fisonomía y vestimenta. Uno de ellos expresó: “La identidad nos ayuda a formarnos como personas más allá de los usos, las ropas, los actos, los ritos, porque necesariamente nos oponemos a otros”. A lo que una joven añadió: “El problema es que desde la educación, y a partir del modelo que impuso Sarmiento, valoramos la cultura externa, y la cultura originaria la estudiamos en pasado”.
Por su parte, Carmen explicó que: “El tema pasa por aceptar al otro, así no tenga las mismas creencias. Pero no sólo aceptarlo, sino también respetarlo, conocer su punto de vista y lo subjetivo del otro para poder comunicarnos con él. La pluralidad de identidades la vamos a entender siempre y cuando nos permitamos conocer al otro”.

A continuación, Gustavo Efron contó brevemente qué fue la Shoa y cuál era el pensamiento que seguían los nazis. Se refirió a la distinción de Tzvetan Todorov acerca de la memoria: “Todorov dice que hay una memoria literal y una ejemplar, que trasciende los acontecimientos para que todos podamos entender lo que pasó. Con el tiempo, a través de la historia los sobrevivientes han empezado a trascender la memoria literal para ir hacia una ejemplar. Esto permite superar los odios y entender que no es un tema de competencia sino de construir lazos comunes”.
Al respecto, un alumno acotó una reflexión: “Uno tiene que asumir las heridas y los miedos, uno fue víctima y hay que reconocerse como tal para poder luchar por memoria y justicia”. Gustavo dejó un interrogante que aporta a la reflexión: “¿Hasta dónde las heridas siguen sangrando y las cicatrices permiten la pluralidad?”.

Posteriormente, Alfonso Tabakian enmarcó el proceso vivido por los armenios. Instó a los alumnos a pensar: “¿Cómo se anula al otro? Construyendo poder y bajando línea. En el imperio turco-otomano había una diversidad de etnias pero con un poder que las oprimía para igualarlas (…). Cuando estas cosas suceden desde el Estado es terrible; pasó con la dictadura, con los indígenas, con el ejército alemán y con los armenios. ¿Cómo podemos recomponer eso?
Y agregó en torno al problema de la negación: “El Estado actual en Turquía aún hoy no reconoce lo que hizo hace 100 años, y tiene toda una maquinaria poderosa para que la verdad no se sepa. El problema de la negación no es que niegue lo que pasó, sino que se transforme en verdad. Hay que insistir en los valores éticos y luchar contra las desigualdades”.

A las palabras de Tabakian le siguieron las de Rosa Roisinblit, que contó su experiencia durante la última dictadura cívico-militar: “Nosotras no esperamos, salimos a protestar inmediatamente por nuestros hijos y nietos. Nadie se iba a imaginar que el golpe de Estado se iba a convertir en un terrorismo de Estado, donde todas las fuerzas de seguridad y la Justicia se pondrían del lado de los dictadores genocidas”.
Y enfatizó sobre el trabajo de las Abuelas que: “Todo ser humano tiene derecho a saber su identidad. Nosotras viajamos alrededor del mundo buscando la manera de encontrar a nuestros nietos, y conseguimos tener el Banco Nacional de Datos Genéticos. Al principio nos era más difícil, pero ahora muchos nietos se plantean su verdadera identidad y se acercan a la casa de Abuelas”.