Desde que el gobierno de ultraderecha de Netanyahu decidió, unilateralmente romper la tregua, otra vez el discurso de guerra invade el discurso público israelí
Pero como bien denuncia Tzvi Barel, “esta no es nuestra guerra sino la del gabinete” (Haaretz, 26/3/25). Una guerra programada meses antes con colonos kahanistas a fin de reconquistar Gaza, levantar nuevos asentamientos y liquidar definitivamente la segunda fase pactada con Hamas para liberar a todos los rehenes.
La inmediata reacción ciudadana no se hizo esperar en la mañana y tarde del pasado miércoles frente a la Knesset. Pero la respuesta multitudinaria que continúa diariamente protestando contra los bombardeos masivos en Gaza, no es solo una inmensa manifestación pacifista.
Tras la percusión de tambores, bocinas, carracas y megáfonos, suenan gritos indignados y pancartas antibélicas que ondean junto a banderas israelíes de familiares que se sienten traicionados por el primer ministro, No solo claman en Tel Aviv y Jerusalén contra una guerra que elimina totalmente las negociaciones con Hamas en curso; miles de hombres y mujeres están hilvanando un discurso con consignas y vituperios para defender la democracia atropellada por ministros que votaron anular las garantías y controles democráticos del estado de derecho. Al discurso de guerra del gobierno, la ciudadanía republicana israelí responde con otro contra-discurso que aspira no solo a parar la guerra sino a refundar una nueva república democrática capaz de convivir en paz.
Este nuevo discurso público se foguea en el fragor de la protesta popular en todo el país, y sale al cruce de la contrarrevolución kahanista y fascista. Un discurso que denuncia a Netanyahu y sus ministros por boicotear al presidente del Tribunal Supremo, la destitución del jefe del Shin Bet (Servicio de Seguridad) porque investiga a allegados del primer ministro; desenmascara a quienes escapan a la ley del servicio militar y politizan el comité de elección de jueces; un discurso que alarma por la restitución del ministro de seguridad nacional fascista, y que asusta en caso que sea destituida la procuradora jurídica del gobierno.
Sin embargo, el discurso gubernamental de la guerra ya está copando las redes sociales, sus algoritmos se construyen para comportarse exagerando al miedo emocional y también simplificando el relato sobre los enemigos de Israel. Rehúye enunciar mensajes complejos en la era fucks news de Trump, sino dotarlos de una lógica de emoción dura, tal como procura el populismo de extrema derecha en sus medios de comunicación masivos y redes sociales.
El discurso de la guerra, desde siempre, ha logrado el efecto de generar un hábito o una normalización del discurso binario enemigo-amigo. Si etiquetamos de trabajador ilegal a los palestinos de Cisjordania, no sorprende que sospechemos de ellos, y desconfiemos de toda persona que en Tel Aviv hable en árabe.
Mucho menos sorprenda que el nuevo sentido común construido por el discurso de guerra, “hasta la victoria total,” criminalice a todos los gazatíes civiles, y que la mayoría de los israelíes acepten la “relocalización voluntaria” de los palestinos de Gaza en terceros países (especialmente en el Sinaí egipcio). El ministro de guerra acaba de crear un organismo administrativo castrense que se encargará de “fomentar la emigración voluntaria” en el norte de Gaza. Hasta hoy ¡ningún partido de oposición ha salido a denunciarlo! Muchos de sus partidarios incluso de centro-izquierda, toman avant la lettre el discurso oficial de guerra y ni siquiera se avergüenzan de consentir con la xenofobia, el racismo y crímenes de guerra.
Pero el discurso de la guerra también genera discursos de odio hacia dentro del país, y no se detiene en la línea verde que separa a los territorios ocupados. La extrema derecha en el gobierno israelí ofrece una tentación peligrosa: decide y elimina a quien no lo acepte, ensoberbecida con su nacionalismo trivializado por el autoritarismo militar.
De ahí que cunda el miedo en vastos sectores que no va a las manifestaciones por temor a la represión policial y a los atropellos de otros ciudadanos de derecha. Los crímenes de odio han aumentado, al igual que la violencia xenófoba, el racismo y los ataques contra lugares de culto y conmemorativos. La violencia misógina y de género, asimismo, ha crecido incentivada por el discurso de guerra. Vemos cómo la imposición del poder sobre el otro se normaliza y las reglas del debate democrático se desmoronan: los partidos conservadores de derecha, los ultraortodoxos no sionistas y el sionismo religioso han legitimado la violencia y prepotencia de ministros kahanistas y fascistas.
