Nuestros enemigos

Entre las publicaciones sobre la actual guerra entre Israel y Hamas, salió a la luz una que pertenece a un partido político argentino que apoyó a viva voz al grupo terrorista que ejecutó el pogrom del 7 de octubre. Se trata del Partido Obrero, ultraizquierdista y antisemita, que ha expresado en varias de sus publicaciones la reivindicacion a la masacre perpetrada por Hamas y ha participado de manifestaciones en apoyo a Palestina, demostrando su desprecio por las víctimas del “Sábado Negro”.
Por Ariel Bank

El 7 de octubre fue uno de los días más tristes para los judíos del mundo entero. Vimos cómo nuestros amigos, conocidos, familiares, compañeros y compañeras eran atacados por un grupo numeroso de personas cegadas por el odio (y también por las drogas, en varios casos).  No importaba si el escenario era un kibutz o un festival de música. No importaba si se trataba de hombres, mujeres, niños, bebés o ancianos. No importaba la nacionalidad de las víctimas. No importaba si eran judíos, árabes o de otro origen. La consigna era la misma: ejecutar todos los crímenes posibles, habidos y por haber, contra todo aquello que se encontraba en el territorio israelí.

Frente a esa demostración horrorosa de odio expresado por Hamas y los otros grupos terroristas que intervinieron ese día, muchos líderes políticos del mundo declararon su solidaridad con Israel. Joe Biden, Olaf Scholz, Pedro Sánchez y otros líderes se han pronunciado en ese sentido. En la misma línea, la mayoría de los entonces candidatos presidenciales de Argentina se habían expresado con palabras de solidaridad hacia el pueblo israelí. Pero en el mundo también emergió un desprecio mayúsculo hacia las vidas de los israelíes, algo que se pudo observar en algunas de las posturas esgrimidas por la ultraizquierda a nivel mundial. En ese contexto, en la Argentina hay un partido que se ha revelado como el máximo exponente de ese desprecio hacia el pueblo de Israel, el Partido Obrero.

Esta formación política —cuyos orígenes vienen de la década del ’60 con el medio Política Obrera, y de la cual ya en ese momento formaba parte el otrora líder del partido, Jorge Altamira— es de orientación trotskista y está vinculada a la Cuarta Internacional; por ende, se supone que luchan por construir una sociedad socialista sin explotados ni explotadores.

Sin embargo, cuando civiles israelíes son atacados de forma tan salvaje, desaparece su empatía hacia los más débiles. Este elemento es el que nos debe alertar, pues cuando ocurrieron los ataques del 07/10, esta organización no mostró el más mínimo signo de repudio hacia sus perpetradores. Al contrario, en una nota publicada el 14 de octubre a través del medio de comunicación oficial del Partido Obrero, Prensa Obrera, uno de los integrantes de la organización critica al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) porque, según trascendió, este partido habría estado dispuesto a participar en el minuto de silencio en homenaje a las víctimas del «Sábado Negro», ya que, de acuerdo a su interpretación de los hechos, «solo se puede deducir [que no se hubiesen opuesto a] hacer ese minuto de silencio en conjunto con los otros candidatos defensores del capital». En el mismo artículo, se afirma lo siguiente:

«Dicho de modo directo: no somos neutrales entre el sionismo y Hamas. Ninguna crítica genérica a los «métodos» -que, además, en los discursos no se especifican en qué consisten y cuál sería la divergencia- puede ser invocada para eludir una definición concreta sobre si se apoya o no la lucha que libra el pueblo palestino a través de Hamas». (https://prensaobrera.com/politicas/las-posiciones-de-la-izquierda-ante-la-accion-de-hamas-y-la-campana-sionista)

Este artículo fue publicado una semana después de la masacre perpetrada por los terroristas, es decir, antes de la ofensiva militar terrestre emprendida por el Ejército de Defensa de Israel sobre Gaza.

Por otra parte, esta no fue una postura aislada dentro de esta fuerza política, sino que, por el contrario, se repitió en las declaraciones de diversos dirigentes. Vanina Biasi mostró una actitud de desidia y de absoluto desprecio por la vida de los civiles israelíes atacados por el terrorismo de Hamas. Incluso llegó a calificar de «construcción de la narrativa sionista» lo ocurrido con Emily Hand, una niña de 9 años cuyo padre creyó que había sido asesinada el 7 de octubre y que luego fue liberada a finales del mes de noviembre, producto de las negociaciones entre las partes.

Vanina Biasi en un acto en apoyo de Palestina.

