Iniciativa de la Organización de Familias de Cautivos en conjunto con el Kibutz

Nueva Sion en la Asamblea de Urgencia Nacional, en Nir Oz

El comedor semi quemado del Kibutz Nir Oz alojó el sábado pasado a la Asamblea de Urgencia Nacional, que podría ser un punto de inflexión en la lucha popular en pos de un acuerdo de liberación de los 115 rehenes (vivos y caídos) israelíes en cautiverio del Hamas.
Por Darío Teitelbaum

El kibutz Nir Oz, a hora y media de viaje desde Tel Aviv, en el centro de lo que denominamos “alrededores de la Franja de Gaza”, perdió el 20% de su población ese fatídico sábado, y aún tiene 37 rehenes vivos y muertos. Mas de medio kibutz fue arrasado. Una masacre.

No pocas veces nos preguntamos “cuál fue el punto de inflexión” de tal o cual proceso histórico, qué paso determinante fue tomado, quién lo tomó y cuál fue su impacto real.
Los deterministas sostendrán que la falta de importancia de tal o cual evento en el devenir histórico, y aun así fue una reunión sin parangón.

Antes que nada, fue una iniciativa de la Organización de Familias de cautivos en conjunto con el Kibutz Nir Oz, y apoyada por una galería poco común de protagonistas de primera escala. Si bien la participación fue ecléctica, se trata de la primerísima línea de la sociedad israelí, si se quiere una “elite” reclutada y comprometida con el cambio de rumbo.

Las mesas tendidas con las sillas vacías representan los ausentes de Nir Oz.

Sin citar nombres, concurrieron 17 generales (reserva), 2 jefes del Shin Bet, dos jefes del Mosad, primerísimos nombres de la cúpula de seguridad, 11 ceos de las principales compañías de Hi-tech israelíes (que también “bancaron” el evento) y de la industria israelí, figuras centrales en la política israelí, activistas sociales, alcaldes y hasta una delegación del asentamiento Tkoah, en los territorios ocupados.

La demanda unísona: firmar e implementar un acuerdo que permita que los rehenes vivos regresen a casa para su rehabilitación, y los muertos tengan sepultura y los deudos un lugar para recordarlos.

Pero fue mucho más allá de eso. Fue un llamado multisectorial de regresar a alguna clase de normalidad, y acabar con esta disfunción llamada Gobierno de Israel.

Uno de los participantes destacados, el laureado con el Premio Nobel Prof. Aaron Ciechanover, dijo: “Lo que ocurre con las negociaciones por la liberación de los cautivos no es sino un ejemplo más de la degradación ético-moral a la cual nos conduce Netanyahu”.

Por sobre todos los participantes destacó la presencia de Einav Zangauker, madre de Matan en cautiverio del Hamas, quien se transformó en uno de los símbolos de la lucha por la devolución de los rehenes. “Nada puede anteponerse a la obligación moral de devolver a quienes han sido abandonados a su suerte el 7/10. Ni pretextos de seguridad, ni motivos de índole personal, pérdida del gobierno o del poder. Nosotros queremos a Matan y los 114 cautivos en casa”.