Ahora bien: el nuevo contra-discurso de la protesta callejera no se limita solo a defender la democracia: empezó a alertar también abiertamente ante la amenaza de una guerra civil en Israel; pavorosa crónica que viene siendo anunciada (más de cien mil permisos de portar armas fueron distribuidas por Ben Gvir) y alertada por respetables juristas, el Prof. Aaron Barack, ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, además de militares prestigiosos como Ioram Cohem, ex jefe del Shin Bet. El ex Fiscal General, profesor Itzjak Zamir, observa cómo se renueva con fuerza la reforma judicial y llama a los ciudadanos a resistir, legitimando la “desobediencia civil” porque “el peligro no es solo para la democracia israelí, sino para la existencia misma del Estado”. (Nehemías Shtresler, “La derecha ya está preparada para la guerra civil”, Haaretz, 25.3.25).
Pero las voces de este nuevo contra discurso no son únicamente gritos iracundos, maldiciones, e imprecaciones: durante las manifestaciones multitudinarias se deja oír un lamento lacerante, se escucha la angustiosa congoja de familiares que descubren la traición del gobierno israelí porque está dispuesto a sacrificar a sus seres queridos secuestrados en Gaza.
La reciente participación en las manifestaciones de familiares con rehenes liberados cambió el tono del discurso de algunos miembros del Foro de Familiares de Secuestrados; su presencia dio fuerzas y prodiga esperanzas a otros familiares para no sentirse tan abatidos.
El contra discurso a la retórica bélica del gobierno, poco a poco, empieza a ser pronunciado como un coro cruzado de voces y meditaciones hasta ahora inaudibles.
Veamos algunas de ellas:
A la manifestación del 22 de marzo frente a la Kiriya de Tzahal en Tel Aviv asistieron varios rehenes liberados, entre ellos Sagui Dekel-Chen, retornado del cautiverio el 15 de febrero. Fue acompañado en la manifestación por su esposa Avital, quien se dirigió a la multitud por primera vez desde la liberación de su esposo.
“Hoy estoy particularmente conmovida porque, por primera vez, estoy aquí en una manifestación y hablo frente a la persona más importante de mi vida: Sagui, el amor de mi vida, (…). Durante meses he hablado ante tanta gente, pero ustedes no han podido escuchar ni uno solo de mis discursos”, dijo. “Hoy están nuestros liberados, viendo cómo son las manifestaciones por los rehenes del Estado de Israel”.
El rehén liberado Gadi Mozes también se encontraba entre la multitud en la Plaza de los Rehenes, junto con Tal Kupershtein, cuyo hijo, Bar Kupershtein, fue secuestrado en el festival de música Nova. Dirigiéndose por primera vez a las masas en la Plaza de los Rehenes, también se encontraba el ex rehén Doron Steinbrecher, uno de los primeros en ser liberado durante el reciente alto el fuego de dos meses. Dijo a la multitud sentir rabia hacia quienes creen que está bien volver a la guerra en Gaza en lugar de respetar los términos originales de alto el fuego y del acuerdo de rehenes con Hamas. “¿Cómo es que no nos escuchan? ¿Cómo?”, les preguntó. “Después de tanto tiempo, la sensación es de abandono. Y ese dolor es indescriptible”. Steinbrecher contó que, hasta su liberación en enero, soñaba con ir a la Plaza de los Rehenes. “Sabíamos que había una plaza. Sabíamos que había un lugar al que la gente acudía todos los sábados y que había un grupo de personas que sabían que existían rehenes y se negaban a seguir con su vida normal”, dijo. “Te da poder, mucho poder”, continuó Steinbrecher. “Incluso te hace olvidar por unos instantes el miedo a ser olvidado”.

Recordando la primera tregua de una semana en noviembre de 2023, Steinbrecher comentó que en lo que había sido el último día de ese breve alto el fuego, le informaron que su liberación estaba programada para la mañana siguiente. “No dormí en toda la noche por la emoción de volver a casa”, dijo. “Desafortunadamente, la mañana comenzó con el sonido de los bombardeos de Tzahal, y tras ellos, la certeza de que no iba a volver a casa”. “Hoy he venido aquí porque es lo correcto, porque la gente necesita entender que es lo único que importa, y que no puede salir de los titulares… y porque me prometí a mí mismo preguntar siempre qué se debe hacer”. “Tengo miedos y penas, pero no son lo más importante”, añadió. “Nosotros, los rehenes que hemos regresado, no podemos empezar a rehabilitarnos hasta que todos estén aquí. Y el país tampoco”.
