Era noviembre del 2022 y las noticias de los medios israelíes e internacionales cubrían los resultados de las elecciones que permitirían el regreso del “Rey” Bibi Netanyahu al cargo de primer ministro. Una vez más, el líder derechista lograba el éxito electoral y se ponía a la cabeza de un gobierno de coalición. No obstante, el actual gobierno israelí nació con una característica que se diferencia del resto de los gobiernos ejercidos anteriormente. El actual gobierno está integrado por personas que elogiaban abiertamente el terrorismo de ultraderecha israelí.
Gobierno de extrema derecha
La conformación de un gobierno basado en el Likud de Netanyahu, los ortodoxos y la extrema derecha racista de Ben Gvir y Smotrich se ha notado en las acciones y comunicaciones hacia la sociedad. En febrero del 2023, se produjo un hecho de violencia inusitada contra una localidad palestina denominada Huwara. Un grupo de colonos judíos de extrema derecha atacaron las casas y los autos de muchos palestinos de esa localidad con muertos y heridos por el accionar criminal. Este ataque criminal no fue un hecho aislado ya que, de acuerdo a un informe del Canal 12 de Israel, desde diciembre del 2022 a febrero del 2023 se produjeron 190 incidentes calificados como actos violentos causados por nacionalismo judío. Sobre los hechos de Huwara, el parlamentario del partido Otzma Yehudit (Poder Judío) Zvika Fogiel declaró lo siguiente: “una cerrada, quemada Huwara, eso es lo que quiero ver”. Este partido es al que pertenece el inefable ministro de seguridad nacional Itamar Ben Gvir.
Pero la violencia no es el único ingrediente de este gobierno ultraderechista. La imposición religiosa es otro, ya que una de las medidas aprobadas por el bloque oficialista en la Knesset fue una ley para prohibir a los visitantes de los hospitales a acceder al establecimiento con pan o productos con harinas con levadura los días de festividad religiosa que lo prohíban. Esta persecución contra las libertades democráticas hace recordar a la forma en que la “policía de la moral” vigila en Irán el uso del velo en las mujeres.
Hasta ahora hemos mencionado lo profundamente reaccionario que es el gobierno de Netanyahu, pero no solo se trata de ideología o de políticas públicas. También se trata de un abierto desprecio hacia las normas del Estado de Israel. Es que el máximo órgano judicial ordenó anular el nombramiento en su puesto a Aryeh Deri (el histórico dirigente del partido ortodoxo Shas) designado por Bibi Netanyahu, en función del frondoso historial de actos de corrupción. El primer ministro, en lugar de salir en defensa de la ética pública y cuestionar la corrupción del experimentado dirigente, lo que hizo fue expresar su apoyo al condenado por la Justicia. Lo cual se puede explicar si conocemos algunos comportamientos en su familia.
Casos de corrupción
La guerra contra el Hamas fue la oportunidad para poner al descubierto, como pocas veces, el contubernio de la familia Netanyahu con el Estado. Mientras buena parte del pueblo está movilizado en el ejercito o el servicio nacional, el hijo del primer ministro se la pasa disfrutando de vacaciones en Miami, usando los recursos públicos en tiempos de escasez. En el mes de febrero, el medio Daily Mail de Gran Bretaña denunciaba que el enfant terrible de la familia Netanyahu estaba en un departamento en Miami que cuesta 5000 dólares al mes, y desde allá usaba las redes sociales para atacar a opositores a su padre. Además, obliga a que el Servicio de Seguridad General (Shin Bet) aporte agentes para su protección en sus vacaciones. Un gesto de absoluta doble moral cuando muchos jóvenes de su edad están arriesgando sus vidas en la guerra.

No es el único hecho donde está involucrado el hijo del primer ministro ya que, de acuerdo a una denuncia realizada por el diario Haaretz en diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores le habría entregado un pasaporte diplomático. Este tipo de documentos suelen estar reservados para personal del cuerpo diplomático, así como para otros funcionarios de diferentes organismos del Estado. ¿Qué mérito tenía el hijo del primer ministro para tener un pasaporte diplomático? ¿Qué necesidad había?
Pero el hijo del primer ministro no es el único acusado de utilizar el Estado en sus propios intereses. Aparentemente su esposa habría incidido en el despido del histriónico portavoz del gobierno Eylon Levy, quien se había destacado en diversos medios internacionales en su rol. Según la versión de algunos medios israelíes, fue Sara Netanyahu la que habría presionado para que sea despedido de su cargo por haber tenido opiniones críticas a la reforma judicial. Pero la historia de Sara tendría otros episodios previos ya que en el año 2022 fue acusada junto a su marido e hijo, de recibir regalos que formarían parte de un conflicto de intereses, razón por la cual la Justicia investiga su caso, al que los medios israelíes denominan como “Caso 1000”. Esta es una de las causas judiciales que tienen a mal traer al primer ministro y que desembocó en una brutal ofensiva política para evitar ir a la cárcel. Nada más y nada menos que la reforma judicial.
