Haaretz, 10/6/24

La renuncia de Gantz podría fortalecer a los extremistas dentro del gobierno

Un diplomático de un país aliado de Israel dijo que, con la salida de Gantz y Eisenkot, el ministro de Defensa Gallant es el único socio confiable que queda en el gabinete israelí. Los gobiernos occidentales se rehúsan a desarrollar vínculos con Smotrich y Ben-Gvir y ven con sospecha a Netanyahu.
Por Amir Tibon. Traducción: Kevin Ary Levin

La renuncia de los ministros centristas Benny Gantz y Gadi Eisenkot no fue sorpresiva para los aliados internacionales de Israel, pero la salida de los dos únicos políticos moderados del gabinete israelí dejó a gobiernos aliados preocupados sobre la trayectoria futura de la guerra en Gaza.

Diplomáticos de países occidentales que hablaron con Haaretz el domingo 9 de junio, tanto antes como después del discurso de Gantz donde anunciaba su salida, expresaron preocupaciones por la creciente influencia de fuerzas extremistas dentro del gobierno israelí.

“No nos vamos a involucrar en la política israelí en este nivel, pero no hay duda de que para gobiernos occidentales que apoyan a Israel, será más difícil que antes continuar este apoyo”, explicó uno de los diplomáticos, agregando que la participación de Gantz y de Eisenkot en el proceso de toma de decisiones desde la primera semana de la guerra ayudó hasta ahora a blindar al país de parte de la presión internacional, ayudando a convencer a países europeos de influencia a no tomar una postura más punitiva contra Israel. Gantz anunció su renuncia al gobierno un día antes de la llegada al país del Secretario de Estado Anthony Blinken, quien representa al gobierno de Joe Biden. Su visita breve estará enfocada en promover un acuerdo que garantice la liberación de los secuestrados a cambio de un cese el fuego.

Gantz era considerado ya hace mucho tiempo por el gobierno estadounidense como un interlocutor clave dentro del gobierno israelí. De acuerdo a un funcionario estadounidense que habló con Haaretz, Gantz planteó un argumento convincente ante Washington a favor del operativo israelí en Rafah, el cual fue decisivo en la decisión de no oponerse a la entrada del ejército israelí a la ciudad del sur de Gaza. Otro funcionario de alto nivel dijo que la presencia de los dos ex generales en el gabinete de guerra significaba que “sabíamos que teníamos con quién hablar y confiar en que nos decían la verdad, incluso si no era fácil escucharla”. El mismo diplomático agregó que, después de la salida de los dos funcionarios, el Ministro de Defensa Yoav Gallant es ahora el único socio confiable dentro del gobierno, dado que los gobiernos occidentales rechazan cualquier vínculo con los ministros de ultraderecha Betzalel Smotrich e Itamar BenGvir (que son parte del gabinete nacional, pero no del de guerra, aunque el último haya aprovechado la salida reciente de Gantz y Eisenkot para exigir su inclusión) y ven con sospecha al Primer Ministro Netanyahu y a su asesor clave, el Ministro de Asuntos Estratégicos y miembro del gabinete de guerra (y ex embajador israelí en Estados Unidos) Ron Dermer.

La preocupación por la influencia de Smotrich y BenGvir en un gabinete sin la presencia de Gantz y de Eisenkot influye en muchos aspectos. El primero y más urgente es la perspectiva en la comunidad internacional de la posibilidad de llegar a un acuerdo de liberación de los secuestrados a cambio de un cese al fuego duradero en Gaza. “Todos entienden que esto será casi imposible de lograr en un gobierno que dependa totalmente de los extremistas”, dijo un diplomático. “Hubo algo de esperanza durante las últimas semanas de que el discurso de Biden daría resultados, pero es evidente ahora que esta iniciativa fracasó”.

Otro tema que genera preocupación entre los gobiernos que apoyan a Israel es la forma en la que Smotrich dirige la política gubernamental en Cisjordania, buscando explícitamente debilitar a la Autoridad Palestina y contribuyendo así al potencial colapso de la entidad.

De acuerdo con un diplomático que habló con Haaretz, Gantz era visto como un halcón dentro del gabinete de guerra en las conversaciones sobre el Líbano. “Todos los diplomáticos que se reunieron con él en los últimos meses lo escucharon decir que no hay alternativa a la intensificación de los esfuerzos contra Hezbollah, incluso si estos comienzan una guerra”, dijo.