Los manifestantes del Foro de familiares que exigen el acuerdo de liberación de rehenes se trasladaron de la Plaza de los Rehenes para unirse a los manifestantes contra el gobierno que llegaban a la calle Begin.
Eyal Eshel, padre de Roni Eshel, la soldada de vigilancia asesinada, les prometió que “lucharía hasta el último día” por la formación de una comisión estatal de investigación sobre la masacre del 7 de octubre. Netanyahu ha rechazado dicha comisión -el máximo órgano de investigación de Israel-, ya que debe ser nombrada por el Poder Judicial, que, según el primer ministro, está sesgado en su contra (“Israel choosing endless war: 40 freed hostages demand end to fighting, return to talks”, The Times of Israel, 21/3/25).
La iracundia de Natalie, hija de Einav Zanguker, la Madre Combatiente por el rehén Matan
Escuchar la voz iracunda de la joven Natalie, hija de Einav Tsengauker, es un anticipo para oír el contra discurso de la guerra desde la garganta de la ya legendaria Madre Combatiente del rehén Matan Tsengauker. Pero a diferencia de la merecida fama internacional que logra esta valiente madre luchadora en el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, su hija que la acompaña y cuida en todas partes, acaba de ofrecer por primera vez una entrevista pública.
En mayo de 2024, Natalie Zangauker fue atacada por la policía durante una manifestación frente a HaKirya de Tzahal y atendida en un hospital. Luego de ser citada a un interrogatorio policial, se le prohibió participar en “manifestaciones ilegales” durante 15 días.
“Intentaron reprimirnos. Pero gritaremos para que no se caiga de la agenda la causa de los rehenes”, declaró.
A la hermana de Matan Tsengaukar siempre se la ve en la primera fila durante las protestas en Begin Gate, sin miedo a enfrentarse a los represores de la protesta, o a ser herida por los caballos de la policía, tampoco teme ser arrestada cuando protege a su madre Einav. Dirigiéndose directamente a Netanyahu, lo encaró así: “Perdiste a tu hermano mayor en el operativo Entebe y conoces el dolor. Mi hermano aún está vivo y puedes salvarlo”.
A la edad de 18 años, Natalie Tsengauker conoció a Benjamín Netanyahu por primera y última vez en Ofakim, su pueblito natal, antes de las elecciones de 2022 cuando lo apoyaron políticamente junto a su madre.
“Mi ira empezó a dirigirse hacia Netanyahu tras el fracaso del primer acuerdo. Me di cuenta de que era él quien no los traía de vuelta. Y ahora, cuando parece que está arruinando el acuerdo actual, del que Matan supuestamente se está deshaciendo, es él quien los deja quedarse allí día tras día durante un año y cinco meses. Y no entiendo cómo está sucediendo esto.
Lo único que sé es que las protestas están funcionando. Actualmente estamos durmiendo en tiendas de campaña por el pueblo y exigiendo el regreso de todos de una sola vez; la situación crece día a día, y creo que seguirá intensificándose. Al principio intentamos guardar silencio, pero no sirvió de nada. Durante todo este tiempo intentaron reprimir las protestas, desmantelar las sedes de las familias e incluso filtraron documentos para silenciarnos. Eso significa que temen a nuestro poder, teman a las familias y al público. Quienquiera que juzgue a los secuestrados, quienquiera que ocupe un puesto en el gabinete, nos escucha, oye nuestro clamor. Los conmueve. Ven a la gente manifestando y tomando las calles, eso les asusta. Sabemos que tiene un impacto y que si medio millón de personas salen a la calle, traerán de vuelta a todos los secuestrados. (…) A veces la gente reacciona con odio. Pero no me molesta. Sé lo que vale mi madre, lo que valemos como familia. No me importa lo que digan. Y tampoco creo que nos hagan daño. Cuando gente aburrida viene a Begin y nos confronta físicamente, yo les devuelvo el atropello. Frente a mí no le hablarían así a mi madre, y menos aún de Matan; no tienen derecho. No me callaré, lucharé con cualquiera que se ponga frente a mí y me diga algo. No tengo miedo. Mi madre es una luchadora, y yo también. Es importante decir que hay mucha gente que nos apoya, que nos fortalece, y en eso me estoy centrando. Esperaba que quienes estaban de mi lado me apoyaran y siguieran apoyándome. No pensé que se convertiría en algo político; Matan fue secuestrado sin preguntarle a quién votó (“Yael Chajnover,’Intentaron reprimirnos’”. Ynet, 15/3/25).