Gabriel Solano, el 9 de octubre (dos días después de la mayor masacre de judíos desde el Holocausto), participó de una movilización en las calles de Buenos Aires convocada por el «Comité Argentino de Solidaridad con Palestina» y, en la red social X, afirmó: «El Estado terrorista de Israel es el responsable de las muertes en medio oriente(sic)». Es decir, eximió de toda responsabilidad a Hamas y a las otras organizaciones terroristas por su rol en la masacre. En aquella manifestación donde participó, había estrellas de David asociadas a esvásticas: un auténtico acto de provocación en el mismo momento en que la comunidad judía argentina se iba enterando de que varios de sus familiares y allegados eran atacados y secuestrados por los asesinos del Hamas.

Pero la demostración más clara del apoyo del Partido Obrero hacia la organización terrorista Hamas sale de una publicación difundida por los sectores juveniles del partido (Unión de Juventudes por el Socialismo, UJS), folletos con el logo y la firma del Partido Obrero y colocados en sedes universitarias donde declaraban: «Reivindicamos el accionar de Hamas y de la totalidad de las organizaciones de la resistencia palestina al derrumbar las murallas levantadas por Israel para cercar Gaza, una verdadera prisión a cielo abierto». Estas palabras son una genuina declaración de guerra al pueblo judío allá donde se encuentre, pues, como dice la Carta Fundacional del Hamas en su artículo 7:

«El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos, cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: «Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo…» (MidEast web Historical Documents. “The Covenant of the Islamic Resistance Movement (Hamas)”. Documento electrónico. 8 de septiembre de 2008)

Al apoyar a Hamas, el Partido Obrero se embanderó con la eliminación de todos los judíos del mundo. Pero lo más fascinante de esto es que el PO tiene, en sus filas, varios integrantes de origen judío (algunos incluso han viajado bajo el paraguas del programa auspiciado por el Estado de Israel denominado Taglit Birthright).

El caso del PO es uno de los más extremos de antisemitismo disfrazado de antisionismo. Esta enfermedad se disemina con virulenta velocidad: estamos ante una pandemia de antisemitas con disfraz de antisionistas. No obstante, uno debe preguntarse cómo es posible que formaciones políticas que se dicen de izquierda terminan apoyando a los asesinos del Hamas. En el caso del Partido Obrero, una de las probables explicaciones a estas contradicciones responde al carácter dogmático y sectario de su organización. Es que el Partido Obrero se ha convertido en el mayor defensor del purismo de sus dogmas, al punto tal que hasta criticaron al PTS porque estos últimos cuestionaron los métodos de Hamas. Debemos recordar que fue esta misma conducción del Partido Obrero la que en los hechos expulsó de sus filas a los integrantes de la corriente dirigida por su fundador, Jorge Altamira. Han llevado su dogmatismo al nivel de negarse, incluso, a apoyar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas al candidato defensor del sistema democrático contra el candidato defensor de Videla y Pinochet.

El Partido Obrero se proclama partidario de las ideas de León Trotsky, pero el líder ruso rechazaba la idea de que todas las tácticas fueran válidas para llegar al fin. En su aporte denominado «Su moral y la nuestra», Trotsky afirmaba:

«Cuando decimos que el fin justifica los medios, resulta para nosotros la conclusión de que el gran fin revolucionario rechaza, en cuanto medios, todos los procedimientos y métodos indignos que alzan a una parte de la clase obrera contra las otras…» (https://ceip.org.ar/Su-moral-y-la-nuestra-4969)

Es decir que el PO, al apoyar a Hamas, ha claudicado abiertamente de las ideas del trostkismo para abrazar tácticas nazis de ejecución de civiles de manera masiva e indiscriminada; en este caso, de civiles israelíes. Esta abierta traición del PO al proletariado israelí, al apoyar el ataque de Hamas, es la demostración cabal de las contradicciones entre lo que dicen y lo que hacen. Se dicen de izquierda, pero apoyan los ataques a los kibutzim. Se dicen de izquierda, pero no plantan cara al fascismo en las urnas en Argentina. Se dicen trotskistas y traicionan las ideas de Trotsky.

En realidad, el Partido Obrero no es de izquierda sino de ultraizquierda. Todos sabemos que la ultraizquierda se parece mucho a la ultraderecha, y no solo en los métodos sino hasta en los discursos: mientras, en la universidad, los militantes de la UJS expresan «Basta de genocidio sionista», en redes sociales los neonazis del Frente Patriota Federal de Alejandro Biondini publican artículos afirmando: «Sionismo = Genocidio».

Ya solo por eso, sobran argumentos para sostener que los neonazis y el Partido Obrero, tanto unos como el otro, son nuestros enemigos.