Reforma Judicial
El actual gobierno asumió con un propósito bien claro y concreto que es el de cambiar las reglas del juego del sistema político. En lugar de respetar las normas del sistema democrático, lo que buscan el Likud de Netanyahu con sus socios de ultraderecha es la imposición de un Poder Judicial que responda a los intereses del primer ministro para, de esa manera, impedir que avancen las causas de corrupción. No solo eso, lo que buscan es subvertir el orden jurídico y político para imponer un régimen que avale cualquier tipo de decisión que tome el gobierno más extremista de la historia del país. Fue una confluencia de intereses ya que para Netanyahu y sus seguidores se trata de asegurar evitar la cárcel en el caso que la Justicia falle en su contra. Pero para sus socios de la extrema derecha religiosa es el intento de maniatar el accionar de la Justicia e imponer mediante la mayoría parlamentaria un virtual régimen teocrático donde lo que prevalezca sea lo religioso. Esta reforma judicial, que fue ideada inspirándose en los modelos de la ultraderecha polaca y húngara, es el intento más serio de eliminar el carácter democrático del Estado judío.

La reforma generó una gran división política y social, al punto tal que debilitó las capacidades defensivas del Estado ante las amenazas existentes. Tanto amenazaba la seguridad, que hasta integrantes del cuerpo legal del Tzahal advertían de los peligros judiciales en el exterior para diversos integrantes de las fuerzas de seguridad. El propio Jefe de Estado Mayor del Tzahal, Teniente General Herzi Halevi, advertía en julio del año pasado que la unidad de las fuerzas había sido seriamente dañada, y advertía de los peligros de la existencia del Estado de Israel en la región. Esta división fue observada con mucha atención por los enemigos de Israel ya que la agencia Reuters informaba el 25 de julio de una reunión efectuada entre integrantes de fuerzas iraníes y el grupo terrorista Hamas en la cual trataban la situación. Incluso en aquella reunión habían acordado que evitarían una interferencia directa en ese asunto para evitar dar a Netanyahu un argumento para dirigir su discurso contra los enemigos externos. Hasta el 6 de octubre mantuvieron esa postura.
7 de Octubre
Ningún israelí puede olvidarse de donde estuvo esa fatídica fecha que queda guardada en la memoria como uno de los días más tristes del pueblo judío. Ese día, el pueblo judío a nivel mundial vio la fragilidad del Estado de Israel en su máxima expresión. Durante varios días, la sociedad israelí se preguntaba dónde estaban sus autoridades. ¿Dónde estaban las tropas? ¿Dónde estaban los ministros? ¿Dónde estaba el primer ministro? Mientras la peor masacre de judíos desde el holocausto ocurría en el único Estado judío del mundo, el gobierno brillaba por su ausencia e incompetencia para lidiar con una crisis de esta naturaleza. Quienes se la pasaban hablando con palabras ofensivas y violentas contra los árabes en los medios y en la Knesset, se quedaron paralizados, incapaces de reaccionar frente al ataque terrorista. Mientras que figuras como Yair Golan, ex parlamentario del partido de la izquierda sionista Meretz, salió por su cuenta a socorrer a varias de las víctimas para salvarles la vida, los funcionarios del gobierno ultraderechista de Netanyahu, que se la pasaron acusando a la izquierda sionista de ser unos “traidores”, fueron los que se negaban a dar la cara a los familiares de las victimas del mayor ataque terrorista de la historia del país.
El nivel del desastre ocurrido ese día es tan grande que en algún momento se investigarán con detalle todos los hechos ocurridos previamente para determinar responsabilidades sobre el mayor fracaso de seguridad de la historia del país. Pero ya hay claras demostraciones de las actitudes negligentes del gobierno de Netanyahu. Una de ellas fue la enérgica critica del intendente de Ashkelon, quien fue a la Knesset apenas unos días después del ataque terrorista a recriminar al ministro de finanzas Betzalel Smotrich por no haber aprobado un paquete de ayudas económicas para su localidad, que contaba con el visto bueno del ministerio de defensa. De acuerdo a un artículo publicado por el medio Shomrim el 19 de octubre, al momento del ataque terrorista Ashkelon se encontraba con un cuarto de sus ciudadanos viviendo en departamentos que no contaban con las condiciones apropiadas para resguardarse de los ataques de cohetes. De hecho, en mayo del año pasado Bibi había prometido que iba a resolver este problema. Llegó el 7 de octubre y buena parte de los ciudadanos de Ashkelon estaban sin refugios seguros ante los ataques. Eso sí, para las yeshivot no hay tantos obstáculos para obtener recursos públicos.

