Januká 2025, luces y sombras en la Ciudad Santa

Auge y ocaso de la Jerusalem secular

Encuestas y estudios realizados últimamente muestran ciertos datos interesantes, y a la vez preocupantes, de las tendencias demográficas de la ciudad de Jerusalem en los últimos años. Si bien pensamos que su futuro es incierto y que tiende hacia el conservadurismo, esperamos que este Jánuka 2024 sea un punto de inflexión importante para la Ciudad Santa.
Por Andy Faur

Introducción

No comenzaremos la nota con la milenaria historia de la ciudad de Jerusalem y de su importancia para el judaísmo desde hace más de 3.000 años como centro político, religioso y social del Pueblo judío

Tampoco profundizaremos sobre las añoranzas y oraciones que le dedicó el pueblo judío a Sion, durante sus 2000 años de dispersión.

Comenzaremos nuestra historia allá por la Baja Edad Media, ss. XV-XVI, cuando a la ciudad, bajo dominio Otomano musulmán, comienzan a emigrar e instalarse judíos que llegan principalmente desde los países de Europa desde donde fueron expulsados, o desde países del mismo -y monumental- Imperio Otomano de entonces.

De más está decir que la Ciudad de Jerusalem de entonces, se limitaba al perímetro de los muros construidos por el Sultán Suleimán a mediados del s. XVI, que hoy conocemos como la Ciudad Vieja o Antigua Ciudad de Jerusalem.

Estos primeros «olim» (inmigrantes judíos) le dan a la ciudad, junto al resto de las poblaciones que vivían en ella -musulmanes y cristianos- características de ciudad religiosa, que fue la particularidad central de la misma hasta la llegada de la modernidad a estos confines.

Etapas de la historia humana en Jerusalem en la época moderna:

Secularización sin seculares: 1850-1917

Nuestro relato contemporáneo comienza, entonces, a partir de mitad del s. XIX, época en la cual (por distintas razones políticas, estratégicas, bélicas y religiosas) comienzan a llegar e instalarse en la zona representantes y enviados de las potencias coloniales europeas de ese momento.

Es en esta época también, que comienza la construcción extramuros, principalmente de iglesias, conventos, hospitales y otros tipos de instituciones públicas, como así también la del primer barrio judío de viviendas fuera de las murallas:  Mishkenot Shaananim, obra del filántropo Moisés Montefiori, en 1860.

En términos de población judía, se puede decir, en forma muy esquemática, que hasta la llegada de los inmigrantes judíos de la Segunda Alia, a principios del s. XX, la población judía y las características de la ciudad (pertenecientes a lo que se conoce como el «Viejo Ishuv», el viejo establecimiento), eran esencialmente «religiosas».

Como consecuencia de las influencias extranjeras, el Iluminismo civilizatorio y la occidentalización, comienza un acelerado proceso de secularización/modernización de la ciudad, sin que haya todavía población secular en la misma. Este proceso incluye la «productivización» de sus habitantes, la creación de escuelas, bibliotecas, la publicación de periódicos en distintos idiomas, así como también el desarrollo de la cultura y el arte (la creación de la primera escuela de arte – Betzalel, en Eretz Israel por Boris Schatz en 1906, es un claro ejemplo).

Minoría dominante (1917-1955)

El paso fundamental hacia la modernización y secularización de la ciudad se da con la llegada de los ingleses y el establecimiento del Mandato Británico en Palestina al finalizar la Gran Guerra, en 1917-1918.

Los ingleses, en su visión eurocéntrica y colonialista, traen a la conservadora ciudad, revoluciones y cambios significativos para convertirla en la capital, centro y metrópoli del gobierno mandatorio.

Todo este movimiento implicó el desarrollo urbano, la construcción de calles y vías de comunicación, y la construcción de nuevos y modernos barrios de vivienda, los cuales siguen siendo hasta el día de hoy, a un siglo de haber sido erigidos, los barrios clásicos y más céntricos de la ciudad.

Vista de Jerusalén, Conrad Grünenberg, 1487.

Un punto interesante (que no vamos a desarrollar en este corto artículo), es que, por el lado de la dirigencia sionista en Palestina, la relación con la ciudad santa era un tanto ambivalente. Todas las instituciones del «Ishuv» hasta entonces, estaban asentadas en Tel Aviv (fundada en 1909) -la ciudad hebrea y sionista par excellence-, en cuanto que Jerusalem representaba una especie de antítesis de los ideales del «Nuevo Hebreo», al ser una ciudad conservadora y eminentemente religiosa.

Con el correr de los años, los ingleses prácticamente obligaron a la dirigencia sionista a trasladar sus instituciones y miembros directivos a la capital en su explícita política de convertirla en central, también para el Ishuv judío (primeros asentamientos y desarrollos judíos modernos).

