La convención se convirtió rápidamente en un caos cuando los manifestantes entraron al salón gritando, “Beilin go home» portando pancartas con consignas amenazantes hacia su persona.
Inmediatamente los organizadores dieron parte a la Policía que dispersó a la muchedumbre, arrestando a varios manifestantes del Kaj y acompañando a Beilin a su casa ante eventuales nuevos enfrentamientos que pusieran en peligro su vida.
Su asistente personal, Hagit Ofran, dijo que el guardaespaldas de Beilin fue atacado afuera del salón de convenciones temprano por la tarde.
Mitzna, sin embargo, eligió quedarse dentro de la sala. «No vinieron a escuchar, vinieron a romper el encuentro» dijo. «Ninguna muchedumbre amenazante nos impedirá seguir con nuestra iniciativa (de difundir el Acuerdo de Ginebra) a lo largo de todo Israel”, agregó.
Mientars tanto, Baruch Marzel, uno delos líderes del movimiento Kaj, dió a conocer la siguiente declaración: «Perseguiremos a los criminales de Ginebra y Oslo, a los traidores Beilin y Mitzna y a sus camaradas, en toda ocasión en que podamos”.