¿Qué se recordará de este tiempo, de la «reforma judicial» y las protestas masivas en calles y puentes hasta horas antes de la invasión yihadista del 7 de octubre de 2023?
Digo: la percepción del pasado desde la memoria testimonial siempre se enfrenta a
la observación crítica del historiador, pero ahora esta tensión se incrementa por la profundidad y envergadura de la crisis, de las múltiples y graves crisis actuales.
Estamos todavía en ese siete de octubre. Estamos allí pues la guerra continúa. Habrá cese de fuego o escalada mayor, pero la guerra está presente por los secuestrados en Gaza, los soldados caídos en combate, los miles de heridos y discapacitados, las poblaciones desplazadas por el fuego y la destrucción.
Pienso: ¿qué nos preocupaba en vísperas de aquella jornada? Esa semana, por ejemplo, en nuestra zona -el Neguev occidental, lindante con la Franja de Gaza- nos aprestábamos a elecciones locales para renovar la dirección regional.
Tamar Kedem Simán Tov era candidata a presidir el Concejo Municipal del Distrito Eshkol. Tenía 35 años y vivía en el Kibutz Nir Oz. Hija de veteranos miembros del Kibutz Ein Haslhoshá y nieta de pioneros argentinos, Yehuda y Guila Kedem, figuras fundacionales en su comuna y en la región.
Tamar se propuso revolucionar la administración cívica de Eshkol: animada por su experiencia en liderazgo educativo, planteó la participación de los residentes, con especial énfasis en la joven generación, como llave de conducción.
Los comicios regionales estaban programados para el 31 de octubre del año pasado.
A las seis y media de la mañana del 7 de octubre, Nir Oz -como Ein Hashloshá, Nirim, Kisufim, Sufá, Jolit, Nir Itzjak y otros kibutzim de Eshkol- fueron atacados desde Gaza. A esa hora Tamar envió un mensaje a compañeros: «Estamos en el refugio. ¿Alguien de ustedes necesita ayuda?».
Efectivos del ejército yihadista irrumpieron en la casa de Tamar. Ella y su esposo, Johnny, se aferraron a la puerta del refugio. Los invasores dispararon una ráfaga de metralla y luego incendiaron la vivienda.

Tamar, su esposo y sus tres pequeños hijos perdieron allí su vida.
Otros cuarenta miembros de Nir Oz fueron asesinados.
Más de setenta compañeros fueron secuestrados y llevados a Gaza, entre ellos Alex Dancyg, prestigioso investigador de Historia del Holocausto y Oded Lifshitz, destacado periodista que -entre otras actividades- colaboraba en el traslado a Israel de palestinos de Gaza necesitados de atención médica.
El Daily Mail de Londres reveló que terroristas gazatíes violaron y torturaron en Nir Oz, kibutz que refleja la magnitud de la intención genocida planificada y ejecutada por Hamas y la Yihad Islámica.
Regresa a mi mente una imagen de otro octubre, el de 1941: una madre y un niño judíos, en un barranco, en Miropol, Ucrania, fusilados por los nazis. El «Holocausto de las balas” registrado en una fotografía encontrada en los archivos policiales de Praga.
Miropol: la historia detenida. Nunca sabremos los nombres de la madre y el pequeño asesinados en una fosa. La foto es testimonio del crimen, pero no hay memoria de las víctimas. Los nazis pusieron allí fin a dos generaciones, pero también a la evocación futura de los nombres, a sus vidas previas a la secuencia documentada.
Nir Oz y Eshkol: la historia detenida.
¿Qué se sabrá de Tamar Kedem, de su sueño de transformación regional?
¿Qué se recordará de estos tiempos de guerra y terror?
* Nuestro compañero y colaborador Moshé Rozén, miembro del kibutz Nir Itzjak, fue herido durante el ataque contra las poblaciones fronterizas al sur de Israel, y logró escapar de su secuestro a manos del Hamas.