“La única lucha que se pierde es la que se abandona”, fue la consigna de las Madres de Plaza de Mayo. Pese que no pudo conocer a las Madres de Plaza de Mayo (Einav Zanguker nació en 1978 cuando empezaban las rondas de los jueves), por su coraje, capacidad discursiva y combatividad, hoy hubiera sido una de ellas; una resucitada no en la Pirámide de Mayo sino manifestando en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv.
El hijo Matan Zangauker y su pareja Ilana Gritzewsky fueron secuestrados en el kibutz Nir Oz durante el ataque del 7 de octubre. Ilana fue liberada en noviembre de 2023 gracias al acuerdo de liberación de rehenes. Hasta diciembre de 2023, participó en varias ocasiones en el llamado a la liberación de los secuestrados en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, sin asumir ninguna posición política, porque toda su vida votó por la derecha del Likud. En enero de 2024 se reunió, junto con otras familias de los secuestrados, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. de la cual salió desilusionada. Recién en febrero de 2024, comenzó a colaborar con activistas que habían protestado contra la reforma judicial durante 2023 y acudieron a apoyar a las familias de los rehenes secuestrados para exigir el derrocamiento del gobierno y la celebración de nuevas elecciones. Desde entonces, se ha manifestado regularmente frente a la Puerta de Begin en HaKirya de Tel Aviv, junto con su hija Natalie y la pareja de Matan, Ilana Gritzewsky, oriunda de México. Durante una manifestación a principios de febrero de 2024, fue agredida físicamente por un transeúnte. Unos días después, ella y otros familiares resultaron heridos por un cañón de agua que la policía israelí utilizó contra manifestantes En otra manifestación frente a HaKirya en marzo de 2024, solicitó hablar con el ministro Avi Dichter, quien se negó. Los agentes de policía intentaron sacarla del vehículo ministerial y uno de ellos la pateó. En abril de 2024, volvió a exigir el fin de la guerra y el regreso de los secuestrados, denunciando que la “máquina de veneno” de Netanyahu se estaba utilizando contra las familias de los rehenes: “Todos sus portavoces hablan de nosotros, las familias de los rehenes, con palabras despectivas, irrespetuosas y agraviantes hacia las figuras públicas”. En febrero de 2025, Zangauker voló a Washington para advertir al presidente Donald Trump contra lo que, según ella, eran planes de Benjamín Netanyahu para sabotear el acuerdo de rehenes. En un comunicado, Zangauker declaró: “Estoy aquí para gritar y hacer sonar todas las alarmas, y decirle a Trump: no permita que Netanyahu sacrifique la vida de mi hijo. Debemos implementar el acuerdo en su totalidad”.

Previsiblemente, el día que el gobierno decidió violar la tregua y reanudar la guerra, Einav tomó una decisión radical: cruzar la puerta trasera del kibutz Nir Oz hacia la frontera con Gaza para intentar reunirse con su hijo Matan secuestrado. El martes pasado la acompañaban a Einav su hija, Natalie; la pareja de Matan, Ilana Gritzewsky; Shahar Mor, sobrino del rehén asesinado Avraham Munder; y otros activistas que son como una familia para Einav. Tres soldados la acompañaron y a los otros acompañantes mientras cruzaban la puerta trasera del kibutz, la misma por la que Maran habría pasado con sus secuestradores camino a Gaza el 7 de octubre de 2023.
«Me dirijo a Gaza para salvar a mi hijo, porque hay un funcionario gubernamental de alto rango, pero también muy cobarde, que decidió sacrificar a mi Matan para poder permanecer en el poder», declaró Zangauker a Haaretz. “Hace dos meses teníamos esperanza. Entonces Trump dejó que Netanyahu destruyera al rehén”.
