No es la primera vez que nos encontramos con un retrato de este kibutz a través de la lente del cine. En 1999, se estrenó Operation Grandam O «Mivtza Savta» dirigida por Dror Shaul con la idea de generar cine de culto en la producción audiovisual israelí. Según se presenta en las reseñas de la época, había un interés de producir cine critico de las narrativas oficiales. Dos décadas después nos encontramos con otro tipo de producción cinematográfica. Se trata de un cine que participa en Festivales internacionales y que ha desarrollado una importante industria cinematográfica, generando producciones trasnacionales. En sintonía con la auto reflexión que propone esta película sobre el devenir de la sociedad israelí, observamos que es frecuente encontrarse en esta plataforma, series y documentales acerca de las guerras mundiales relatadas en términos subjetivos y de emociones de jóvenes que atravesaron la experiencia de la guerra. En toda esta cinematografía de guerra, nos llama la atención el abordaje de dimensiones poco transitadas acerca de la experiencia de la Primera y Segunda Guerra Mundial, más allá de ideologías, posicionamientos políticos y estrategias militares. A su vez, el desarrollo tecnológico aplicado a la producción audiovisual permite generar nuevas aproximaciones a la barbarie, a través del color y el sonido. Con estos recursos se pretende construir un relato acerca del impacto, el sinsentido y las consecuencias en el devenir de la humanidad y posterior deshumanidad, por un lado, y cómo los procesos políticos, militares, territoriales se convierten en grandes superestructuras en contra del bienestar del hombre, a las cuales los sujetos deben someterse más allá de sus deseos y necesidades, por otro.
Esta producción audiovisual de nuevo tipo también se puede advertir en series y películas israelíes. Tanto en los relatos de los protagonistas de la película como en la historia de los directores, inspiradas en experiencias de sus padres o hermanos como soldados que pelean en pos de un ideal. La pregunta que atraviesa la película, es, ¿cuál es el ideal?

¿Por qué el director eligió ese kibutz para argumentar el conflicto constitutivo del Estado de Israel actual y de los miedos e interrogantes de la sociedad israelí? La película narra la historia de un grupo de jóvenes reservistas que acaban de terminar el servicio militar y van a vivir la experiencia de la vida en un kibutz con entusiasmo y esperanza. Hacia fines de los años 70 aún perduraba el ideal socialista y comunitario en relación a la vida en los kibutz, aspecto fundante del Estado de Israel, cuestión que es mencionada por una joven del grupo de voluntarias alemanas. También, a lo largo de la película se alude al ideal de la vida comunitaria y a la integración entre vida cotidiana y producción rural. Se destaca en varias oportunidades lo que Israel ha logrado en el desierto con el sistema de riego y la producción de leche.
En varias oportunidades los jóvenes aluden a Gaza en forma casi inocente, respondiendo al valor de diversidad como uno de los fundamentos de la sociedad israelí, pero que luego se contradice con el posicionamiento militar de Israel que en ese momento ocupaba dicho territorio. Los acontecimientos de ataques recurrentes, agresiones a los miembros del grupo de jóvenes ponen en crisis los ideales y el sueño de vivir en comunidad.
Paralelamente, la llegada al aeropuerto de Tel Aviv del presidente egipcio Anwar Sadat, en el marco de los Acuerdos de Camp David (1979), es vivida con gran esperanza en el comedor del kibutz y en particular por los protagonistas de la película para concretar la ansiada paz. La expectativa que genera este acontecimiento los lleva a seguir su vida con libertad y generar situaciones de disfrute juvenil en la playa de la Franja de Gaza, y comer comida árabe. Pero en este caso el viaje está marcado por la amenaza del odio cuando al pisar el terreno en la ruta explota una mina y deja shockeada a una de las protagonistas. En ese momento dice con dolor “qué país tenemos”. A pesar del mencionado acuerdo, los jóvenes atraviesan una escalada de amenazas y agresiones, lo cual los lleva a vivir con miedo y enfrentarse a la muerte casi en forma diaria. En los diálogos entre los jóvenes reservistas y con un grupo de voluntarias alemanas se percibe el desencanto y la necesidad de salir del encierro que supone pertenecer al ejército, vivir en el kibutz y que ambos se contradigan con el sentido de los ideales en los que se formaron. Asi expresan cierta idealización con viajar, ir a Londres, Paris: salir al mundo
La película logra mostrar cómo, luego del entusiasmo inicial, los jóvenes expresan un creciente desencanto con respecto a su intervención en el ejército y con los ideales con los que se formaron. El imaginario de la vida comunitaria del kibutz se desvanece con la amenaza de la muerte a cada paso.