Ben Gvir utilizó el ataque del 7 de octubre para impulsar la idea de una reocupación con colonos de la Franja de Gaza, algo que, en lugar de ayudar a la postura del Estado a nivel mundial, ha ayudado a crear una tenaz oposición a la guerra contra el Hamas. Pero además, el ministro de Seguridad Nacional es partidario de rechazar acuerdos que permitan la liberación de los secuestrados, algo que genera repudio de sus familiares. El ministro es especialista en brindar inseguridad a los ciudadanos del Estado. Pero estos ministros tienen una gran influencia sobre Netanyahu, quien hace la vista gorda a las barbaridades que dicen o hacen. Es que Bibi depende de estos personajes para quedarse con el cargo, y con tal de mantenerse en el poder cede a los chantajes de estos ministros extremistas.
Aislamiento internacional
Las actuaciones de estos ministros y las actitudes dogmáticas del primer ministro están creando las condiciones para un aislamiento internacional que se ve reflejado en la gran cantidad de críticas que recibe el país. La denuncia de gobiernos hostiles al Estado de Israel en la Corte Internacional de La Haya está basada en buena medida en las declaraciones de funcionarios como Ben Gvir y Smotrich, que llaman al desplazamiento forzoso de los palestinos de Gaza. Algo inaceptable y que le da de comer a los antisemitas en sus ataques a Israel. La gran mayoría de los sectores políticos que defienden a Israel vienen desde las derechas y ultraderechas mundiales. Esa es la consecuencia de la acción prolongada de Netanyahu y sus socios de gobierno en los últimos años, que se han acercado más a personalidades nefastas como Bolsonaro y se han alejado de otros con los pies sobre la tierra como Joe Biden. Hay gobiernos que han demostrado rechazar el antisemitismo, que han expresado su solidaridad hacia Israel ante la agresión sufrida el 7 de octubre, y que han encontrado en Netanyahu y su gobierno un verdadero muro que no oye las críticas constructivas.
¿Alguien tiene claro cómo procederá Israel para lidiar con la Franja de Gaza después de la guerra? ¿Alguien cree, en su sano juicio, que es posible lidiar con todas las amenazas cediendo a los chantajes de los ortodoxos en lo que respecta al reclutamiento al ejército o el servicio nacional? ¿Alguien duda de que las soldadas merecen más igualdad respecto de los hombres cuando ellas salieron a plantar cara y repeler el ataque de los terroristas el 7/10? ¿Alguien duda de que la ocupación de Cisjordania expone a Israel a amenazas a su seguridad nacional? ¿Alguien puede dudar de que una conducción cuestionada ética y moralmente desmotiva a un pueblo en su guerra contra el terrorismo? ¿Alguien puede dudar de que sin unidad del pueblo no habrá victorias frente a los enemigos? ¿Alguien duda de que debe haber cambios en el rumbo del país?
Netanyahu lleva décadas haciendo campañas electorales incitando al odio a la izquierda. Acusando a la izquierda de ser débil con los enemigos del país, y que su partido Likud es el único que puede proveer seguridad. Se la pasaba haciendo spots mostrándose como un estadista mundial, colocando pancartas con imágenes suyas en eventos con Trump o Putin. Durante años impulsó la idea de que “no había con quien hablar” del lado palestino para promover negociaciones de paz. No tuvo vergüenza en ejecutar la construcción de asentamientos en territorios que él sabe que están en disputa con el pueblo palestino. No tuvo vergüenza en avanzar con una reforma judicial que dañaba seriamente la unidad y capacidad de disuasión del Tzahal. No tuvo vergüenza en permitir declaraciones ofensivas a integrantes de las fuerzas de seguridad de parte de su entorno más cercano. No tuvo reparos en permitir privilegios para su familia en diferentes ámbitos. Netanyahu ya ha demostrado que es incapaz de resolver los problemas de la sociedad. Al contrario, promueve desde dentro del Estado la división y la destrucción de lo que tanto costó conseguir. Por estas y otras razones, ha llegado el momento de que Israel se dé la oportunidad de construir un nuevo futuro, con una nueva conducción que esté legitimada en elecciones frente a su pueblo y pueda enfrentar los enormes desafíos geopolíticos que se presentan.