Es en esta época que se construyen el edificio de las Instituciones Nacionales (Agencia Judía, OSM, KH y KKL) del Ishuv y se erige y comienza a funcionar la Universidad Hebrea de Jerusalem, centro académico secular y símbolo inequívoco del nuevo Iluminismo Hebreo que se estaba modelando en Tierra Santa.

Los llegados en las olas inmigratorias de la Segunda y Tercera Alía (primer cuarto del s. XX) le dan un nuevo empuje al desarrollo urbano de la ciudad

Hegemonía secular (1955- 2003)

Una vez establecido el Estado de Israel y declarada Jerusalem como su capital, comienza un nuevo e intensivo proceso de secularización de la ciudad, impulsado por el gobierno y acelerado por la elección en 1955 del primer alcalde laico de la ciudad, Gershon Agron, miembro del partido gobernante Mapai.

Uno de los íconos determinantes de esta época dorada es la construcción e inauguración del campus académico de Guivat Ram de la Universidad Hebrea, en los años 1954-1967.

Teddy Kollek, su continuador y mitológico alcalde de la ciudad entre 1965 y 1993, se encargó de traer y desarrollar en la ciudad instituciones culturales como la Cinemateca de Jerusalem y el Museo (Nacional) de Israel en 1965, desarrollar las artes escénicas con la construcción del Teatro de Jerusalem en 1971, entre otros lugares emblemáticos del arte y la cultura jerosolimitanas.

Previo a este apogeo, ya la ciudad tomaba un cariz más público y estatal, con el levantamiento de Har Herzl (Panteón Nacional de Israel) en 1949, el establecimiento de edificios y ministerios gubernamentales, y de la Knesset (Parlamento) en el centro de la ciudad.

Sa calcula que en estos «años dorados» de la ciudad, que se extienden hasta los años 80’s – 90’s, dos tercios de su población eran seculares o tradicionalistas no religiosos y es la época en donde gran cantidad de lugares de esparcimiento, bares, cines y otros, abren sus puertas, incluso en Shabat.

Pero estos años dorados de progresismo, expansión y apertura, fueron por demás efímeros y abarcaron apenas una generación de israelies, ya que paralelamente a estos movimientos, se desarrolló un acelerado y exponencial crecimiento de la población ultraortodoxa, tanto en Jerusalem como en el resto del país (las razones serán plasmadas en una futura nota…).

Etapa post secular (a partir de los años 2000 en adelante)

Esta etapa se destaca por los drásticos cambios demográficos que ocurren en la ciudad. Por un lado, la constante emigración negativa (abandono de la ciudad) por parte del público secular, más instruido, con profesiones liberales y con estatus socioeconómico medio-alto que sostiene en gran medida las arcas municipales, y por otro, el sostenido y acelerado crecimiento de las poblaciones ortodoxas (religiosa nacional) y ultraortodoxas, que hoy representan tres cuartos de la población judía de la ciudad.

Es así como paulatinamente la ciudad se vuelve cada vez más religiosa, con pocas posibilidades de vida cultural o esparcimiento para el público más liberal y con pocos establecimientos y lugares de actividad que sigan abiertos en Shabat.

Conclusiones.

Es importante mencionar en este punto que en Jerusalem hay una anomalía demográfica muy destacada. Alrededor de dos tercios de su población está compuesta por familias árabes y ultraortodoxas, las cuales pertenecen a los segmentos socioeconómicos más vulnerables de la sociedad israelí, que hacen de la ciudad, una de las más pobres del país.

Los seculares representan en la actualidad sólo el 15 por ciento de la población judía de la ciudad y junto a los tradicionalistas no religiosos, llegan apenas a ser un cuarto de los habitantes de ésta.

Por un lado, esta situación particular lleva al público secular y liberal que aún vive y quiere vivir en la ciudad, a pensar y desarrollar estrategias de supervivencia, esta vez como minoría urbana: pensar en formas alternativas y sostenibles de vivienda, educación, participación pública, comunitarias, etc.

Por otro lado, la ciudad se ve mucho más limpia, ordenada y cuidada que en el pasado, y con la intención de atraer a la población más favorecida. Tanto el Estado de Israel como la municipalidad local están realizando ingentes inversiones en infraestructura y vivienda. El paisaje jerosolimitano está cubierto de grúas y altas torres, se construyen nuevas rutas, túneles y puentes por doquier, se extienden nuevas y modernas líneas del tranvía que llegan a los puntos más alejados de la ciudad, etc.

Sin duda el devenir económico, social, cultural y demográfico de la ciudad es por demás incierto, y la tendencia dominante apunta hacia una ciudad más cerrada, conservadora, empobrecida y poco atractiva para el ciudadano liberal.

Veo a Jánuka 2024 como un punto de inflexión importante para el futuro de la Ciudad Santa… será que las luminarias progresistas, liberales y de diversidad seguirán encendidas e iluminando cada rincón de esta ciudad tan especial o que se irán apagando poco a poco… la historia nos dará la respuesta.

¡Jag Januká Sameaj! Que sea una celebración de luz, esperanza y paz.