Así como en cualquier área del conocimiento son quizás más importantes las preguntas que se formulen sobre una materia determinada, antes que las respuestas que se encuentren, en el caso del hallazgo de la copia de Los Gauchos Judíos lo central no era determinar qué hacían esos rollos en nuestro archivo o cuándo y cómo habían llegado a nuestra redacción, sino saber a quién contactar para evaluar su estado, y ver qué podíamos hacer con el film. Así fue que nos pusimos en contacto con Fernando Martín Peña que es crítico, docente, investigador, archivista, y divulgador de cine; además, durante algunos años fue director del BAFICI, y desde 2002 es el responsable del área de cine del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Teníamos referencias del trabajo de Fernando, sobre todo por las proyecciones en formato fílmico que viene organizando en diferentes espacios (Sindicato de Operadores Cinematográficos, Hasta Trilce y Teatro Zelaya), y por su programa “Filmoteca, temas de cine”, emitido durante varios años en la medianoche de la TV Pública. En ese marco, acordamos que evaluaría el estado de la copia en nuestro poder.
Un par de semanas más tarde, Peña nos comunicó que la película se encontraba en excelente estado, con muy buen sonido y sus colores originales (con el paso de los años, muchas películas pierden sus tonos, virando a un característico rojo casi monocromo). Apenas se había proyectado, quizás, una sola vez. Y así fue como mediante su intervención, Los Gauchos Judíos fue incluida en la programación del actual ciclo “Cine argentino: hechos, gente, películas” durante el mes de diciembre en el Malba (https://www.malba.org.ar/evento/ciclo__cine-argentino-hechos-gente-peliculas/). La proyección del film de Jusid tuvo lugar el viernes 20 a las 22 hs, y fue coorganizada junto con Tzavta Usina Cultural y el Periódico Nueva Sion.

Cine en el cine
No deja de sorprender cómo, en este tiempo del cómodo streaming en el living de casa, la proyección de una película en el cine sigue ejerciendo fascinación sobre el público. A la función en el Malba asistieron cerca de 80 personas, invitadas por nuestro espacio. En la presentación de la película, realizada por Tzavta, se relataron las circunstancias del hallazgo del material, y el camino que llevó hasta su proyección esa noche, casi en calidad de reestreno luego de décadas. También se puso énfasis en la importancia que para Tzavta y Nueva Sion tiene el trabajo sobre el material de archivo y su conservación, como parte del ejercicio fundamental de la memoria que nos constituye como colectivo comunitario. De hecho, gracias a la digitalización completa del periódico (alojada en la web de la Universidad de Florida, en EEUU), pudimos dar con la reseña publicada por Nueva Sion en la edición de junio de 1975.
A modo de conclusión, y dejando de lado cualquier falsa modestia, no corresponde a quien suscribe realizar la crítica del film. Mejor reproducir la excelente reseña de un experto como Peña en la web del Malba:
“En la culminación de la muy exitosa serie de films histórico-literarios que el cine argentino produjo desde el Martín Fierro (1968), de Torre Nilsson, se encuentra esta versión libre del libro fundacional de Alberto Gerchunoff, publicado en 1910. Toma del libro su estructura episódica, su tono mayormente celebratorio y optimista, y su libertad expresiva. Hoy pueden parecer asombrosas las interpolaciones musicales, porque el cine argentino de las últimas décadas ha desdeñado el musical, pero en el libro se alude al canto con frecuencia y en 1975 el folklore en todas sus expresiones tenía una repercusión fabulosa. Por otra parte, entre los productores del film se contaba la familia Kaminsky, fundadora del sello discográfico Microfón, que editaba a numerosos artistas populares. Esa combinación de influencias se sumó al deseo de Jusid por salir de los tensos dramas intimistas con los que había iniciado su filmografía (Tute cabrero, La fidelidad) y apostar fuerte por una superproducción poniendo en juego recursos propios derivados de su éxito como realizador publicitario. El resultado es un film que no se parece a ningún otro en la historia del cine argentino por su protagonismo colectivo, por la amplitud de su registro emocional y por sacarse alegremente de encima el lastre del realismo en su manera evocativa y lírica de evocar el pasado.
En su momento el film tuvo un gran éxito de público y llegó a estrenarse en Estados Unidos. Enfrentó también a la censura, que decidió eliminar una escena con el insólito argumento de que no aparecía en el libro de Gerchunoff. Cerca de su estreno grupos de la extrema derecha cometieron atentados que anticiparon del clima de violencia antisemita consolidado enseguida con el golpe de marzo de 1976”.