La periodista que cubrió la desesperada intentona de la madre de Matan, escribe que “atravesó campos de trigo y espinos, surcos arados y caminos destrozados, recorriendo la ruta que siguió su hijo cuando fue secuestrado en motocicleta rumbo a Khan Yunis. Era la primera vez que Einav Zangauker hacía este viaje, pero parecía como si se lo supiera de memoria” (Bar Peleg, “Einav Zangauker, Mother of Israeli Hostage, Marches to Gaza Border Amid Renewed Fighting”. Haaretz 18/3/25).
Uno de los custodios, un teniente coronel, le pidió a Zangauker que regresara para poder protegerla. “No quiero protección”, le dijo al oficial, quien permaneció allí impotente. “Prefiero morir que vivir sin mi hijo; es muy simple. Es un hijo al que el Estado abandonó una vez, y ahora una segunda, en una segunda [operación militar]. ¿Por qué? ¿Para asegurar la muerte de Matan?” Otro oficial intentó persuadirla. “Entiendo tu dolor”, dijo.
Ella estalló en cólera. “Esto no es dolor; ya no me duele”, le espetó. “He llegado al punto de la ira”.
Einav pidió a otro de sus escoltas que la colocara justo enfrente de Khan Yunis, donde creía que Matan está detenido. “Seguro que le están enseñando esto en los túneles y le dicen: ‘Abu Matan, ¡mira qué madre tan loca tienes!’”, les contó a amigos que la acompañaban. Cuando llegaron a la valla baja de alambre de púas, apodada “el reloj de arena” en la jerga militar, intentó cruzar. Un soldado le advirtió que podría hacerse daño, pero ella le contó que había estado cruzando vallas como esta desde que era niña y vivía en la granja de su padre.
No muy lejos de donde se encontraba, el hedor a agua de zorrillo provenía de contenedores gigantes que han estado allí desde antes de la guerra para ser usados contra disturbios en la frontera de Gaza.
Einav Zangauker y Ilana Gritzewsky estaban muy familiarizados con ese olor nauseabundo. Les recuerda la manifestación de septiembre, donde la policía, por primera vez en la historia, utilizó agua de sorillo en Tel Aviv contra las familias manifestantes.
Cuando llegaron a la valla fronteriza, colgaron carteles de rehenes, y Einav instó a los soldados a no retirarlos. “Quizás el jefe de Estado Mayor, quien dijo que el objetivo de [regresar] a los rehenes es solo el segundo objetivo más importante, también los vea durante su visita”, comentó con sorna.
Luego, megáfono en mano, Einav Zangauker arremetió contra el Primer Ministro, los miembros del gabinete de seguridad y también contra el mayor general Nitzan Alon, a quien las familias de los rehenes han considerado durante mucho tiempo una presencia importante, tanto en las negociaciones del acuerdo de rehenes como en las reuniones del gabinete de seguridad.
“Mayor general Nitzan Alon, Ud. ha fracasado”, dijo. “Le insto a que se quite el uniforme, salga y le diga al público israelí la verdad: todo lo que sucedió en las reuniones del gabinete de seguridad, cómo se tomaron las decisiones. Ud. debe responder a las familias de los rehenes y a la sociedad israelí”.
Finalmente, Einav Zangauker colgó carteles de rehenes israelíes en la valla fronteriza de Gaza.
Después, se sentó junto a la valla y advirtió que no se levantaría. Pidió a los soldados que estaban cerca que no la toquen, ni a ella ni a su hija.
Solo le habló a su hijo “Mi Matan, has estado lejos de nosotros durante 529 días”, y ahora, “¡estamos tan cerca tuyo!” (Bar Peleg, “Einav Zangauker, Mother of Israeli Hostage, Marches to Gaza Border Amid Renewed Fighting”. op.cit).
Posdata
¿Quién realmente es Einav Zangauker, la Madre Combatiente por su hijo Matam secuestrado por Hamas? ¿Qué extraño, pero tan cercano aire de familia liga a esta mujer de 47 años oriunda de Ofakim al sur de Israel, con algunas de las legendarias Madres de Plaza de Mayo que nunca conoció? ¿Y de qué erinia griega es parienta su hija Natalie que busca evitar el destino de Antígona y pelea para rescatar con vida a su hermano rehén en Gaza?
No hay que ser creyente en la transmigración de las almas para convencerse de que el combate que libran ambas mujeres Zangauker muestre, incontratablemente, que el discurso de la guerra jamás vence a las voces corajudas y aguerridas de la madre Einav y la hermana Natalie.
Es el contra-discurso blindado con el amor filial, el poder de la libertad y el deseo de justicia.